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Gestos de solidaridad que mejoran nuestra salud

Gestos de solidaridad que mejoran nuestra salud
  • Publicado4 octubre, 2017

Una sonrisa, un abrazo y una palabra de aliento en circunstancias críticas son poderosas fuentes de vigor. Estos pequeños gestos de solidaridad son los catalizadores de una transformación no solo del espíritu, sino también del cuerpo. Nos impiden rendirnos, nos devuelven la fuerza y nos brindan salud a largo plazo.

Gestos de solidaridad que mejoran nuestra salud

En las diversas catástrofes (sean por causa natural o por daños ocasionados por el hombre) las muestras solidarias se hacen presentes. Y no hablo solo de quienes salen a las calles a remover escombros, rescatar personas y hacer donaciones de bienes. Me refiero también a quienes, aun en la distancia, están ahí para brindar apoyo moral.

Sin embargo, ¿sabías que estos gestos de solidaridad mejoran nuestra salud física y mental? A continuación te explico por qué.

abrazo: gestos de solidaridad

Los abrazos

Nada como este gesto de unión y fortaleza para hacer frente a los momentos difíciles. Existen varias investigaciones en torno a los beneficios físicos y psicológicos de los abrazos.

Un estudio realizado en la Universidad de Duke, en Estados Unidos, indica que los abrazos son fundamentales desde los primeros años de vida. Esto debido a que el contacto físico en la infancia evita que mueran miles de neuronas. Además, menciona que los bebés que reciben más abrazos se estresan menos en la edad adulta. Así que para ayudar a las futuras generaciones, lo recomendable es abrazarlos mientras todavía sean pequeños.

Por otra parte, investigaciones de la Universidad de Medicina de Viena señalan que el hecho de abrazar a alguien a quien estimas, estimula la generación de hormonas como oxitocina, dopamina y serotonina (hormonas responsables del buen humor, entusiasmo y sentimientos positivos). Sin embargo, si abrazas a alguien sin empatía, se genera la reacción opuesta.

El sitio de psicología The Mind Unleashed sostiene que los abrazos y el tacto reducen significativamente los miedos existenciales. Así es, en esos mementos el temor a la muerte y la sensación de soledad desaparecen. Además, fomentan la alegría, promueven sentimientos de devoción, autoestima, confianza y unión. Asimismo, disminuyen la ansiedad y el estrés, nos ayudan a superar la procrastinación, la duda y la apatía. Nos volvemos más proactivos y resilentes.

Un abrazo puede sanar el corazón y fortalecer nuestro sistema inmune, pues regula el ritmo cardiaco y la presión arterial. También reduce los niveles de cortisol (hormona responsable del estrés y enfermedades cardiovasculares).

En fin, además de dar masaje a los músculos del torso, un buen abrazo ayuda a cambiar la forma en que nuestro cuerpo lidia con la tensión social y física para hacer el trabajo que estamos destinados a hacer.

sonrisas: gestos de solidaridad

Las sonrisas

Una pequeña mueca en los labios, un gesto abierto o, mejor aún, el tibio sonido de la risa o una estridente carcajada traen consigo múltiples beneficios. Además de que provee una imagen más atractiva, es saludable y contagia la sensación de tranquilidad.

Si tú sonríes de manera genuina y natural a alguien, instintivamente la otra persona también sonríe. Esto se debe a la reacción de las neuronas espejo. Estas responden a un estímulo que tu cerebro activa cuando ves algo o a alguien y repites su comportamiento. Lo mismo sucede cuando bostezas.

De acuerdo con un estudio realizado en la Universidad de Kansas, la sonrisa, al igual que los abrazos, son gestos de solidaridad que reducen el nivel de cortisol en el organismo. Dicho estudio está basado en un experimento que convocó a varias personas para que llevaran a cabo determinadas tareas “estresantes”, pero con una varilla en la boca para simular una sonrisa, algunas más forzadas y otras más naturales.

Los resultados indicaron que en todos los casos el ritmo cardiaco disminuía a pesar del “estrés”. No obstante, cuanto más natural fuera el gesto, el ritmo cardiaco era aún menor.

La razón es que los músculos involucrados en la sonrisa influyen en la manera en que el cerebro evalúa el humor. Por lo tanto, envía señales para disminuir la producción de cortisol e incrementar la secreción de oxitocina. Esto, además de dar una sensación de tranquilidad, alivia el dolor y libera la tensión.

“La risa es, por definición, saludable”: Doris Lessing, novelista británica.

Por otra parte, reír larga y abiertamente fortalece el órgano cardiovascular. De acuerdo con la Fundación Española del Corazón, la risa es un gesto –generalmente involuntario– que activa los sistemas respiratorio, neurológico y cardiovascular. Es decir que cuando reímos, los vasos sanguíneos trabajan con mayor eficacia, y sus efectos se pueden comparar con una rutina de ejercicio.

En resumen, una sonrisa es vital en circunstancias difíciles, pues nos ayuda a restar importancia a los problemas y conservar la calma frente a situaciones de tensión o miedo. También potencia nuestro sentido del humor (característico entre los mexicanos). De esta manera encontramos el lado bueno de las dificultades y hallamos detalles divertidos allá donde hay estrés. Al final, sonreír aunque nos sintamos mal mejora nuestras expectativas de futuro y ayuda a construir las condiciones necesarias para lograr nuestros objetivos.

palabras de aliento: gestos de solidaridad

Las palabras de aliento

Usar palabras de aliento y de afirmación como el simple “¡Ánimo!” puede cambiar radicalmente el panorama de una persona que ha vivido una experiencia traumática. Expresarle a otro, o mejor aún, expresarse a sí mismo un pensamiento positivo tiene gran poder sobre lo que sucede en nuestras vidas, influye en nuestra conducta y humor. Los pensamientos positivos, al igual que los abrazos y las sonrisas, son gestos de solidaridad que liberan hormonas de bienestar (como la dopamina).

Tal como lo refieren los resultados de un experimento llevado a cabo en la Universidad Friedrich Schiller, en Alemania, las palabras con una connotación positiva provocan una activación de la corteza prefrontal dorsomedial del cerebro, lo cual nos ayuda en la toma de decisiones emocionales y mejora la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Los avíos, las porras, las afirmaciones “sí se puede” “todavía”, no solo llevan una carga emotiva de quien las pronuncia, sino un cúmulo de esperanza, de aliento, de fortaleza para quien las recibe. Nos alejan de la rendición y del cansancio.

Gritar a todo pulmón palabras positivas puede ser catártico; además, recarga la energía de cualquiera en el instante. Pero cuanto más calmo, suave y constante sea tu modo al decirlas, más y mejores beneficios obtendrás de ellas a largo plazo.

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Y tú, ¿qué opinas de estos estudios? ¿crees que los gestos de solidaridad pueden mejorar tu salud?

Autor

Escrito por:
María Luisa Jiménez Olmos

Lingüista, correctora y editora. Me gusta el café y las buenas lecturas a cualquier hora.

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