Comidas solidarias: alimentos saludables en tiempos de crisis
Lucio Usobiaga, director de agricultura y sostenibilidad de Yolcan, me contó hace unos días del proyecto de Comidas solidarias, que ofrece alimentos preparados y gratuitos a personas de escasos recursos en condiciones de vulnerabilidad médica, a quienes la contingencia del COVID- 19 afecta aún mucho más. En esta iniciativa social se unen productores, fundaciones, cocineros, empresas y personas que colocan la empatía como un valor humano fundamental.
Desde hace una semana se están cocinando 100 comidas (que pronto serán 150) y se están entregando a la fundación Por un hogar, que ayuda a enfermos que viajan a la Ciudad de México en busca de tratamiento médico y les ofrecen desde ayuda emocional hasta albergue y alimento. La idea es que esto continúe como un programa permanente durante la contingencia y posterior a ella, y para eso necesitan donaciones en especie y monetarias. Con esto se puede apoyar a dos sectores que se han visto muy afectados ante este panorama: los agricultores y las personas en vulnerabilidad económica.
Es importante decir que la mayoría de los insumos utilizados provienen de esquemas de comercio justo y agroecológico. “Hay personas que tienen dificultades para comer una vez al día y sé muy bien, por el tiempo que llevo trabajando en agricultura de este tipo, que estos alimentos son como medicina. Siempre se dice que lo orgánico es elitista y solo ciertas personas lo pueden comprar. Tenía ese ruido en mi cabeza, de cómo hacerle para que esto llegue a un mayor número de personas, y esta crisis presenta oportunidades para que productos de primera calidad lleguen a los que lo necesitan”, dice Lucio.
Comidas solidarias: ¿cómo empezó la iniciativa y quiénes la integran?
Todo comenzó cuando Jorge Vallejo del restaurante Quintonil lo buscó, pues recibió un apoyo económico de un particular que debía ser destinado a ayudar a agricultores. Este chef sabía que podrían gestionar algo juntos, así que Lucio pensó que era necesario pensar en otras alternativas, además de las canastas de insumos que ya se venden en Polanco, Las Lomas y otras zonas privilegiadas.
Platicó con diferentes personas relacionadas con el Banco de alimentos, fundaciones como Alsea y Bank of America, hasta llegar a Jesús Godínez, director de la Fundación por un hogar. Ellos llevan trabajando desde 2004 como una organización sin fines de lucro y enfocados en hospitales públicos, y en este caso se da asistencia a pacientes y familiares con cáncer o que reciben hemodiálisis en el Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI.
Jorge y Lucio hicieron una carta dirigida a los cocineros, que a su vez viven una crisis sin precedentes ante esta pandemia, y todos decidieron sumarse a cada día cocinar los platillos donados. Joaquín Cardoso, Gabriela Ruiz, Ramón Torres, Elena Reygadas, Gabriela Cámara, Norma Listman, Tomás Bermúdez, Marco Carboni, Lucho Martínez, Eduardo García, Eleazar Ángeles y Somsri Raksamran, Rodrigo Estrada, Edgar Núñez, Gerardo Vázquez Lugo, Víctor Morales, Oswaldo Oliva, Víctor Morales, Jair Téllez, Federico Salli, Zahie Téllez, Israel Montero, Santiago Muñoz y Gustavo Alonso son los involucrados y comienzan a sumarse otros.
A este trabajo también se unieron Gastromotiva, con apoyo para mano de obra, logística, transporte y espacios; Industrias Carbajal, con donativos de empaques desechables; Jorge Ayala de Arroz Pijije quien les está vendiendo este grano a buenos precios; y empresas como lácteos Bove y Barilla quienes darán productos en especie. Orlando Reyes, agricultor de Amanalco, Estado de México, también se sumó cuando supo de esta acción solidaria.
Comidas solidarias: ¿cómo puedes apoyar?
Para Lucio esta es una oportunidad de forjar redes de comunicación y solidaridad para que cuando regresemos a la “normalidad” esta no sea tan apática y soberbia. Él reflexiona sobre estos momentos y cómo es necesario empezar a tomar un rumbo con equidad donde los problemas no impacten de manera tan desigual y pensemos en la naturaleza, las personas y los valores comunitarios.
Él invita a la participación de la sociedad y las empresas con Comidas Solidarias, pues los problemas tan complejos que estamos viviendo solo se pueden atender si se crean lazos de apoyo entre personas con diferentes capacidades y ámbitos de trabajo.
Calculan que pueden operar alrededor de un mes más con lo que aún tienen, pero comenzarán a alimentar también a médicos y enfermeras, así como a dar desayunos, por lo que invitan a que haya donativos monetarios y en especie para continuar otorgando las Comidas Solidarias. El mail para pedir información de cómo ayudar es contacto@iaxmx.org y en la página de Iniciativa Agroecológica Xochimilco pueden encontrar información relacionada:
iaxmx.org
¿Cómo viven la pandemia los agricultores con los que trabaja Yolcan?
Lucio explica que hay mucha incertidumbre y que el contexto varía mucho, pues en Yolcan trabajan personas de Xochimilco, Hidalgo, Estado de México y Puebla. Todos siguen laborando, con las precauciones necesarias y con la ventaja de que no están en centros urbanos. “Van al campo todos los días. Sí, todo mundo está asustado, pero el agricultor siente el peso y a la vez el reconocimiento de su trabajo en estos momentos. Ellos saben que su labor se manifiesta como vital, pues pueden caerse miles de cosas, empresas y productos, pero no se puede caer la alimentación. Mientras no tengan el virus, van a seguir”, agrega.
Las verduras, frutas, hierbas y demás de los campesinos que son parte de Yolcan no han sufrido cambios en el precio, ya que ellos no se rigen con la oferta y la demanda, sino con lo establecido por ambas partes de manera justa. Ellos ofrecen canastas solidarias con alimentos orgánicos que se han vendido un 40% más a causa de la contingencia, lo cual mantiene el negocio a flote, debido a que muchos de los restaurantes que también son sus compradores están, por el momento, en cese de operación.
“La pandemia es una oportunidad para ver esto no como una moda sino como una necesidad ya que por un lado los agricultores pueden permanecer en sus tierras trabajando y obteniendo un precio justo por sus productos y todos podríamos alimentarnos sanamente. Ese es el núcleo de Yolcan desde siempre pero ahora esta cobrando fuerza, esperamos esto se quede después de la contingencia”, opina Lucio.
Lo orgánico, ¿es elitista? Mitos y realidades
Lucio considera que muchos de nosotros no le ponemos importancia a la alimentación y por eso cuando vemos que un producto es más caro, aunque tenga mejor sabor o mayor valor nutrimental y se asocie con comercio justo y enfoque social, no queremos pagar ese sobre precio, pero este puede permitir a los agricultores seguir siendo agricultores.
Invita a tomar en cuenta que cuando estos vienen de un cultivo que es respetuoso con el medio ambiente, que toma en cuenta la regeneración del suelo, que no utiliza químicos para contaminar el agua y una labor manual mayor, su volumen no puede ser extenso para cumplir el volumen de la oferta y la demanda del mercado, y por ende su costo es distinto.
La agricultura en pequeña escala tiene un funcionamiento alterno y otras reglas en un juego que se van alcanzando con la conciencia de la sociedad: las decisiones que tengas como consumidor pueden impactar en una escala más amplia, como te conté en la nota COVID- 19 y seguridad alimentaria.
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