Amar con hambre vs amar sin hambre: el vacío no es afuera, es adentro
Amar con hambre vs amar sin hambre, quizá no es lo que te preguntes cuando estás en una relación. De hecho, muchas veces no nos cuestionamos si estamos en una relación sana hasta que hay alguna crisis, un problema o algo ya no se apega a lo que teníamos idealizado.
Después de una relación bastante intensa, algunas lecturas y una entrevista con la psicoterapeuta y escritora, Anamar Orihuel, me decidí a contarte un poco más sobre esa delgada línea entre estar con alguien por necesidad o por amor, que muchas veces va la mano con la pobre capacidad de decir no o de no saber poner límites.
¿Qué es eso de amar con hambre vs amar sin hambre?
“Bueno, a muchas personas les pasa que centralizan su relación, dejan de ver a sus amigos, familia o incluso descuidan el empleo, porque hacen de esa persona especial el centro de su vida”, comenta Anamar. No sé ustedes, pero a mí me ha pasado y de repente, cuando volteas y ves todo eso que dejaste de hacer, comprendes la importancia de no perderte a ti mismo con el afán de mantener a alguien cerca.
Así, el término amar con hambre se refiere a buscar una relación, o mejor dicho, a una pareja con el afán de llenar un vacío o satisfacer una carencia interna. Y la realidad es que si sientes que alguien más te dará lo que necesitas para “ser feliz”, lo más probable es que esa relación fracase, pero no por la otra persona, sino porque el verdadero problema está en ti y en tus carencias.
“Una persona que depende de su pareja para tener afecto está limitada a necesitar y no a amar”, asegura Anamar en su libro Sanar tus heridas en pareja. Además, entre experiencia y una plática que casi se convirtió en una charla de café con una vieja amiga, Anamar me cuenta que cuando la carencia es lo que te mueve, lo más irracional e impulsivo aflora.
De repente, una serie de recuerdos fluye por mi cabeza y me hace pensar todo lo que vivimos, porque nadie jamás no enseña qué es eso de amar con hambre. Al contrario, tantos cuentos de hadas o vivencias cercanas refuerzan la idea de hacer de una pareja el centro de tu existencia.
¿Cómo diferenciar el amar con hambre del amor sin hambre?
“Algo que todas las personas deben tener en cuenta es que no nos atrae nadie por casualidad, casi siempre nos gustan las personas que significaran un reto, que nos harán ver todos nuestros asuntos sin resolver con nosotros mismos. En otras palabras, esa persona que eliges representará todo lo que te duele en el amor y será tu responsabilidad tomar la oportunidad y arreglarlo de su mano o repetir el patrón con alguien más”. Y es que después de escuchar estas palabras de Anamar, ¿no te hace ruido que siempre termines en el mismo tipo de relación que, quizá, juraste no ibas a repetir?
De acuerdo con Anamar, existen algunos puntos clave para diferenciar el hecho de amar con hambre vs amar sin hambre:
Amar con hambre
- Creer que el amor se da por lo que haces y no por lo que eres.
- No obtener satisfacción con lo que recibimos, nada es suficiente.
- Sentir el amor como una montaña rusa de confusión, dolor, miedo, celos, inseguridad y pasión.
- Odiar la incertidumbre y buscar controlar todo para obtener “estabilidad”.
- Crear historias de sucesos irrelevantes.
- Obsesionarte con él o ella.
Amar con hambre está directamente relacionado con una sensación de vacío, por lo que no importa qué tanto recibamos, nunca será suficiente y seguiremos con “hambre de más”.
Amar sin hambre
- Poner límites y saber decir lo que quieres.
- Aceptarte a ti mismo.
- No tener miedo a ser vulnerable y vincularte con los demás.
- No sentirte responsable de la otra persona.
- Conocer tus heridas y hacerte responsable de tus actos.
- Aceptar al otro con su luz y su sombra.
“Cuando amas sin hambre y entiendes que nadie sana en solitario, que necesitas de esas otras personas para conocerte a ti, se va el miedo a perder y logras tener relaciones más sanas, sin necesidad”, asegura Anamar.
Amar con hambre no te lleva a la felicidad
Así es y muchas veces nos da miedo pedir ayuda o no sabemos a quién recurrir o, incluso, hemos normalizado tanto ciertas circunstancias y mecánicas de pareja, que ya ni notamos que nuestra relación está mal.
“Muchas personas han ejecutado el amar con hambre toda su vida y a pesar de estar en una relación que a ratos les da felicidad, pero muchos otros les ocasiona tristeza y enojo, no son capaces de darse cuenta que el hecho de que hayan vivido así siempre, no quiere decir que sea lo mejor”, continúa Anamar, mientras recuerdo cuántas veces debí poner un límite pero no lo hice. Me acostumbré.
Yo soy bastante fan de la terapia y mientras platicaba con Anamar, coincidimos en un punto importante de la psicoterapia: muchas vivencias de la infancia forjan el estilo de relación que tendrás en la adultez y muchas veces hace falta ayuda profesional para cambiar esos patrones que hemos seguido toda la vida.
Si quieres trabajar más a fondo tus conflictos individuales o en pareja, si quieres comenzar una relación más sana y dejar de amar con hambre, te recomiendo leer el libro de Anamar, Sana tus heridas en pareja, o acudir a la terapia de tu preferencia.
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