Dieta alcalina para tratar el cáncer ¿mito o realidad?

Dieta alcalina

La dieta alcalina se ha popularizado en los últimos años, pero al igual que otros temas en torno a la nutrición, está llena de mitos que muchas veces desconocemos por no acudir con un especialista. Una de las posturas más recientes en torno a este tipo de dieta es que ayuda a tratar el cáncer. Pero, ¿en realidad funciona?

Para quitarnos de dudas, la especialista en nutrición clínica Isis Bernáldez nos habla sobre la dieta alcalina y su relación con el cáncer.

El pH, el indicador de una dieta alcalina

Antes de hablar sobre las dietas alcalinas, es importante entender qué es el pH o potencial de hidrógeno. Se trata de un valor que mide la alcalinidad (base) o acidez de una determinada sustancia, a partir del porcentaje de hidrógeno y la cantidad de iones ácidos que posee. La escala del pH va del 0 al 14, de forma que se considera 7 como un valor de pH neutro; menos de 7 se vuelve más ácido, arriba de 7 se vuelve más alcalino.

¿Qué es la dieta alcalina?

“La dieta alcalina es un régimen alimenticio que, a través del consumo de ciertos alimentos pretende cambiar el pH del cuerpo, es decir, reducir la acidez para hacerlo más alcalino, pues se cree que así es más difícil desarrollar cáncer”, comenta la especialista en nutrición clínica, Isis.

Los alimentos que más se promueven en una dieta alcalina son las frutas, las verduras, los jugos de fruta, papas, vino y agua mineral, mientras que los cereales, alimentos de origen animal, lácteos y derivados, alimentos procesados y cerveza, son los que deben evitarse.

Cabe mencionar que la recomendación se hace no a partir del pH que poseen por sí mismos, sino por el efecto que tienen dichos alimentos después de la digestión.

 

En un comunicado del ISSSTE se lee que “los minerales como el potasio, el calcio, el sodio y el magnesio, forman reacciones alcalinas (básicas) en el cuerpo y se encuentran principalmente en las frutas y las verduras. Contrariamente, los alimentos que contienen hierro, azufre y fósforo como las carnes, el huevo, los lácteos y los frutos secos, son promotores de acidez”.

El pH en el cuerpo

Respecto al índice de potencial de hidrógeno que tenemos en nuestro organismo, la especialista señala que “el cuerpo humano es muy inteligente y cada parte posee una acidez o alcalinidad específica que es controlada por los riñones. Poseemos dos zonas del cuerpo que, por naturaleza, son ácidas: el estómago y la vagina, y de ser cierto que este pH propicia el cáncer, estas zonas serían las únicas afectadas, o por lo menos, lo serían de manera más frecuente”.

Afirma también que cambiar el pH del cuerpo a través de alimentos es prácticamente imposible e incluso puede ser peligroso y señal de alarma, ya que el cambio en el pH del cuerpo solo sucede cuando existe algún tipo de enfermedad.

La dieta alcalina y su relación con el cáncer

Finalmente, la especialista concluye que “no está comprobado que asumir una dieta alcalina ayude de alguna manera en el tratamiento contra el cáncer. Pero llevar un control sobre el tipo de alimentos que se consumen, tiene un impacto benéfico en la nutrición, no solo para las personas con cáncer, sino para cualquier persona”.

En el comunicado del ISSSTE arriba citado se sostiene que lo ideal es llevar una alimentación compuesta de un 20 a 25% de alimentos ácidos y de un 75 a 80% de alimentos alcalinos.

Al final, el objetivo es llevar una dieta balanceada. En caso de padecer cáncer o alguna otra enfermedad, lo recomendable es acudir con un especialista que diseñe una dieta a la medida, ya que solo un nutriólogo puede saber qué necesita tu cuerpo en mayor o menor cantidad de acuerdo a tu estado de salud.

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