Baja California, sus especies comestibles y el valor de los pescadores
La diversidad biológica marina en Baja California es muy amplia. Patricia Villareal, Marco Bejarano y sus hijos Sebastián y Pablo crearon en 2013 Think Blu, su empresa familiar en la cual no solo venden especies de temporada sino que promueven la pesca sustentable y el trabajo justo de los pescadores.
Todo debe ser rastreable desde la obtención de la especie en el mar hasta la mesa. En esta historia conocerás más sobre las especies comestibles y el valor de los pescadores en Baja California.
Ellos contaron que entre las especies comestibles más valoradas en Baja California están la langosta roja, el erizo rojo, el abulón, la almeja generosa, el atún aleta azul y el pepino de mar. Todas tienen períodos de cuidado y son vigiladas de cerca para evitar la sobrepesca así como que se extraigan fuera de los tiempos de veda. Son enviadas exitosamente a los mercados asiáticos donde hay una gran demanda.
Especies poco conocidas
También existen especies desconocidas que podríamos apreciar más y ellos llaman “los mal queridos” ya que son poco consumidos, ya sea por su apariencia o por que se ignora cuál es su sabor.
Entre ellos están: lingcod, vieja, payaso, pescado blanco, lupón, bocaccio, curvina, sierra, barracuda, mantarraya, choros, percebes, caracoles, jaibas, erizo morado, bonita, macarela, mojarra, mojarra labios de mantequilla, cabrilla, cabrilla extranjera, vermillion, cola de zorro, lobina, e incluso la salicornia y las algas marinas.
Algunas que no deberían consumirse tanto serían las que tiene restricción o veda, afirman. Estas medidas se toman para asegurar sus ciclos de reproducción y crecimiento, como el erizo rojo, la langosta y el abulón. El consumo del atún aleta azul tiene y debe ser hecho con medida, ya que también tienen una cuota regulatoria de captura.
¿Qué no consumir?
Ellos aconsejan que tampoco deberíamos consumir pescados muy pequeños pues están fuera de talla y por supuesto abstenernos de comer aleta de tiburón pues no solo es una depredación a la especie sino que se desperdicia el resto del animal.
Otro ejemplo de algo indebido es el consumo del buche de totoaba, que es muy solicitada por el mercado asiático. “Se extrae solo el buche o vejiga y se descarta el resto, eso es un crimen”, dice Paty.
Por fortuna, se han hecho grandes esfuerzos para criarla en cautiverio en la Universidad Autónoma de Baja California, explica. “Hay productores que tienen un certificado que avala su procedencia y ésta es aprobada para su consumo. También hay empresas que tienen granjas de abulón, mejillón y ostiones que aseguran la comercialización adecuada de estas especies en talla, temporada, etcétera”, agrega.
Más valor al trabajo de los pescadores
Paty y Marco ven con tristeza que el oficio del pescador es a veces menospreciado y olvidado pues estos hombres y mujeres no cuentan con muchos recursos para poder ingresar a un mercado laboral competitivo, mucho menos para ingresar a las listas de las reformas fiscales. Ellos viven al día y si hay alta marea, marejada, lluvia o temporales, sencillamente no comen. Los pescadores trabajan de sol a sol y ponen en riesgo su vida.
Lo medular es promover su presencia y mostrar sus rostros y manos. Con su proyecto Think Blu ponen un granito de arena pues da a conocer que para poder comer un pescado fresco, un ostión o un erizo hay todo un proceso que va desde ponerle combustible a la panga, enfrentar las olas, estar en alta mar, comprar equipo de pesca, apegarse a las tallas y especies sin veda, tener un permiso de pesca, contar con avisos de arribo y todo esto antes de pisar tierra.
Ellos hacen un importante llamado a no juzgar a nuestros semejantes por su apariencia o su vestimenta y eso debe venir de casa. También dicen que se deben potenciar las oportunidades de acercamiento con pescadores y que las personas vean, pregunten y sobre todo, respeten este oficio.
Una cadena de aprecio
“Los pescadores no piden ayuda ni limosna ni foros abiertos donde expresarse, sin embargo hay que hacer conciencia civil de que es una comunidad cercana a nosotros y que la mejor manera de apoyarlos es consumir los productos e ingredientes que nos acercan”, aseguran.
Algo beneficioso sería que los cocineros y chefs pudieran saber quiénes hacen posible su pesca. Aunque quizá hay un estigma de no compartir proveedores, la comunidad ya está más abierta a saber que no es competencia, dijeron.
Conoce algunas de las historias de los pescadores con los cuales trabajan en Think Blu y reflexiona sobre qué tanto conoces de dónde viene lo que comes. Las especies comestibles y el valor de los pescadores en Baja California es un tema que da mucho para explorar.
Más información:
Twitter: @thinkblumex
Mail: thinkblu23@gmail.com
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2 Comentarios
GRACIAS!!! RAyito de esperanza azul, como el mar que nos envuelve. Gracias!
Nada que agradecer, Patty. Un placer hablar de lo bueno que tiene nuestro país y la gente que trabaja por él, como ustedes. Abrazos.