Los murales de la milpa en CDMX: identidad multicolor
Hay algunos murales de la milpa en CDMX que son parte de la promoción del documental El maíz en tiempos de guerra, del director Alberto Cortés. Además de que te recomiendo ver esta película, te invito a seguir leyendo para conocer más sobre estos muros inspirados en el maíz y su cultivo, pero sobre todo en la cultura en la que crece este grano que es más que alimento.
José Manuel Montalvo, mejor conocido Nuke One en el mundo del graffiti y el arte urbano, sabe que este tipo de expresiones callejeras son vitales. Él es chicano: su padre es originario de Ciudad Juárez y su madre de Tlaxcala. Nació en un barrio mexicano de Los Ángeles y en su vocabulario están tanto el “you know” como “la neta”, porque la identidad es una mezcla que el contexto moldea, transforma y nutre a lo que lo rodea.
No es nuevo en esto de usar las paredes como lienzo, pues lleva desde 1988 inmerso en este mundo. “Lo que aprendí de mi cultura no me lo enseñaban en las escuelas. Zapata, La Llorona, lo prehispánico lo aprendí a través de la pintura”, dice.
Los murales de la milpa en CDMX
La idea de hacer estos murales de la milpa en CDMX fue del equipo de El maíz en tiempos de guerra. José Manuel estuvo pintando en diferentes comunidades chiapanecas en el 2000 y ese año conoció a Alberto Cortés, pero fue hasta el 2006 cuando trabajaron juntos por primera vez en Corazón del tiempo, otro trabajo de este cineasta mexicano.
Ahora, la idea es lograr conectar de otras formas, tanto con el público que vea el documental como con la gente de a pie, a fin de tener maneras creativas de seguir hablando del tema de la milpa y generar otros diálogos, sorpresas e interacciones.
Platicamos justo en el que está afuera de la Cineteca Nacional, sobre la calle de Mayorazgo, entre vendedores ambulantes y transeúntes, con el panteón de frente a nosotros.
No es gratuito que en el mural de la Cineteca se vea a María de Jesús Patricio Martínez, “Marichuy”, vocera del Concejo Indígena de Gobierno (CIG), quien se postuló como candidata independiente a la presidencia durante estas elecciones, como un mensaje de inclusión necesario (el documental da voz a campesinos, quienes en su lengua materna, explican por qué para ellos es fundamental la milpa y el contexto actual en sus comunidades).
Nuke One también dejó huella en algunos de los Faros, como el de Oriente y el de Aragón, que son centros culturales y escuelas de artes y oficios en la Ciudad de México, así como en el Multiforo Cultural Alicia o en la San Miguel Chapultepec.
¿Qué le gusta de estos murales de la milpa en CDMX?
El de Milpa Alta le parece muy interesante, porque representa la razón de ser de esta zona agricultora ligada a los nopales, el amaranto y el maíz desde tiempos ancestrales. “Además, su historia se relaciona con los zapatistas y la Revolución”, dice.
“El de Aragón también me encanta. Trabajé con el artista graffitero Offier, pues hace una forma de caligrafía única, en la que escribió ‘Hacer milpa es un acto de resistencia profundamente político’, que es el lema que tenemos”, explica.
Y el de Alicia une la sonrisa del Gato de Cheshire con las mazorcas y las familias protectoras de este sistema de policultivo, que es tan mágico- fuera de los clichés que pueden existir alrededor de esta palabra- como lo es esta ficción. “Alicia en la milpa de las maravillas”, se lee en él.
“Muchos de los graffiteros en México están clavados en lo contemporáneo y no quieren pintar esto, pero yo sí, porque no lo tengo. Les digo a los cuates que no saben la riqueza que tienen aquí y que es hermoso representarla”, opina.
La comida como unión cultural
La plática sobre comida sale sin esperarlo, como parte de la charla. Como en todo buen mexicano es un tema recurrente, natural y entrañable. Su mamá cocinaba para ellos carnitas, mixiote y menudo, allá al otro lado. Desde muy chiquita empezó, sin importarle que sus brazos se quemaran con los comales. José Manuel aprendió mucho de ella a través de la cocina.
“Yo le decía ’Mom, usted es una artista, you are an artista too. Juntas todos esos ingredientes, logras ese olor y cuando lo probamos es algo bien místico, bien especial y no todos lo pueden hacer’. Mi jefa, que es bien alburera, me dijo ’Entre tu arte y mi arte mejor “miarte”’. Al inicio, no le agarré la onda: ’Wait, jefa, ¿qué me dijo? ¡Chale!”, cuenta, entre carcajadas.
“Cada vez que veníamos a México ella regresaba con cosas típicas de Tlaxcala. Imagina todas las reglas que quebró solo por traer gusanos de maguey en una olla de barro con tortillas en el avión y especias. Llegar a la casa con eso y que lo apreciaran me enseñaba a amar más mi cultura”, comparte.
Resistencia, pero en comunidad
Este artista urbano concuerda en que el tema de los murales está en boga, pero cree que hay que remontarse a las funciones que tenía hace unas décadas, pues no solo estaban en las zonas gentrificadas para que la gente se tomara fotos en ellos, ni salían en revistas de moda. En los noventa, él fue parte de un grupo llamado Earth Crew que vino a México a hacer encuentros culturales con chavos de Santa Fe y Neza, para hacer pintas con los Centros Poder Joven en aquella época.
“Con ellos no solo era dejar lo que tú querías, sino tomar en cuenta a la comunidad, que es lo más importante. Socialmente, las paredes son las noticias de una forma u otra”, agrega José Manuel. Además, desde sus orígenes es parte del UTI Crew, colectivo que nació en 1986 creando graffiti art en Los Ángeles, y luego en el norte de California, Nevada y Nueva York.
“El acto de hacer mural en el barrio siempre ha sido una forma de resistencia para nosotros. Hay una imagen del Ché Guevara que me impactó mucho: está apuntando el dedo y dice ’We are not a minority’. Yo ni sabía quién era ese barbón, pero el mensaje me llegó. Mi jefe me decía ’no somos una minoría, somos la mayoría y aquí antes era México también’. Por eso es importante conocer el tema del maíz, saber cómo se cosecha, qué se hace por diferentes grupos originarios y platicar esta historia allá, para que aprecien más la lucha que tienen estos señores y señoras para preservar ese maíz tan sagrado”, reflexiona.
Hacer milpa
Si piensas que hablar de la milpa es solo para los interesados en el tema de la alimentación, puede que no estés viendo una arista esencial de ella. En este sistema crecen juntas calabazas, flores, quelites, maíces, hongos, hierbas medicinales, habitan animales y viven personas gracias a ellos.
Este cultivo cambió la historia de los pueblos mesoamericanos y es base de la alimentación actual de norte a sur en nuestro país. También tiene que ver con la música, la lengua, la historia, el conocimiento, pero sobre todo con la diversidad cultural y humana. Los maíces pueden verse como una analogía: así como son tantos sus colores, México tiene muchas caras. “Hacer milpa” es una expresión que invita a reflexionar sobre cómo interactuamos en nuestros entornos.
“Una de las cosas que me dijo un buen amigo, que es graffitero, güero, vikingo y grandote, cuando estuvimos aquí fue ’Wow, I thought all the streets were dirt’ a lo que contesté ’¿Qué te imaginabas? ¿Un indito dormido? ¡Es Mexico City! ¡Es una gran civilización! Tú no sabes eso porque te han metido un chingo de shit, y a mí también, de mi cultura y de mi raza. Nos han metido un chingo de estereotipos, especialmente Hollywood’. Hay mucho por conocer y quiero que mi hija se sienta aún más orgullosa de sus raíces”, finaliza Nuke One.
Además de conocer estos murales de la milpa, checa más sobre dónde puedes ver el documental El Maíz en tiempos de Guerra:
Facebook: elmaizentiemposdeguerra
Está disponible en Filmin Latino
Más sobre Nuke One:
Página web: nuke.one
Agradecemos a José Manuel Montalvo, Carlos Cortés y Ana Solares su apoyo para esta entrevista
También puede interesarte
https://sisoy.net/dia-nacional-del-maiz/
https://sisoy.net/el-tepache-de-las-bodas-mixes/
https://sisoy.net/feria-del-maiz-en-tlaxcala-2018/
https://sisoy.net/gustavo-prado-y-mexico-creativo/
Cuéntanos si ya viste alguno de estos murales de la milpa.