En agosto de 2014 el gobierno federal mexicano propuso una medida: aumentar el impuesto aplicado a los alimentos azucarados para reducir su consumo y así la obesidad que hizo a México uno de los países con mayor cantidad de personas con sobrepeso en el mundo. Más tarde, a finales del año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó a través de la Comisión para Acabar con la Obesidad Infantil un informe que está dirigido a perfeccionar la publicidad en cuanto a los problemas que provoca ingerir alimentos chatarra y cuáles son los “alimentos sanos”.
En otro documento también publicado por la OMS en 2016 llamado Políticas fiscales para la alimentación y la prevención de enfermedades no transmisibles, se especifica que al gravar el precio de las bebidas azucaradas con un 20% se reduciría la obesidad, la diabetes tipo 2 y la caries dental al bajar los niveles de azúcares libres en el organismo. Pero, ¿qué son los azúcares libres?, ¿cuál diferencia hay con el resto de los azúcares?
De acuerdo con el doctor Francesco Branca, director del Departamento de Nutrición para la Salud y el Desarrollo de la OMS, “desde el punto de vista nutricional, las personas no necesitan ningún tipo de azúcar en su alimentación”.
Se recomienda, continúa el doctor Francesco, que al consumir azúcares libres solo sea por debajo del 10% de las necesidades totales de energía que requiere el cuerpo al día; es decir, una porción de 250 ml por día de las bebidas azucaradas comúnmente consumidas.
¿Cuántos tipos de azúcares hay?
De acuerdo con la OMS al hablar de azúcares libres se hace referencia a los:
- Monosacáridos: glucosa o fructosa
- Disacáridos: sacarosa o azúcar de mesa, añadidos a los alimentos y bebidas por el fabricante, el cocinero o el consumidor.
- Azúcares presentes de forma natural: miel, jarabes, jugos de fruta y concentrados de fruta para jugos.
De acuerdo con la Universidad de Berkeley, en California, Estados Unidos, los tipos de azúcar se dividen en tres grandes grupos: los azúcares, que engloba a la fructuosa, el moscabado y el piloncillo, entre otros; los endulzantes líquidos como la miel y el maple; y los sustitutos de azúcar como el aspartame y la estevia.
Los azúcares más comunes en la industria de alimentos y bebidas
Sucralosa
Es 600 veces más dulce que el azúcar, se encuentra en gomas de mascar, postres, lácteos, congelados, jugos, refrescos y gelatinas. El metabolismo es incapaz de absorberla porque es sintética, pero tampoco se elimina de manera fácil.
De acuerdo con un estudio publicado por Journal of Toxicology and Environmental Health, se encontró que reduce hasta en un 50% las bacterias intestinales buenas teniendo como principal consecuencia comprometer la salud intestinal y hacer más susceptibles, a quiénes la consumen habitualmente, a microorganismos hostiles.
Sacarina
Es 300 veces más dulce que la azúcar común y uno de los edulcorantes sintéticos más antiguos; se emplea en yogures, mermeladas, frutas en conserva, goma de mascar, productos farmacéuticos, de higiene bucal, alimentos horneados y aderezos.
Aspartame
El azúcar más controvertido al estar compuesto por ácido aspártico, fenilalanina y metanol. Una investigación del Yale Journal of Biology and Medicine encontró que el aspartame altera la producción natural de hormonas, aumenta el apetito y los antojos de azúcar y carbohidratos; en casos extremos provoca daño celular neuronal, epilepsia, alzheimer y sensibilidad a la insulina.
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