Los alimentos en exceso son malos, todos. También pasa al contrario, los alimentos que se satanizan en porciones adecuadas no matan a nadie. El punto es como evitar los abusos de estos por los niños.
Ximena Díaz Reina, bariatra y psicóloga, nos dice: “Un niño siempre va querer lo que se le prohíbe” o si nos vamos a la lógica, cuando siempre es ‘no’, la actitud hacia el comer se vuelve negativa. Todo es rechazo, los mismos padres le tememos a los alimentos y eso no es sano.
La preferencia es una de las claves y alternativas al ‘no’, en lugar de decir “no comas”, piensa en un “prefiero que comas tal alimento” y explícale por qué se está restringiendo el consumo del otro.
Por ejemplo: “prefiero que comas una fruta a que te tomes ese jugo artificial, ¿por qué? Porque el azúcar de la fruta te va dar energía y vitaminas, el jugo no; y si le añades lo divertido y sabroso que resulta masticar, el comer será un placer”. Un tajante ‘no’ puede estropear el gusto por comer.
Una opción es charlar con ellos acerca de los alimentos buenos y no tan buenos, depende del caso.
Un grave error es pensar que los niños no entienden o comprenden y por eso no se explica y solo se impone. Si a tu hijo le cuentas por qué no debe consumir azúcar en exceso, que al momento le dará placer, pero que si abusa, en un determinado momento de su vida le causará enfermedades, quizá entenderá que los excesos son malos.
Agradecemos a Ximena Díaz Reina, psicóloga clínica certificada en psicología transpersonal, constelaciones familiares, psicoterapia corporal creadora del programa de nutrición con apoyo psicoterapéutico.