Nos hemos enfocado en lo que los niños comen, enseñarles a comer sano y qué efectos puede tener en ellos el ser gordos. Sin embargo no podemos limitar el esfuerzo a la alimentación, no todo es lo que comen; según estudios hechos por la Secretaría de Salud, las calorías extra consumidas por los pequeños son menos importantes que el sedentarismo.
En relación con esto, nuestra entrevistada nos comenta: “Puede que un niño ingiera más calorías, pero si hace más ejercicio que otro que coma menos, tiene menos riesgo de obesidad”.
Eso sí, hay que tener en cuenta que no son lo mismo las calorías derivadas de grasas de mala calidad, harinas refinadas y azúcares simples que otras más saludables.
La realización de ejercicio podría influir en la predisposición de los genes relacionados con la obesidad. Cuando los niños juegan, corren o hacen actividad física, el gasto energético elimina la materia grasa.
El reducir el sedentarismo entre los niños mejorará su condición física e incluso su rendimiento académico.
Disfrutar de una buena comida con una buena compañía establecerá vínculos de comunicación. Apaguen la tele a la hora de comer y prendan el disfrute de compartir.
Agradecemos a Ximena Díaz Reina, psicóloga clínica certificada en psicología transpersonal, constelaciones familiares, psicoterapia corporal creadora del programa de nutrición con apoyo psicoterapéutico.
