¡Acá también hay arte! Los murales del Mercado de la Merced
Don Raúl está listo para que le tome una foto frente a uno de los murales del Mercado de la Merced. Sonríe, pero su mirada no está del todo presente. Parece buscar a alguien más en los pasillos.
Echándole ojo al local de este señor, donde vende accesorios para bicicletas, dulces y también refrescos, está Dotes, artista urbano que formó parte del equipo que realizó la pinta de los murales. Él es a quien don Raúl busca.
Luego de convencerlo para que saliera en la foto, los dos finalmente posan. El rostro de don Raúl luce pleno.
La sonrisa que vi al principio del recorrido por los murales se esfumó. Ahora son dos carcajadas las que acaparan todo y muestran lo que logra el trabajo colaborativo entre locatarios, personas del barrio y artistas, el cual, desde 2018, ha estado construyendo una nueva imagen de la Merced. Era necesaria, dice el también fundador del Centro Cultural Keren Tá Merced, porque la mala fama que tenía la zona, debido a la delincuencia y prostitución que ahí coexisten, ha provocado su abandono. “Juntos hemos tratado de dar otra imagen, que la gente cuando venga al Mercado de La Merced se lleve otro sabor de boca”, explica. “Queremos ofrecerles una alternativa, es decir, que además de productos encuentren murales y quieran regresar al mercado”.
Para don Raúl, el arte y la cultura son herramientas importantes en el cambio que busca junto con otros compañeros, porque dice, solo a través de ellas “la gente puede ir más allá de los estigmas y dejar de catalogarnos”.
Los murales del Mercado de La Merced
Tal como comentaba el locatario, en el Mercado de La Merced hay más que solo comercio, hay también cultura. Los murales que hoy se pueden ver, principalmente en la Nave Mayor, comenzaron a pintarse luego del incendio que afectó la zona el pasado 27 de febrero de 2013.
La realización de cada obra se volvió una oportunidad de integración y unificación para la comunidad del mercado que perdió parte o todo su patrimonio. Una vez terminadas, las obras sirvieron para dignificar a los comerciantes; aquellos que luego del trágico suceso siguieron en sus locales o en otros espacios, trabajando. Del mismo modo aprovecharon para hacer un pequeño homenaje a esos otros comerciantes que llevaban toda una vida en el mercado y que por su edad ya no tuvieron las mismas fuerzas para volver a empezar.
Don Raúl recalca que lo importante de los murales del Mercado de La Merced y del proceso alrededor de ellos es recodarles a todos, a los de barrio y a los que no son, que siguen de pie.
Breve recorrido
Si se mueve del local, don Raúl no vende. Chamba es chamba. Por eso el recorrido por los murales del Mercado de La Merced lo iniciamos con el que tiene a un lado de su puesto.
El mural representa la historia del lugar, a la mujer como pilar del mercado y a los hijos de los locatarios. Primero, don Raúl remarca que hay que recordar que el barrio de La Merced tiene más de 800 años dedicado al comercio. Y explica que su principal actividad comenzó desde El Parián, el primer mercado público que se instaló en el Zócalo.
“El Mercado de la Merced como lo conocemos hoy se inauguró en 1957. Forma parte de un proyecto en el que encontramos al mercado de Mixcalco, al mercado anexo (donde encuentras todo lo referente a la cocina), al de Sonora, el mercado de carnes, al de comidas y al de las flores.
“Además de la historia, en el mural le damos importancia a la mujer porque en el barrio la mujer es un pilar, es la que siempre está en el trabajo, luchando. En la parte de abajo puedes ver llamas. Estas hacen alusión a los varios incendios que ha sufrido el mercado. Otro aspecto importante son los rostros de algunos comerciantes y niños, quienes, por cierto, también participaron en la realización de este mural”.
Durante la pinta, a los niños se les preguntó qué era lo primero que les venía a la cabeza cuando escuchaban el Mercado de la Merced y ellos contestaron: ¡ratones! Entonces, los roedores se añadieron al mural. Ahora el reto de los visitantes es que en un minuto encuentren a los cinco que pintaron -yo me tardé más de lo normal-.
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La siguiente parada en este recorrido por los murales de La Merced es la obra inspirada en la Virgen de La Merced, la patrona del barrio y el mercado, a quien cada 24 de septiembre le organizan una gran fiesta para celebrarla.
Don Raúl tiene una gran anécdota sobre el mural. Cuenta que cuando lo estaban haciendo no sabían qué pasaba porque no podían terminar de pintar a la Virgen. “Le borramos dos veces el rostro y al Niño Jesús que sostiene, igual. Dotes, quien hizo el mural, tiene gran experiencia (¡hasta se fue a Canadá a hacer dos murales!). Los artistas tienen esa belleza para plasmar las cosas, lamentablemente algo sucedió.
“Luego de varios intentos, le pusimos algo simbólico para que la Virgen nos permitiera pintarla: al Niño Jesús le colocamos un rosario y creemos que eso hizo que la Virgen cediera porque se le empezó a ver el rostro”.
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A un lado del de la Virgen se encuentra Abundancia. El mural se pintó para conmemorar el 61 aniversario del Mercado y se encuentra en las paredes de la estación del Metro La Merced.
Dotes ahora continúa con el recorrido y me explica que este fue el primero de todos los murales del Mercado de La Merced. También dice que para la elaboración se tomó en cuenta a los comerciantes del lugar. “Me empezaron a decir: ‘pinta mis cebollas, mis nopales, mi fruta, porque yo vendo eso’. La mejor opción fue atiborrar el mural con el mayor número de productos que aquí se venden”.
La idea la llevó a cabo este joven artista, pero tuvo ayuda de un compañero para los degradados, así como la ayuda de don Raúl y Tanké, amigo e integrante del Centro Cultural Keren Tá, quien lo invitó al proyecto. Ellos lo fueron nutriendo con observaciones que luego resultaron en pequeñas modificaciones.
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El último mural está dividido en tres. La primera parte la hizo Leviatán; la segunda, Buba, y la del centro, Dotes. Acerca de esta parte, el artista explica que representa al marchante y que para el diseño tuvo la ayuda de los comerciantes del Mercado de La Merced.
“Lo que traté de hacer fue darle gusto a los locatarios del Mercado que están atrás del muro, pues ellos fueron los primeros en decir que se veía muy padre el mural de la Abundancia. Ellos dijeron que querían algo similar en el muro gris porque se veía triste y pocas personas pasaban.
“Entonces se me ocurrió la idea de rescatar el lenguaje del marchante luego de platicar con una señora. Ella me comentó que ya casi todos los chavos preferían ir a un Oxxo o a un Walmart que a un mercado. Yo pensé que se vería bien representar al marchante. Las frases que pinté son las típicas que dicen los locatarios, como ‘¡Pásele, güerita!’. Con este mural simplemente quise reflejar lo que les gusta a los del mercado y su día a día. Por eso las frutas, semillas, chiles y camarones que se ven pintados”.
El mural se hizo cuando los locatarios estaban retomando sus lugares, luego del incendio. En esos días había poca gente, pero cuando se le metió color a este espacio la gente empezó a pasear más y más por ahí.
“Creo que ese era el objetivo de don Raúl, Tanké y de Keren Tá Merced: que el lugar no se viera tan solo, tan triste”, agrega el artista. “Tanto a los locatarios como las personas que vienen a comprar acá les gustaron los murales. Ahora les gusta echarle una mirada, pasearse por aquí”.
Más sobre los murales del Mercado de la Merced:
Facebook: kerentamerced
Facebook: ad.dotes
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