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Mercados y centrales de abastos en tiempos de Covid- 19

Mercados y centrales de abastos en tiempos de Covid- 19
  • Publicado7 julio, 2020

¿Qué reflexiones son necesarias alrededor de los mercados y centrales de abastos en tiempos de Covid-19? El laboratorio de políticas públicas Ethos organizó un panel digital con diferentes especialistas sobre este tema. Ellos pusieron en perspectiva qué sucede con estos espacios, sus problemáticas y oportunidades ante un escenario como el que se vive.

José Luis Chicoma, su director, explica que este tema es fundamental ya que los mercados son fuente de trabajo de comerciantes, espacios de integración social para las comunidades y proveedores de comida fresca, saludable y asequible, lo cual es fundamental ante una pandemia.

Tiana Bakić del Colegio de México, Eduardo Zegarra de Grupo de Análisis para el Desarrollo Perú, Víctor Delgadillo de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Joao Intini de la FAO América Latina y Karina Sánchez de la FAO México dieron su perspectiva crítica y analítica, a fin de que como consumidores apreciemos más la labor de todos los involucrados en la cadena de abastecimiento de alimentos, desde el campo hasta el punto de venta.

Este panel a distancia fue esencial y significativo porque urge que pensemos en lo social: ya lo he apuntado en notas anteriores en este blog, la comida debe verse en todas sus aristas y más ahora que la epidemia ha catalizado problemáticas preexistentes relacionados con lo alimentario.

Mercado Lucas de Gálvez en Mérida
Mercado Lucas de Gálvez en Mérida Foto: Mariana Castillo

Vulnerabilidad de los mercados y los trabajadores

No todos los mercados son foco de contagio, pero fueron construidos para permitir la concentración, el intercambio y la sociabilidad, lo que es un riesgo ante este panorama, dice Tiana, quien enfatiza que en México esta pandemia evidencia vulnerabilidades preexistentes como problemas en suministro de agua, electricidad, recolección de basura y control de plagas.

Da como ejemplo la Central de Abastos y hace un cuestionamiento certero: ¿cómo podemos asegurar la sanidad de los mercados si ni siquiera trabajadores y consumidores pueden lavarse las manos ahí de forma  gratuita? Ella habla de que las condiciones precarias de los que laboran siguen ahí, lo cual también es una realidad.

Otro factor que ella señala son las dinámicas propias de los mercados: son lugares de mucha competencia, confidencialidad, informalidad y poca transparencia en su administración y finanzas. Los comerciantes siguen sus jornadas incluso cuando están enfermos y temen, justificadamente, que sus clientes tengan desconfianza, así como que se vayan con otros locatarios o los clausuren. Además, hay intereses de grupos que aprovechan la falta de coordinación y legislaciones.

Eduardo Zegarra apunta que un mercado no solo implica la relación individual entre el comprador y el vendedor, sino que es un bien público relacionado con la sanidad y el orden, elementos que deben tomarse en cuenta para exigir mejores políticas públicas.

Mercados y centrales de abastos en tiempos de Covid- 19 Foto: Central de Abasto CDMX
Mercados y centrales de abastos en tiempos de Covid- 19 Foto: Central de Abasto CDMX

Gentrificación y espacio público

Víctor Delgadillo opina que la pandemia fortalece los argumentos de inversionistas privados y autoridades públicas que tienen ganas de transformar a los mercados o terminarlos desde hace mucho tiempo, pero de manera desigual y con argumentos generales. Para él, hay tres tipos de intereses: iniciativas públicas y privadas que quieren modernizar su estructura y hacerlos más eficientes y competitivos (o convertirlos en supermercados y asociarlos a ellos); otros buscan que sean mercados gourmet para el consumo de turistas; y algunos más pretenden que sean edificios altamente rentables, con estos puntos como parte de su oferta.

Él asegura que se vive una guerra de baja intensidad contra los mercados y que hay temporadas en las que los medios son parte de esta dinámica de desprestigio: se habla del deterioro, sin preguntarse las causas sistémicas. Además, menciona que vimos una “epidemia de incendios” en dos meses, entre diciembre y enero de 2019, pues se quemaron cinco en la Ciudad de México, a consecuencia de la falta de mantenimiento, la inseguridad y la ausencia de interés de las autoridades.

Otros de los mensajes constantes durante esta pandemia es que los mercados son inseguros, antihigiénicos y contagiosos, pero advierte que esto es un error y no se puede generalizar a partir de un caso específico y hace un llamado a que los periodistas hagan investigaciones profundas: le llama la atención la información poco responsable (en especial, habló de dos notas, una en The Guardian y otra en El Financiero).

A Víctor le parece increíble que funcionemos con un reglamento de mercados publicado en 1950, y que aún con 23 años de gobiernos de izquierda, no se hayan legislado reglamentos que funcionen. “Los mercados en la Ciudad de México, y hay evidencias de esto, pueden competir con supers, Amazon y servicios de delivery como Uber, y aunque lo hacen en condiciones desiguales, se adaptan a la demanda de sus clientes”, dice.

Mercado de Cuetzalan Foto: Mariana Castillo
Mercado de Cuetzalan Foto: Mariana Castillo

Políticas públicas y evitar crisis

Joao Intini es claro: tenemos que evitar que la crisis sanitaria se convierta en una humanitaria, alimentaria, social y económica. Esto no es simple porque se vive una baja de crecimiento económico en la región y está empeorando. Hay más pobreza, más hambre, y estos indicadores han sido potencializados por la pandemia, pero los mercados no pueden cerrar: son claves en el funcionamiento de los sistemas alimentarios (que él califica de débiles, desequilibrados y mal posicionados). Cada dinámica es diferente en cada país y municipio y así debe analizarse.

Desde la FAO, explica, se están tomando medidas que buscan la protección de estos esquemas y de las personas que son parte de cadenas de suministros alimentarios, por lo que están realizando encuestas y estudios a fin de emitir recomendaciones informadas para enfrentar los efectos de la pandemia que se relacionan con el funcionamiento de los mercados. Preparan protocolos de sanidad y bioseguridad, así como de vigilancia sanitaria, que deben estar coordinados con actores públicos y privados que exijan su aplicación.

Algunos de los datos recabados es que 76% de los mercados que participaron en su encuesta usan plataformas digitales para entregas en casas, así como han modificado horarios y operación para mantenerse funcionando; asimismo, el 95% indicaron que hubo reducción de compradores de hoteles, restaurantes y otros negocios, lo que los impacta enormemente. Lo interesante, añade, es que la oferta continúa: la agricultura familiar y los agro negocios siguen produciendo y hay que actuar en la demanda, así como hace un llamado a difundir sus boletines y construir en conjunto.

Mercado de Tlacolula Foto: Mariana Castillo
Mercado de Tlacolula Foto: Mariana Castillo

Comprar alimentos frescos y proteger a los productores

Karina Sánchez indica que hay que ser consientes de donde vienen los alimentos que consumimos diario: para que la comida llegue a nuestro plato hay toda una cadena de suministro de alimentos, que es compleja e implica producción, logística, transporte y comercialización y en ella están involucrados millones de actores. “Si queremos apoyar la economía de nuestro país y a los mercados, la estrategia número uno es comprar alimentos frescos y que sea de manera local”, dice.

Si bien el abasto en México está garantizado, porque la oferta sigue y la producción ya estaba ahí, el problema que hay es la demanda por distintas razones, entre ellas que uno de los efectos de la pandemia es la reducción de los ingresos familiares. Ella menciona a que la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del INEGI arroja que un gran porcentaje de lo que las personas ganan se va a la compra de alimentos, la cual es impactada de manera proporcional si el salario baja.

La FAO impulsa a que se mantengan lineamientos para la protección de los trabajadores agrícolas y en abril publicaron algunos junto con la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, pero una de las dificultades es que hay falta de conocimiento de estas directrices: son los líderes de estos lugares quienes deben socializar la información, señala.

Tianguis de Atlacomulco Foto: Fernando Gómez Carbajal
Tianguis de Atlacomulco Foto: Fernando Gómez Carbajal

Soluciones y prospectivas a futuro

Para Víctor, el futuro es incierto, pero asegura que hay que defenderlos porque son centros que ofrecen productos frescos, locales, a bajos precios, y son parte de la soberanía alimentaria, a diferencia de los supermercados que representan los intereses de los agro negocios internacionales. “Hay que ver a los mercados como parte del sistema de salud preventiva y curativa, como centros de integración, de mezcla y contacto social, como lugares donde se efectúa la economía solidaria y donde se refuerzan las culturas locales. Para mí, son una herencia colectiva que hay que preservar”, explica.

Él agrega que la gente debe aprovechar nuevas tecnologías por su cuenta, antes de que empresas privadas quieran lucrar con ellas; además, hay que acelerar la reconstrucción de los que se incendiaron. También se debe ordenar al comercio informal para que los locatarios dejen de ser clientela de líderes y organizaciones políticas que les cobran derecho de piso. El futuro de estos espacios implica una profunda participación ciudadana en la que locatarios y vecinos de los barrios debatan y codecidan sobre sus mercados.

“A largo plazo, lo más importante sería mejorar la situación higiénica y estructural de los mercados para que la gente tenga condiciones básicas de sanidad (…) No es posible tener un sistema alimentario justo si la gente que trabaja en ellos no tiene condiciones sanas y básicas”, dice Tiana.

Inti vuelve a mencionar que esta pandemia se suma a otras que ya existían en la región como la obesidad y cómo esto se liga a los cambios intensos en hábitos alimentarios. Los mercados son bienes públicos y deben ser defendidos, fortalecidos y concebidos como parte de la cultura y de un ambiente que ofrece la posibilidad de ampliar nuestras capacidades nutricionales. Finalmente, para Karina hay áreas en las que podrían modernizarse, así como deben repensarse como centros esenciales para el manejo de residuos sostenibles y lograr pugnar por economías circulares.

Mercado de Jamaica Foto: Claudia
Mercado de Jamaica Foto: Claudia Aguilar

Más información sobre mercados y centrales de abastos en tiempos de Covid- 19

Esta es la charla completa, por si quieres conocer a los panelistas:

https://www.youtube.com/watch?v=N4838Z5QXW8

Lecturas recomendadas:

Libro “Comercio, consumo y cultura en los mercados públicos de la Ciudad de México” de Angela Giglia

https://sisoy.net/el-mercado-de-miahuatlan-en-dia-de-muertos/

https://sisoy.net/artesanias-michoacanas/

https://sisoy.net/mercado-juan-escutia-en-tepic/

Foto principal: Fernando Gómez Carbajal

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¿Qué opinas sobre los mercados y centrales de abastos en tiempos de Covid- 19?

Autor

  • Mariana Castillo

    Periodista y editora. Cultura alimentaria y perspectiva social. El mezcal es mi pastor. Me gusta lo cotidiano extraordinario y compartirlo en historias. Cuéntame, ¿qué te interesaría leer en este blog?

Escrito por:
Mariana Castillo

Periodista y editora. Cultura alimentaria y perspectiva social. El mezcal es mi pastor. Me gusta lo cotidiano extraordinario y compartirlo en historias. Cuéntame, ¿qué te interesaría leer en este blog?

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