Esta es la pequeña biblioteca gratuita que se instaló en Santa María la Ribera
Desde su fundación en 1864, las calles de la colonia Santa María la Ribera han guardado la historia de una ciudad en constante movimiento. Ahí tenemos, por ejemplo, los pasos de Gerardo Murillo Cornado (Dr. Atl), Ramón López Velarde, Mariano Azuela, José Alfredo Jiménez y Enriqueta Camarillo, entre otros. Ahora, una calle inicia una nueva historia, o mejor dicho, muchas historias porque invita a los vecinos, o a los que, como yo, no son de por aquí, a tomar y a dejar libros que quieran compartir.
Después de una caminata, di con la pequeña biblioteca gratuita que, a primera vista, engaña porque hace pensar que se trata de un buzón muy mono, de un lugar para pájaros o de un adorno que los de la casa número 34 de la calle Laurel pusieron para distinguirse del resto. Pero ya que te acercas bien a chismosear te das cuenta de que es un espacio donde se guardan libros de todo tipo.
La novedad de esta biblioteca está justamente en su forma: es una mini casa de madera adornada con elementos mexicanos. Es la primera en su tipo en la Ciudad de México, pues el proyecto de las pequeñas bibliotecas gratuitas empezó en 2012 en Wisconsin, en el Medio Oeste de EE UU, cuando Rick Brooks y Todd Bol pensaron que sería una buena idea unir al barrio (y estaban en lo correcto, ¿si no luego quién te respalda?) al mismo tiempo que promovían la lectura con los intercambios gratuitos de libros.
Lo que resultó se llamó Little Free Library. Hoy es un proyecto que se ha repetido en lugares como República del Congo e incluso Australia. Su éxito reside en que no solo se construyen casas bonitas, sino también un sentido de comunidad mientras se comparten habilidades, creatividad y conocimiento. Si lo pensamos detenidamente: es un combo perfecto.
La pequeña biblioteca gratuita que se instaló en Santa María la Ribera ha tenido un gran éxito. Tanto que cuando empezó había libros de José Emilio Pacheco y de Alfonso Reyes. Esta vez que fui ¡no había nada! No, no pienses mal. Seguro los lectores se están tomando su tiempo para disfrutar el libro que agarraron y pronto lo llevarán, o bien, lo reemplazarán con otro de su colección.
Ah, porque así funciona. Tú vas, tomas un libro (sin firmar nada, sin dejar la copia de tu IFE o INE) y te lo llevas a casa. Cuando lo termines lo regresas. La segunda opción, por si te-súper-mega-encantó el libro que tomaste, lo intercambias por otro que tengas. La dinámica es muy sencilla y libre de vándalos, porque no se puede robar algo que es gratis.
La pequeña biblioteca gratuita está disponible las 24 horas, los 365 días del año. El encanto está en hallar aquí un libro sorpresa, es decir, que no tenías la remota idea de que sería el siguiente que tendrías en tus manos las próximas semanas o meses. Esta es una iniciativa muy original que tú, yo y todos podemos repetir. ¿Cómo?
Los creadores de Little Free Library en su blog oficial tienen planos, consejos y hasta instrucciones para que armes tu propia biblioteca. Está también la opción de que pidas una ya hecha, aunque creo es demasiado (por los gastos de envío, el tiempo, etcétera) y no hay nada como algo que diga en su adorno y en los materiales Made in México. ¡Ajúa!
¿Ya sabes cuándo te darás una vuelta por esta pequeña biblioteca gratuita? Para que no te pierdas (como yo), te comparto el mapa con la dirección.
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2 Comentarios
Siempre que léo estos reportajes, me vuelvo a llenar de esperanza, alegria y me inspiran de sobremanera.
Una felicitación enorme!, es un bello reportaje.???
Hola Vika,
Qué bueno que te gustó el artículo. Te invitamos a leer más.
Lindo día.