Los tamalitos de Olga y otros dichos tamaleros
¿Qué tanto tiene que gustarte una comida como para dedicarle una canción? Al parecer a los miembros de la Orquesta Aragón, fundada por Orestes Aragón en 1939, los tamales de una tal Olga los dejaron fascinados, tanto que en la década de los cincuentas hasta le dedicaron una canción a tan talentosa cocinera y al delicioso platillo latinoamericano. Los dichos tamaleros son el tema de este artículo.
La leyenda urbana cuenta que esa mujer se llamaba Olga Moré y era oriunda de Cruces. Dicen que ella vendía tamales para mantener a su familia a finales de los cuarenta y fue ganando popularidad hasta que conoció a Félix Reina, compositor de la célebre pieza, y a José Antonio Fajardo de la agrupación Fajardo y sus estrellas. Ellos sucumbieron a su sazón y la música da testimonio de su cariño por esta tamalera.
“Me gustan los tamalitos, los tamalitos que vende Olga. Pican, no pican los tamalitos que vende Olga, Olga” se escucha en las estrofas y los sonidos de ese son cubano puro y bailable ideal para recordar en Candelaria.
Dichos tamaleros mexicanos
No solo los cubanos han dedicado su lírica al tamal sino que en el lenguaje popular hay dichos célebres como aquel de que “al que obra mal se le pudre el tamal” para explicar que tarde o temprano quien realiza algún acto indebido recibe su castigo.
También está ese de que “el que nace para tamal del cielo le caen las hojas” para explicar que la vida se encarga de darles las herramientas o las oportunidades a aquellos con un destino marcado o un camino a seguir. Y hay otro más que dice “le hizo de chivo los tamales” cuando alguien le es infiel a su pareja.
Sonidos urbanos y el tamal
Quienes habitamos en la Ciudad de México reconocemos un sonido urbano inconfundible: el de los ricos y deliciosos tamales oaxaqueños. ¿Cuántos no hemos cedido a alcanzar al vendedor ambulante para comprar uno de mole o verde al escuchar ese pregón chilango? Te recomiendo leer la nota de Cynthia Ramírez en Letras Libres: Elías Zavaleta, la voz de los tamales oaxaqueños.
“Quién conoce la voz de los “ricos, deliciosos y calientitos tamales oaxaqueños” conoce la voz de Elías Zavaleta. Este veracruzano grabó la famosa cantaleta cuando era un adolescente y desde entonces no hay tamalero en la Ciudad de México que atraiga a sus clientes sin ella. Entre el gremio pocos conocen a Elías, pero todos, a la menor provocación, te ofrecen una copia del cassette con su voz por 300 pesos. Elías sabe de estas ventas y sabe también que su fama es de aquellas que no tiene nombre ni rostro; ese anonimato “no le apura tanto como el hecho de no recibir regalías por su voz”, escribió esta politóloga y periodista.
Por último, preparamos una nota sobre los mitos tamaleros más célebres.
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Fuentes: restaurantlacasa.wordpress.com, fundacionunam.org.mx, solocubanos.com, juanperez.com y sic.gob.mx