Comer, viajar y convivir: reflexiones ante la Covid-19
Cocinar, compartir, reflexionar, alimentar, valorar, servir, cuestionar, adaptarse… estas son algunas de las palabras que están relacionadas con la comida. La comensalidad significa comer y beber juntos alrededor de una misma mesa, de un mismo espacio: es un acto simbólico a través del cual compartimos y transmitimos nuestra identidad. Es fundamental para expresarnos, sentir y aprender.
Los viajes significativos, no importa a donde, metafórica y literalmente hablando, implican acercanos a la otredad. Eso ya cambió. Ya nada será igual y entenderlo puede ayudarnos a repensar formas distintas ante el presente y el futuro. ¿Qué haremos mejor y qué no podemos seguir repitiendo?
La importancia de las manos, de la energía a través de ellas, del cuerpo y sus posibilidades, así como de la cercanía, se ven trastocados por el virus. La comida callejera, las reuniones sociales, las fiestas comunitarias, la interacción en los mercados, los ritos de duelo, la educación, el trabajo y muchas situaciones más están siendo afectadas por un enemigo invisible, pero mortífero: ¿qué haremos para retomar ese contacto fundamental? Además de respetar las medidas sanitarias, tanto en establecimientos gastronómicos como en centros de trabajo, hay un trasfondo social que debemos conversar.
¿De qué privilegios gozo?
El encierro tiene connotaciones distintas que evidencian la desigualdad en México y el mundo entero: hay quienes lo viven cómodos en sus hogares y están aquellos para quienes la incertidumbre es habitual y no pueden quedarse en casa porque viven al día o trabajan en sectores esenciales (o porque tienen patrones que no creen en los derechos laborales justos).
En el ámbito del hogar hay que pensar en la posicionalidad: ¿qué privilegios tengo para poder quedarme en casa, en qué ciudad vivo, a qué servicios tengo acceso, cuánto me cuestan, qué decisiones de consumo tengo, qué puedo comer, a dónde puedo viajar y qué implica en mi forma de vida?
Algunos tuvimos que cocinar y hacer labores domésticas que no realizábamos y eso implica valorar el esfuerzo, saber que lo cotidiano importa mucho. Hay que reflexionar y pensar en común para saber que cada circunstancia es diferente, para integrar la conciencia social.
Los otros todos que nosotros somos
Hace semanas escuché una conferencia del Hay Festival en la que el escritor Juan Villoro mencionó un verso de “Piedra de Sol” de Octavio Paz: “Los otros todos que nosotros somos”. Él aseguró —y concuerdo— en que solo se puede ser inmune en comunidad, y no solo interconectándonos digitalmente (como nos dicen que estamos y que no es del todo cierto: todo tiene sus aristas).
Lo que necesitamos es estar unidos, defendernos juntos, resignificarnos y cuidarnos ante este panorama. Antes de hablar de reactivación económica pensemos en qué modelos son los que ahora queremos ejercer para que sean justos y equitativos.
Antes de hablar de “nueva normalidad” (me rehúso a usar esa palabra: ¿qué es lo normal?), hablemos de qué era urgente modificar antes de esta crisis, que se sumó a la ecológica, social, humanitaria y filosófica. Ya había pandemias más graves como la obesidad y la diabetes, la violencia de género, así como otros demonios como la discriminación y el racismo, la homo y la transfobia, el narco que amenaza campesinos y territorios enteros, los nexos de los políticos con las trasnacionales alimentarias y un gran etcétera.
Quienes nos dan de comer, quienes nos reciben
Hay que hablar y hablar de seguridad alimentaria y de turismo social y sostenible, no solo entre los que sabemos del tema, sino para todo público. Debe saberse que la primera condición se da cuando todos tienen acceso físico, social y económico permanente a alimentos seguros y en cantidad suficiente para satisfacer la nutrición y las preferencias culturales. Y la segunda cuando las travesías reúnen tres aristas interdependientes: economía, medio ambiente y sociedad, en un entorno de respeto.
Ya han leído en este blog las historias con lo que diferentes personas relacionadas con este mundo han compartido ante la COVID-19: cocineras, especialistas en antropología, turismo y alimentación, funcionarios, empresarios y hasta artistas. Todos ellos nos aportan una forma de ver qué sucede en una realidad distinta a la nuestra.
Kau Sirenio, periodista de Pie de Página, escribió sobre los jornaleros de San Quintín en Baja California quienes no pueden parar las cosechas porque de ellas depende que las principales ciudades tengan acceso a alimentos para comer. Lo único que les queda es tomar la medidas necesarias para mitigar la contingencia sanitaria. La investigación sobre trabajadores de la limpieza que mueren en la Ciudad de México por llevarse nuestros desechos me parte el corazón y me hace solidarizarme con quienes no pueden quedarse en casa. Y así existen tantas historias que nos deben humanizar.
No somos productos: comer, viajar y convivir
Algunos empresarios relacionados con lo alimentario y la hospitalidad se están beneficiando por esta situación y hay que poner en tela de juicio los modelos económicos y tecnológicos y las generalidades respecto a que ahora se deberá viajar a las comunidades rurales: los primeros beneficiados deberán ser los miembros de ese entorno y las personas.
Descolonizar, desglobalizar, desmasificar y cuidar que la patrimonialización no sea folclorizante también sería necesario y sujeto a debate. En las epidemias y las pandemias a quienes estudiamos los hechos sociales nos interesa estudiar qué factores culturales potenciaron una circunstancia así. La comida no solo debe verse como producto o mercancía, tampoco los viajes. Comer y viajar pueden ser más éticos y en eso y más hay que pensar. El alimento se cultiva, se pesca, se elabora, se cocina… hay gente detrás de cada eslabón de la cadena. Y el turismo tampoco debe ante ponerse antes que lo humano. Punto.
Hacer comunidad y ser empáticos deben ser parte de las soluciones ante la pandemia, que no es post, que sigue aquí y que tendremos que aprender a vivir con ella, con lo que nos enseñó el pasado y con las utopías posibles de cambiar la realidad.
Puedes ver este video completo con la mesa de discusión con especialistas en comida y viajes:
Foto principal: Fernando Gómez Carbajal
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