Comer en la San Rafael, la rica San Rafa
Comer en la San Rafael puede ser una buena experiencia. Ante la gentrificación, hay algunos espacios que se resisten a desaparecer. En esta lista están los que perduran, aun a pesar de los cambios alimentarios y la competencia de la comida callejera y otras zonas restauranteras. También encuentras uno que otro nuevo, pero de costo accesible.
Recorrer la “San Rafa” con el fin de cambiar el estigma que le dejó el terremoto, la delincuencia o la imagen falsa de que no es un lugar idóneo para turistear, es necesario. Ya chole chango chilango de los mismos sitios.
Pensar que la avenida Ribera de San Cosme viene de aquella mítica Calzada México-Tacuba, con más de dos mil años de historia y que comunicaba a Tenochtitlán con Tacuba, te hace valorar aún más el paseo por sus calles y edificios. Y si decides ir de manera recurrente, verás que en algunos locales te reconocen y hasta te acogen con calidez. Así es el barrio.
¿Nos vamos de tragones a la San Rafa?
Lugares para comer en la San Rafael
La especial de París
Es la heladería más antigua de chilangolandia y data de 1921. Los antojos despiertan al ver su tablero con los sabores disponibles del día y se hace agua la boca con sabores como vainilla, chocolate, jengibre, fresa con albahaca, tabaco, mamey y mate. Su historia empezó como un pequeño puesto en la calle de París e Insurgentes y su dueño, Vicente Lozada, es la tercera generación que se encarga de darnos felicidad.
Avenida Insurgentes 117
Mercado de San Cosme
Al interior hay dos espacios que me gustan:
Margarita antojería
Margarita Becerril, originaria de Salazar, Estado de México, lleva 30 años cocinando en este puesto, que antes era más pequeño. De entre los distintos guisados que reposan en sus cazuelas de barro, la sugerencia son las albóndigas: deliciosas y sin huevo adentro (pero sí con arroz y hierbas), que se sirven bañadas en salsa de jitomate. Su longaniza con papas, mole poblano y puerco en pipián te dejarán con la barriga llena, el corazón contento y sin el bolsillo gastado.
Tacos Memo
Estos tacos de guisado que el señor Memo comenzó hace décadas son una muestra de la variedad capitalina que mata el hambre, llena el antojo y hasta deleita los sentidos, a precios más que pagables. Verás que hay una alternativa para ti, porque hasta en eso son democráticos: prueba el de tortitas de pollo o espinacas, y agrégale arroz, salsita roja o verde y aguacate. O hazte un taco placero con el que no fallas: aguacate, queso y chicharrón.
Avenida Ribera de San Cosme y Altamirano 77
Cochinita Power
Es otro de los puntos gastronómicos relativamente nuevos en este cuadrante. Ahí encontrarás cochinita pibil en tacos, tortas, panuchos y gringas. La sugerencia son los chilaquiles con una cama de frijoles.
Altamirano 19
La Tía
Es una fonda cumplidora con menús de desayunos y comidas, que tiene precios justos. En su carta encuentras desde chilaquiles hasta hot cakes de plátano o arándanos y diferentes opciones de platillos que cambian día con día, que van de lo tradicional hasta otras creaciones más modernas. Es un lugar muy querido por la comunidad que vive en la zona.
Manuel María Contreras 20
La Tonina
A este lugar llegué por un amigo norteño. Resulta que el luchador regio La Tonina Jackson y su hermana son los dueños de este restaurante desde 1946. Quizá uno de sus más grandes hits es que la tortilla de harina se hace a mano. Encontrarás también gorditas de nata, tacos de chilorio, machaca, cochi pecho (con pecho de res), picadillo, frijoles maneados, entre otros guisados.
Serapio Rendón 27
Boca del Río
Paulino y Carmen Castillo abrieron Boca del Río en 1941 y empezó siendo una barra para servir ceviches y cocteles veracruzanos. El negocio ahora es un gran salón y sigue de pie gracias al trabajo de esta mujer que aún hoy, con un poco más de 85 años de edad, sigue dando su toque personal a las preparaciones marinas en conjunto con sus hijos, Jorge y Alfredo. Todos sus mariscos provienen del Golfo de México y si vas sería pecado no pedir las jaibas rellenas. El color verde menta que destaca en él es otro testimonio de la época.
Avenida Ribera de San Cosme 42
El Califa de León
El changarro está en medio de puestos de ropa y tiendas de zapatos. Tiene fanáticos y detractores entre los amantes de los tacos callejeros. Lo que me late es que tu bocado es personalizado, es decir, todo se hace al momento: se mete la bolita de masa en una pequeña maquina tortilladora, sale la tortilla, se infla en el comal, la carne se pone en la parilla y se sazona con sal. La infraestructura que tiene es mínima y la gente lo abarrota (además de ser lugar para los trasnochados). Puedes taquear con costilla, gaonera o bistec. Un gran cuadro que tiene el pedacito de periódico con el artículo de La Jornada enmarcado, con el título Por que Colosio y no Aspe o Camacho, da testimonio de que ese candidato que fue asesinado comía como el pueblo: “de pie”.
Avenida Ribera de San Cosme 54
La Polar
La birria jalisciense y los tacos de este guiso son su especialidad, así como una enorme lista de cervezas, rones, “güisquis” y hasta mezcales y champaña. Sí, estoy hablando de La Polar. Este célebre lugar da servicios, a “la crudidad” para seguir la fiesta, porque es el lugar del “embriag-oso” (sic). Ambas palabras se leen en la primera página de su menú como una forma de darle identidad y razón de ser a su peculiar ambiente. Es de esos puntos a los que no solo vas por la comida, incluso lo visitas por lo kitsch, por el morbo y por decir “ya lo conocí” .
Guillermo Prieto 129
Agradecemos a Adrián Ortega, Sebastián Castillo y Andrés Treviño su apoyo para esta ruta.
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