Betinorama y El mapa de mi lonja, confesiones tragonas de un ilustrador
¿Te suenan familiares las palabras Betinorama y El mapa de mi lonja? Varios comilones seguro recordarán ese webcómic con cariño, donde el Mar pozole convivía con Gastrizilla y donde Las lagunas cafeína estaban a una distancia considerable del Pastoreverest y Villa Tamal.
Alberto Nieto es el nombre del creador de esa y otras tantas divertidas viñetas que son parte de Betinorama, proyecto de ilustración que nació en 2009 y que trascendió a las redes sociales. El mapa de mi lonja es su segundo libro publicado, y en esta ocasión lo hizo con editorial Grijalbo.
¿Qué es El mapa de mi lonja?
Esta narración gráfica es un viaje a través de la vida de “Betino”, como le dicen de cariño a Alberto. Si bien es conocido por las anécdotas de pareja que presentan sus dibujos en esta publicación usó de excusa a la comida para contar su niñez, adolescencia y actualidad como treintañero, de manera divertida.
El mapa de mi lonja es un libro para recordar, todo con platillos y antojos de por medio. Encontrarás esa historia romántica de la abuela que cocinaba increíble (para derramar una que otra “lágrima Remi”), los dulces de chilito en la primaria (seguidos por los dolores de panza por la acidez) o los viajes y recorridos comelones con el primer amor (con todo y su drama).
Incluso, él comparte diferentes recetas que han sido vitales en su inventario personal de sabores, como es el caso de las salsas (pues es un fanático de ellas), el mole de olla de su abue, las de las chela preparadas para toda ocasión o hasta de los brownies espaciales y “mágicos”.
¿Cómo nació El mapa de mi lonja?
A su esposa Diana (que es un personaje recurrente en sus caricaturas) le ofrecieron un trabajo en São Paulo, Brasil, por lo cual dejaron México. Esa mudanza los hizo extrañar, después de cierto tiempo, la comida mexicana y a partir de esos recuerdos nació El mapa de mi lonja.
“Me salí de mi zona de confort: te puedo hacer una historia de cuatro o cinco cuadros que lleva un punch line y un chiste, pero aquí debía contar una historia en varias páginas. ¡Con la introducción me tardé un mes! Es muy difícil escribir y estructurar las ideas”, explica el autor sobre la dificultad de cambiar de formato inmediato a algo más extenso.
Es crítico con su obra y confiesa que le hubiera gustado hacerlo mejor. “Yo no usaba colores y hay dibujos más complicados de lo que pensaba. Ahora, las historias en mi mente están a color, antes eran blanco y negro. Al principio, coloreaba tres páginas en una semana hasta que conseguí hacerlo en un día. Mi mente ahora está a colores, es una buena analogía”, declara.
¿Quién es Alberto Nieto?
Él dice con humildad y tranquilidad que no viene del mundo de los cómics sino del mundo Godínez. “Siempre me ha gustado dibujar: soy el típico que siempre tenía los cuadernos llenos de garabatos. Y cuando llegó el momento de decidir mi carrera me fui por mercadotecnia. Era el típico que quería entrar a la Escuela Nacional de Artes Plásticas, pero me dijeron ‘te vas a morir de hambre’”, cuenta.
Trabajó para varias marcas, estuvo varios años en el ambiente de oficina en agencias, hizo pequeñas ilustraciones para la revista Indie Rocks! y otras ilustraciones llamadas Sade, Sangre y derivados. Pero Betinorama fue más práctico, ya que se trataba de ilustraciones de eventos cotidianos más fáciles de realizar, incluso en el coche durante el trafico.
Subió sus primeros dibujos a redes en 2012 y dejó la vida de oficinista que era pesada. Estaba en la crisis de los 30, y se cuestionaba si en realidad hacía lo que le gustaba. No conocía a nadie del mundo del diseño, pero encontró un nicho, pues la gente se identificó con situaciones vividas en los matrimonios o noviazgos y comenzó a ser muy compartido y buscado en el mundo gráfico digital. Su primer libro, Diario de un pedazo de carne, fue posible gracias a Fondeadora.
Sus gustos y proceso creativo
De niño su mamá lo llevaba a ferias del libro y un personaje que recuerda de esas primeras lecturas era El Rey Mono. Con más edad, leía historietas mexicanas y estadunidenses, como el célebre La muerte de Superman. Y luego, le interesó la novela gráfica.
Sobre su proceso creativo cuenta que le llevó años encontrarlo. Ahora se da cuenta que le dedica dos o tres horas a pensar y dibujar para “aflojar la mente”. Trata de hacerlo con tiempo de anticipación, utiliza bocetos a lápiz, no calca paneles, prefiere la old school y ha evolucionado para agregar a más personajes, para que sus tiras gráficas se vuelvan más ricas en temas.
En cuanto a las redes sociales él cree que distanciarse de ellas le permite seguir creando y generando ideas. Empezó a mudar la mentalidad de pensar “qué va a pegar” en lo digital y mejor hace lo que le gusta. Si bien sabe que hay egos como en toda profesión, él está en lo suyo. No cree en ser su propio publirrelacionista ni en estar todo el tiempo al tanto de lo que hacen los demás. Aunque explica que sigue a pocos ilustradores, de México admira a El grand chamaco y a Eduardo Salles. “Hay cosas que tienes que soltar. Es una filosofía”, agrega.
Se puede vivir de esto, pero hay que trabajar
Le llevó nueve meses terminar este libro y acepta que fue difícil. Para aquellos que están empezando o desean comenzar a ilustrar, sugiere que solo hagan lo que les guste. “Para destacar hay que chingarle. Y el peor error que pueden cometer es pensar que es fácil . Si lo haces, ya valiste “, añade.
Monetizar es el mayor reto en una labor así. Los que inician pueden tener problemas de alcance, porque su generación, que comparte con otros creativos como Jours de papier o Alejandra Gámez de The Mountain with teeth, empezó hace seis o siete años. Ahora la clave está en diferenciarse en estilo y temáticas, pero sobre todo en no desesperarse, dice.
“Hay muchos egos, como en todo ámbito. También hay autores que todo el tiempo están trabajando y pienso que es malo presionarte tanto. Algunos están demasiado traumados con el éxito, pero a mí no me preocupa tanto eso. Quiero salir de viaje, conocer a otros ilustradores, compartir y mantenerme en movimiento. Yo solo quiero pasármela bien”, finaliza.
15 preguntas tragonas
Cada respuesta durante la entrevista mostraba lo expresivo de su lenguaje corporal, pues ¡en verdad se le antojaba todo lo que pensaba! Tragón reconoce a tragón, eso es seguro.
Si te llevo a comer ahorita mismo, ¿qué se te antoja?
De entrada pozole de pollo. Me gusta todo de él.
¿De qué te gustan los tacos?
De suadero y de pastor.
¿La pizza de…?
De carnes frías
¿Y, los tamales?
Verdes y de pollo.
La rosca de reyes: ¿con o sin relleno?
Sin, ¿qué pasóóó? (ríe).
¿Café negro o capuchino?
Negro.
¿Mezcal o chela?
Los dos juntos y con naranjas.
¿Cuál es tu postre ideal?
¡Uyyy!, brownie con helado. Pero, yo hago un postre desde chiquito, que es una cosa asquerosa. Lleva tres o cuatro hot cakes, mucho helado de fresa y se baña en chocolate.
¿Y cómo le llamarías a ese postre?
Monster Madness Strawbeerry, o algo así. Es empalagoso y rico.
Si fueras un platillo, ¿cuál te gustaría ser?
Sería mi postre ese que te digo, ¡atascado!
Si tuvieras que pedir una última cena, ¿que sería?
El pollo en adobo de mi abuelita, Aída Gómez. ¿Viste Ratatouille? Eso logra.
¿Cocteles preferidos?
Mojito y caipiriña.
¿Qué no te gusta comer?
No soy melindroso. Como casi todo. Aunque, pensándolo bien, no me gusta el bacalao ni la papaya. El mundo se divide entre aquellos que les gusta y a los que no.
¿Qué te ponía de lunch tu mamá?
Sándwich de jamón.
¿Eras Godínez de tupper o de salir a comer?
Salía a comer, nunca fui de tupper. En mi vida “Godín” me gustaba comer guajolotas. Y había una fondita que alguien descubrió cuando nos íbamos todos juntos a la hora de la comida que tenía unas enchiladas en ollita de barro que eran deliciosísimas. También íbamos mucho a Casa de Toño.
Más información:
Encuentra El mapa de mi lonja de Editorial Grijalbo en librerías Gandhi, Sanborns, Liverpool, El Péndulo o en Me gusta leer (en físico o e-Book). Su precio es de $199 pesos.
Facebook: Betinorama
Twitter: @betinorama
Agradecemos a Betinorama y Grijalbo-Random House Mondadori su apoyo para esta entrevista.
Todas las ilustraciones están en el Facebook de Betinorama y no están en El mapa de mi lonja: solo son ejemplos del trabajo de Alberto Nieto.
Encuentra más librerías en Sección Amarilla.
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