Las máscaras de Suchitlán creadas por Guadalupe Candelario Castro
Las máscaras de Suchitlán creadas por Guadalupe Candelario Castro te llaman sin conocerlas siquiera, tienen esa magia que existe en lo bello del oficio artesanal que se distingue de la maquila. Él siempre se ha identificado con aquellas en las que plasma coloridos pavorreales: cuenta que este animal simboliza el colorido y la armonía.
Él forma parte de una cuarta generación de hacedores de máscaras. Su padre Herminio fue su maestro. Los instruyó a él y su hermano en este arte y ahora Lupe le enseña a su hijo, Diego.
En su pueblo, ubicado en el municipio de Comala, en Colima, la música, el baile y el trabajo manual son vitales. Desde el acto de escoger el tiempo justo para cortar la madera hasta su gran capacidad para hablar de su cultura son ejemplo de su sensibilidad y talento.
Madera en luna llena para las máscaras de Suchitlán de Guadalupe Candelario Castro
Cada pieza se logra gracias a la transformación de algunos tipos de madera como el colorín, a la que define como “la principal y la consagrada”. También del cuajiote o papelillo y la galeana.
Estas se preparan en tiempo de luna llena: pelan una parte conocida como “la pata del árbol”. “A un metro y medio, le quitamos la cáscara. La dejamos durante ocho días, y ya que haya terminado este tiempo, vamos y la derribamos. También trabajamos con la madera accidentada, la que está en el suelo”, explica.
Con herramientas como cuchillo, machete, lija y pinceles da vida y color a estos objetos que transforman a quien los porta. “En el tiempo de mi abuelo y mi bisabuelo se utilizaban pigmentos naturales para hacer sus pinturas. Ya nosotros no, porque todo va cambiando”, expresa.
Narra que se utilizaban frutos naturales de la región para teñir, como los zapotes para hacer lo amarillo y las pitayas para hacer el color rojo. Incluso, las hierbas naturales eran tintes. “Como les digo, mi abuelo y mi bisabuelo sí lo utilizaban, nosotros ya no”, agrega. Eso no quiere decir que su labor se demerite: solo es muestra de que en cada generación hay cambios. Lo vital es que permanezca la raíz que los motiva.
Guadalupe Candelario, promotor de las danzas y máscaras de Suchitlán
Guadalupe también promueve las danzas tradicionales como la de los negros o la de gallito. Cada máscara tiene una función, simbolismo y hasta poética. La del pavorreal que tanto le gusta se usa en la Danza de los morenos, que es usual el Domingo de Resurrección, el Domingo de Pentecostés y el Día de la Santa Cruz. Es habitual para las celebraciones religiosas y en ese baile, el personaje del coyote con bigotes de arcoíris es el más representativo. Algunos llevan un vestuario e ixtle y huaraches colimotes.
Otra es la máscara de la noche, con varios rostros en uno, que se usa el 24 de diciembre y la noche de año nuevo. Todos los animales tienen representación: el coyote representa la inteligencia; el chivo, la unión y la fuerza; el tecolote, la sabiduría; los felinos, agilidad y destreza; y los borregos cimarrones, fuerza y testarudez.
Su papá fue uno de los 150 maestros artesanos del libro de Banamex de 1996 y su hijo también ya ganó un concurso en Suchitlán de penachos tradicionales. Él se siente feliz de hacer esta actividad. Considera que si bien aún existen personas que les regatean, muchos sí la valoran y van hasta su taller ubicado en la Privada de Fresno de esta población.
Al final, Guadalupe desea entonar una canción con un tambor y flauta: dice que este último instrumento requiere un tratamiento especial si se usa para los bailes ceremoniales. Talla su madera con cuidado durante días hasta que el sonido se asemeje al de las aves cantando.
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¿Dónde encontrarlo?
Taller artesanal Yupi
Privada de Fresno 4, Suchitlán
Teléfono: 312 309 0250
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