Malbec, uva francesa famosa en Argentina

Seguramente has bebido algún vino de la célebre cepa malbec. Y quizá no lo sepas pero ésta uva llegó desde Bordeaux, Francia a Argentina y revolucionó los vinos de este país de pampas y tango.

Todo empezó en 1852 cuando Domingo Faustino Sarmiento, personaje clave en la historia política de la Argentina, contrató a Michel Aimé Pouget, un destacado agrónomo francés, para que impulsara la industria vitivinícola argentina.

Pouget comenzó creando programas universitarios relacionados con la ingeniería agronómica, y en 1853 introdujo desde Francia semillas de uvas como cabernet sauvignon, pinot noir y malbec en suelo argentino.

Fue un 17 de abril de 1853 cuando el gobernador de Mendoza, Pedro Pascual Segura, llevó la propuesta a su congreso local para instituir a la Quinta Normal de Mendoza como escuela de agricultura.

A fines del siglo XIX, la viticultura argentina creció exponencialmente, y aunado a las crisis en las vides francesas por la plaga filoxera, la cepa malbec se adaptó bien a los terruños donde fue cultivada. Entonces, comenzaron a hacerse vinos con mejor calidad que los de su tierra originaria.

Desde 1889 hasta 1956, los cultivos de malbec en Francia se deterioraron gravemente y Argentina se convirtió en el único país del mundo con cultivos auténticos de esta especie originaria.

Una fecha vital para esta uva fue 1977, año en el que se elaboró un malbec superior en toneles de roble, y nació una estrella, que provocó gran sorpresa y revuelo en todas partes del mundo.

Así, en el periodo que comprende de 2004 a 2010, los vinos argentinos alcanzaron la mayoría de edad y las exportaciones crecieron exponencialmente, con el malbec a la vanguardia. Tan solo en 2010 el consumo de los vinos de esta variedad registraron un aumento del 60% en 12 meses. Y aunque los mercados continúan cambiando en la actualidad, como se lee en esta nota de la periodista Silvia Naishtat en el periódico El Clarín, el malbec es un vino reconocido en todo el mundo.