La milpa es más que maíz
Milpa significa “lo que se siembra encima de la parcela” y su nombre proviene de dos vocablos en náhuatl: milli, que significa “parcela sembrada”; y pan, que quiere decir “encima”.
Este sistema de cultivo permite la diversidad, el cuidado del ambiente y la estabilidad ecológica, así como la autonomía alimentaria. Fue domesticado en Mesoamérica hace dos mil 400 años.
Tradicionalmente, las plantas que integran a la milpa son maíz, frijol y calabaza, conocidas como la “tríada mesoamericana”, pero también coexisten con ella chiles, quelites, miltomates, plantas medicinales y animales.
Que cada quien cuide su variada “milpita”
La milpa se manipula de acuerdo a su entorno ecológico y saberes culturales; en cada región se tienen cultivos locales, por lo que se respeta la temporada y condiciones naturales de cada terruño.
Por ejemplo, los tepehuas masapijní de Tlachichilco, Veracruz utilizan este agro sistema para cultivar productos como cilantro, cebollín, hierbabuena, papaya, ajonjolí, mora, yuca, caña, ciruela, aguacate, zapote negro y mamey, entre otros.
Además, hace posible la diversidad: de maíz existen alrededor de 60 razas nativas; de frijol, hay cinco especies y diversas razas; y de calabaza, se cuantifican cuatro especies y otras razas, sólo por mencionar algunas cifras.
Monocultivo vs. policultivo
Según explicó el investigador Alejandro de Ávila Blomberg, las milpas son sistemas de policultivo, es decir que hay más cosechas múltiples en una sola superficie.
De Ávila contó el balance ecológico de los ecosistemas en los que se cultivaban milpas de manera tradicional está siendo afectado por el monocultivo, que es el proceso inverso, promovido por la occidentalización y las grandes industrias.
La milpa es una vez y media más productiva que un campo de maíz mejorado en monocultivo, según explican Edelmira Linares y Robert Bye del Instituto de Biología de la Universidad Nacional de México, por lo que la conservación de las mismas es vital.
Asimismo, es indispensable para la seguridad alimentaria de las comunidades indígenas en México explicó Linares, como es el caso de los tarahumaras con el maíz, que lo preparan en tortillas, atole, tesgüino y más recetas.
Pero eso no es todo: en este caso, se trata también de una cuestión de conservación biológica, pues los tarahumaras tienen 10 variedades diferentes de maíz nativo, la mayoría endémicas, que han entrado en crisis a causa de las sequías y para lo que han conformado iniciativas de protección como el Semillatón.
“Enmilpando” tu alimentación
Al comer una quesadilla con flor de calabaza, unos frijoles charros, unas calabazas rellenas o una tortilla con salsa y aguacate, la milpa está presente.
Es importante que incluyas en tu lista de compras productos que son parte de tu dieta local y de temporada para asegurar su frescura y sobre todo, para apoyar al campo mexicano y la conservación de nuestra cultura alimentaria.
Agradecemos a CANIRAC Oaxaca, Expo Restaurantes y Mesamérica su apoyo para la realización de esta nota
Fuentes: Instituto de Biología de la UNAM, jornada.unam.mx, y milpa.unam.mx
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