Sin duda, la piel de los bebés es delicada, muy sensible y de pocas barreras, por lo que se debe tener sumo cuidado en su protección para que no la dañen agentes externos y ambientales.
Existen varios factores que influyen en la manera de cuidarla, por ejemplo:
El termino y maduración del embarazo, nos menciona la dermatóloga Fabiola Ruelas que cuando el bebé nace a los 9 meses su piel está madura, entonces pueden ser usadas cremas especializadas para ellos, pero cuando es prematuro, se recomienda evitar cualquier tipo de cremas, jabones o bloqueadores.
Cuando el bebé madure y su piel lo requiera, será necesario que le ayudemos a su humectación, para ello debe hidratarse periódicamente, incluso varias veces al día, ya que su textura es delicada y con tendencia a transpirar.
Cuando la piel no es de término, o sea inmadura, sólo debes aplicar baños con sustitutos de jabón que son parecidos al pH natural de la piel del bebé. La ducha debe ser con jabón neutro o sustituto, agua templada y que no dure más de 10 minutos, pueden ser a diario pero cortos. Limpiar, enjuagar y no extender el tiempo del niño en el agua. Mayor tiempo puede dañar su piel delicada.
Tampoco es recomendable abrigar en exceso a los niños, ya que eso puede causar transpiración constante. Es recomendable usar telas de algodón y nunca exponerlos a productos tóxicos.
Agradecemos a la dermatóloga e internista Fabiola Ruelas Monjardín (fruelasm@gmail.com) las facilidades otorgadas para este artículo.