Acompañamiento filosófico: mantener la calma en momentos de crisis
Esta técnica te ayuda a mantener la calma en momentos de crisis. ¿Sabes qué es acompañamiento filosófico?
Quizá puedas pensar “¿y eso con qué se come?“ pero en realidad esa no es una materia que solo puedan entender los académicos o los especialistas en el tema, sino cualquier interesado en aprender y compartir.
La mente también se entrena y se cuida, y es necesario aprender a hacerlo.
“La vida de un hombre es lo que sus pensamientos hacen de ella.” Marco Aurelio
Acompañamiento filosófico: mantener la calma
Ese fue el nombre del taller al que convocó la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) como apoyo a la comunidad.
En realidad, estos conocimientos se pueden aplicar durante momentos de crisis pues la filosofía puede incidir para la comprensión y la transformación de cualquier hecho catastrófico que ocurra en la vida y en la comunidad.
En Acompañamiento filosófico el doctor Gabriel Schutz habló de la terapia filosófica desde el estoicismo aplicado.Precisamente, él habló de cómo la filosofía de los estoicos puede ayudarte en tu vida diaria a mantener la calma (y mucho más de lo que crees).
Estoicismo para dummies
¿Qué tiene que ver el estoicismo con la resolución de problemas? Gabriel Schutz explicó que esta doctrina filosófica —que abarcó del año 300 a.C al siglo II d.C., con Zenón como fundador y con Marco Aurelio y Séneca como representantes— puede ayudar a tener otra percepción de una catástrofe como la que vivimos con los terremotos o con circunstancias que no esperamos como pandemias, guerras, etcétera.
Según los estoicos lo único que depende de nosotros es nuestro estado mental, dice este doctor en filosofía. Él divide al ser humano en dos planos: el interno, es decir, nuestra mente y nuestros pensamientos; y el externo, es decir todo lo que no es intrínseco, como el cuerpo, los bienes, las demás personas, la naturaleza, etcétera.
“Ellos decían que no hay que orientar la vida basándose en el mundo externo porque de ahí viene el sufrimiento. Parece broma, pero a veces ignoramos que somos mortales y estos eventos repentinos nos lo recuerdan. Es una especie de ceguera y estas situaciones son golpes, pero también una oportunidad de despertar, de hacer”, dice.
La diferencia entre la fortuna y la esfera de mis poderes
Quizá pienses en este momento que “eres muy afortunado” por tener una salud óptima, un buen trabajo, una buena reputación, un cuerpo ejercitado, riqueza material, placeres distintos o una pareja ejemplar, solo por mencionar algunos ejemplos. Pero Gabriel enfatiza que justo “cuando uno quiere apropiarse de la fortuna habrá sufrimiento” porque “nada garantiza que eso serán permanente”.
La diferencia para no vivir “enganchado” a esas condiciones temporales y mantener la calma radica en saber cuál es “la esfera de mis poderes”, es decir, qué está en mis manos y qué no. “Debemos adiestrar la mente para que sepa que lo externo no dependerá de mí”, agrega.
Un ejemplo aplicado para superar los traumas es tener claro qué sí está en mi control y qué no. “Es una gran soberbia creer que uno puede hacer más que lo puede y eso no es un acto noble sino de egoísmo”, agrega. La impotencia y la frustración vienen de no entender esto. “Las paredes se caen, la gente se muere: eso es innegable. Si uno se entrena, la aceptación llega más fácil”, dice. Hay que mantener la calma.
Expectativas flexibles
Una mente con expectativas flexibles es más adaptable, sufre menos y actúa porque tiene compasión, que esa es la labor central de un estoico: trabajar por la comunidad. “Si algo colapsó emocionalmente sin un motivo aparente hay que revisar los cimientos, pues no son resistentes y hay estructuras rígidas”, explica.
Además, una mente lúcida y templada es más hábil para resolver y ayudar, no solo a los demás, sino a ti mismo. “La mente sí se enfoca en una sola actividad importante, percibe y de ahí actúa”, enfatiza.
Impermanencia como única constante
Ese famoso “aquí y ahora” del que hablan en las terapias no es una idea nueva para mantener la calma: el estoicismo, que en palabras de Gabriel “tiene mucha similitud al budismo”, no es distinto a un concepto vital en la vida: la impermanencia.
Lo impermanente es esa condición de que todo está en constante cambio y no hay nada estático. “Estamos muriendo todo el tiempo y ese tiempo es precioso. Precisamente, se aprecia y agradece el tiempo a través de la impermanencia”, agrega.
Nunca vivirás otro momento como este en el cual estás leyendo estas líneas y eso es lo que tiene cierto encanto. Los budistas en este caso dirían que cuando uno solo se aferra a sensaciones y posesiones, deseamos que los estados de felicidad, gozo o dominio sean permanentes. Pero la realidad no es así: entender las transformaciones nos ayuda a que haya plasticidad para que, si eso que tenemos de repente se esfuma, podamos aceptarlo y actuar.
Prospectiva y retrospectiva
Un ejercicio útil para trabajar en escribir en dos planos. Por un lado, la prospectiva, que trabaja para pensar en qué viene y prevenir. Por el otro, la retrospectiva, que analiza lo que sucedió en el pasado para poder actual en el presente.
Para la prospectiva Gabriel recomienda pensar en el peor escenario posible. Esto ayudará a que las situaciones no te tomen por sorpresa y puedes estar mentalmente preparado para la adversidad.
Y la retrospectiva sería mirar hacia atrás: ¿en qué fallé durante las emergencias? y ¿qué puedo hacer, moral y físicamente? Esto, con el fin de observar e identificar una respuesta alterna que me permita actuar con mayor templanza y más serenidad.
Estoicismo no es indiferencia, es control mental y colectividad
A veces se piensa que ser estoico es permanecer indiferente pero en realidad es todo lo contrario: “la razón es social, es comunitaria y no solo tiene un beneficio individual”, dice filosofo y escritor. El moverte a través de ella permite que favorezcas de mejor manera a los demás y para los demás.
“Sabes que el resultado final de ayudar no dependerá de ti; por tanto, se toma con reserva”, agrega. Él opina, desde esta visión filosófica, que la culpa es torpe, y su otra cara, la responsabilidad, es hábil. “Sentir culpa no es noble, hay soberbia en ella. Y la necesidad de juzgar a los demás por hacer o no viene del ego. Está en nuestro poder aprender”, finaliza.
La plataforma TED realizó un video sobre el estoicismo y algunos representantes de esta corriente filosófica, por si quieres saber más:
¿Qué sintió tu cuerpo?
La doctora Jeannet Ugalde, por otro lado, recomienda que uno no relate una y otra vez los traumas. Lo que sugiere es que por pausas se haga una introspección para saber qué se siente en el cuerpo y con qué magnitud, así como las emociones que se tienen en esos momentos.
Al detectar qué emoción es, ya sea miedo, enojo, tristeza, etcétera, y en qué parte del cuerpo (dolor de cabeza o de estómago, entumecimiento del cuerpo, etcétera) el discurso se integra de manera completa y no desasociada pues “hay que integrar cuerpo y emoción”.
Ella explica que la respiración profunda es una forma de conectarnos con el presente. Inténtalo: cierra los ojos, visualiza tu cuerpo en el espacio y el tiempo en el que estés. Escucha los sonidos del entorno, percibe los aromas a tu alrededor, la textura de la ropa que traes puesta y observa cada parte de tu ser en cada inhalación y exhalación.
“Ninguna pérdida debe sernos más sensible que la del tiempo, puesto que es irreparable.”, Zenón de Citio.
5 lecturas recomendadas
1. Meditaciones, de Marco Aurelio
2. Diálogos, de Séneca
3. Una ética en tiempos de crisis, de François Gagin
4. Historia de las creencias religiosas, de Mircea Eliade
5. Los estoicos antiguos, de Zenón de Citio
Más información:
Escribe a gabriel.schutz@gmail.com si tienes más dudas al respecto o si buscas más información sobre la terapia filosófica.
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