Aprecia mejor un vino con los consejos de la sommelier Sandra Fernández
Sandra Fernández, sommelier mexicana, aseguró que tanto el olfato como el gusto se educan para disfrutar más de aquellos actos que involucran a los sentidos, como lo es beber vino, que es su tema de estudio.
Para empezar, algo indispensable es incrementar el acervo olfativo y gustativo personal; eso sólo se logra prestando atención a todos los aromas que hay a nuestro alrededor, agradables o no, así como probando todo lo que pueda probarse.
Ella dijo que si bebemos y comemos sólo lo que nos gusta, nuestra visión y percepción serán muy limitadas y al momento de conocer algo nuevo no tendremos la memoria de los sentidos necesaria para apreciar esa experiencia del descubrimiento.
En el caso del olfato, el proceso consta de tres momentos:
- Sensación: percibo aromas a través del olfato
- Percepción: reacciono ante ese aroma
- Apreciación: hago conciencia sobre lo que huelo.
Si te interesa aprender más de vinos y educar a tu nariz ella recomienda realizar catas metódicas de todos los vinos posibles y registrar todos los hallazgos en un catálogo escrito.
Lo anterior es un ejercicio de curiosidad: ¿cómo huelen las especias con las que cocinamos diario, cómo huele nuestra piel al salir de bañarnos, cómo huelen las jacarandas?, etcétera.
El mismo caso se aplica a los sabores, tan bastos que nuestro paladar se dará un agasajo. Sobre este punto, Fernández aseguró que el sentido del gusto es más fácil de educar.
Guía de aromas y sabores del vino
Sandra sugiere revisar la ficha técnica del vino a probar, que incluirá la siguiente información:
- Variedad de uva
- Origen (suelo/clima
- Proceso de elaboración.
Después, un instrumento útil para ir anotando los hallazgos es la rueda de los aromas desarrollada en 1987 por la Universidad de Davis en California, que incluye las notas frutales, cítricas, especiadas y más. Existen 150 tipos de uva para hacer vino por lo que las posibilidades son múltiples.
Otro consejo de Sandra es que se huela el vino primero a copa parada, es decir sin agitarla, ya que las notas florales son tan sutiles que se evaporarán más rápido.
En cuanto al gusto, existen además de los sabores básicos (ácido, amargo, salado y dulce), ciertos detalles a notar cuando se prueba el elixir de la vid y son sus niveles bajos o altos de acidez, alcohol, taninos y azúcar.
Hay un consejo sencillo para ayudar a nuestro paladar: un vino de una región cálida tendrá más azúcar y alcohol, pero los de zonas frías tendrán menos alcohol.
El primer trago siempre será para adaptar al paladar –por tanto, al cerebro- a lo que está probando. Ya los siguientes sorbos y saboreadas darán mayores detalles.
Otro consejo de Sandra Fernández es viajar y conocer otras culturas. De esta manera nuestra visión será más amplia y podremos tener más vivencias que nutren nuestra perspectiva.
Agradecemos a El Colegio Nacional su apoyo para esta nota