Consejos para un buen horneado
Este método de cocción se logra por la acción directa del calor del horno y sus características fundamentales son que los alimentos quedan jugosos, así como se garantiza un mayor sabor y valor nutritivo.
El horneado consiste en colocar el insumo deseado en una cacerola, previamente engrasada y aromatizada, e introducirla en el horno precalentado. Se debe iniciar con una temperatura moderada y luego se disminuye el calor para que el alimento se dore por fuera y se cueza por dentro.
Si hornearás carne, el tiempo dependerá del tamaño, grosor y consistencia de la misma. Aquí hay algunos consejos:
- Aves: hornéalas enteras. La relación aproximada es de 30 minutos por cada kilo.
- Res: de preferencia usa cortes más tiernos como lomo y churrascos, con hueso. No se recomienda hornear piezas de menos de un kilo sin hueso. Sella la carne en una sartén y a fuego alto y luego ponla en el asador durante cinco minutos antes de llevar al horno. Para saber que está lista, usa un termómetro para carnes y colócalo al centro: deberá marcar entre 60 y 80° C, dependiendo del término deseado.
- Pescados: su carne es muy delicada y cuando se expone al calor tiende a resecarse. Se aconseja usar agua, vino o fumet (*), o cubrirlo con una capa de verduras o hojas de espinaca, acelga o lechuga. Se sugiere hornear entre 180 y 230 °C.
- Verduras, tubérculos o frutas: quedan bien solos o con mantequilla. Si son pequeños, hornéalos enteros y si son grandes, córtalos en mitades o cuartos.
Recuerda que cada horno es diferente, así que prueba el tuyo y encuentra la temperatura adecuada.
Agradecemos a la chef Margarita Chaim y a la Fundación Herdez su apoyo para este artículo
* Es una preparación elaborada a base de caldo de espinas y cabezas de pescados o mariscos, que es enriquecido con verduras y sirve como fondo para otros alimentos.