Necesidades de tu piel

La piel no estará sana ni lucirá sana si no le damos el cuidado correcto. Tiene que estar limpia y protegida. Te digo por qué:

En la superficie de la piel se hallan miles de microorganismos que son parte de la flora bacteriana llamada saprofita, y que no representa peligro alguno para el cuerpo. Sin embargo, con algunos desequilibrios o cuando las defensas de las personas están bajas, estas bacterias se convierten en patógenas y causan infecciones.  Es decir, no es necesario que la piel se encuentre libre de bacterias, pero tampoco es bueno que sean muchas. Por lo tanto la limpieza de la piel sirve para regular la armonía que existe entre las bacterias y nosotros.

Cuando hablamos de protegerla  nos referimos a hacerlo tanto de agresiones físicas como de las químicas. Las primeras son golpes y roces que pueden dañar la piel; por ejemplo, un  rasguño, por pequeño que parezca, alterará la estructura cutánea y entonces, la función de barrera de la piel ya no estará garantizada, por lo que debes prevenir estos pequeños inconvenientes.

Si se trata de resguardarla de los rayos solares, hay que usar una crema, gel o spray con factor de protección solar. O cuando se realizan actividades más específicas que pueden significar un peligro, por ejemplo en la jardinería, debes usar guantes para evitar cortaditas u otras lesiones.

La protección química debe ser cuando realizas tareas domésticas o manipulas productos activos, pues la piel puede irritarse debido a los agentes químicos externos que identifica como patógenos.

¿Tú atiendes las necesidades de tu piel?

Fuente: Julien Kailbeck, Cosmética Slow, Editorial Edaf, 2012. 

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