Salud

¿Soy intolerante a la lactosa?

¿Soy intolerante a la lactosa?
  • Published15 December, 2016

Si el estómago te duele después de haber consumido leche o sus derivados, es posible que seas intolerante a la lactosa. Esto sucede porque el cuerpo no tiene la suficiente lactasa, que es la enzima que rompe la lactosa en dos moléculas (glucosa y galactosa) para la correcta digestión.

Si la lactosa no se rompe, pasa al intestino grueso generando inflamación, gases, dolor y diarrea.

El encargado de diagnosticarlo es el médico. Hay distintas pruebas, pero la más común es el test de hidrégeno, aunque también hay de sangre y genético.

Si sufres de esto, no debes preocuparte ni sentirte raro, pues el 75% de la población mundial es intolerante a la lactosa y no es de extrañarse, pues el ser humano en realidad nunca necesitó leche. En un principio sobrevivió y evolucionó siendo cazador, no fue hasta cientos de años después que en Europa se comenzó a consumir leche. Por esta razón es que los europeos son los que mejor toleran la lactosa.

Solo el 1% de los suecos es intolerante, el 6% de los ingleses y el 15% de los rusos y españoles. En cambio, en México, el 83% no toleramos tomar leche y sus derivados.

Sin embargo,  aunque la cifra es alta, no todos sabemos que la tenemos. Depende mucho el tipo de sensibilidad y la cantidad de lactosa que se consuma. De hecho existen distintos niveles de intolerancia y se clasifican así:

Sensibilidad de lactosa

Alta – de 1 a 4 gramos de cantidad diaria tolerada.

Media – de 5 a 8 gramos de cantidad diaria tolerada.

Baja – de 9 a 12 gramos de cantidad diaria tolerada.

Los alimentos que más lactosa contienen son la leche condensada, la leche evaporada, la leche de vaca en todas sus presentaciones (excepto si es deslactosada), el helado, el requesón, la crema, el yogurt, el queso y la mantequilla.

Cómo sobrevivir sin la lactosa

La ausencia de la lactosa puede generar falta de calcio en tu organismo, pero para eso existen fuentes alternativas como la sardina, la soya, los nopales y los quelites.

Si de plano no quieres renunciar a la lactosa y tu sensibilidad es baja, solo evita consumir grandes cantidades en un solo tiempo de comida. Repártela a lo largo del día y reduce las raciones poco apoco.

Y ojo con la leche que decidas tomar, evita la que es en polvo, la evaporada y la condensada que son las que más difíciles de digerir son.

Por otro lado, hay suplementos de lactasa en pastillas que puede recomendarte tu médico para que sigas comiendo lo que más te gusta sin ningún problema.

Fuente: Gracias a la nutrióloga de Elige Nutrición (María Fernanda Sandoval) por la información.

 

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Written By
Talía Santana

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