Apenas empezaba el siglo XX cuando Nicolás Mihanovich construyó el edificio Bencich, que hoy en día es el Sofitel, un hotel de lujo en Buenos Aires, Argentina. Desde su torre éste hombre veía sus barcos cargueros y vigilaba lo que sucedía en el puerto, donde desde entonces se vivía una mezcla cultural interesante, fruto de las migraciones europeas a América.
En la actualidad este barrio, antes naviero, es un lugar afrancesado en el que se encuentra Florería Atlántico, un bar que fue incluido en la lista The World´s 50 Best Bars 2013 como el número 35. Fuera de esa no menospreciada mención, destaca su historia e interés por generar una coctelería auténtica que habla de Argentina en sus tragos.
El artífice de este speakeasy es Renato “Tato” Giovannoni, reconocido diseñador, empresario y bartender que trabajó en Danzón y Sucre, otros bares paradigmáticos en ese país sudamericano. Pero eso no es lo único que hace Tato, ya que ha diseñado etiquetas, imagen y tragos de diversas marcas.
La investigación y el desarrollo de un concepto es el leitmotiv para la creación y Florería Atlántico, según contó Tato, quien lo define como un bar de migrantes.
Éste es un caso de éxito empresarial, pues los 60 mil dólares invertidos en este espacio en el que se venden flores y discos de vinil para coleccionistas, se recuperó en un mes, según contó en Mesamérica 2014 y en la Clínica que impartió en Licorería Limantour Roma, la última semana de mayo.
¿Cuáles son los secretos de Florería Atlántico?
1. Autenticidad
La búsqueda de un lenguaje propio, que no intenta ser nadie más que él mismo, es un valor agregado hoy en día ante la masificación y aumento de la competencia. Eso define a los nuevos bares que hacen lo posible para que los clientes vivan experiencias más allá de una simple borrachera. El diseño de interiores con elementos de cartografía y monstruos marinos y el factor sorpresa de entrar por la floristería son parte de su esencia.
2. Originalidad y tropicalización
Su carta de cocteles tiene como base las cinco inmigraciones más importantes que llegaron a Argentina de 1909 a 1920: España, Italia, Inglaterra Francia y Polonia. Ofrecen cocteles clásicos, pero en versiones modernas que representan tanto a las nacionalidades como a su autor, como: el Viñedo italiano, con aperol, prosecco, uva bonarda de la región de Mendoza; su ginebra argentina Príncipe de los Apóstoles con hierba mate; un trago llamado Mitad bloody, mitad gazpacho que lleva ginebra, Jerez, tomates peritas, morrón a la parrilla, pimienta y jugo de tomate. Cocteles con una investigación de fondo, adaptados al paladar local.
3. No sólo de tragos viven los comensales
Otro acierto que Tato ve en su negocio es que ofrecen comida para acompañar los tragos, preparada con mariscos, pescados y carnes frescas en una parrilla prusiana, un armatoste que él compró en un mercado de antigüedades. Adiós a esas botanas feas e insípidas. “Hasta las refinadas señoras del barrio que usan guantes, comen aquí”, aseguró.
4. Socios ideales
Un consejo más es que para empezar cualquier proyecto uno debe reunirse de los socios correctos. Florería Atlántico es posible gracias a Aline, la esposa de Tato, y Julián Diaz, quienes hacen equipo con 28 empleados para recibir a 250 personas por día.
5. Dueño presente en su negocio
“Si uno no está en su restaurante, no funcionará. Siempre hay que estar” es un consejo que da, Tato, quien está al tanto de lo que sucede tanto en barra como en restaurante y de sus clientes.
No hay fórmula mágica en ningún negocio. Cada proyecto tiene peculiaridades, pero hay algunas certezas es que serán de utilidad: tener un estudio de mercado previo, cuidar la calidad en cada detalle, emitir una comunicación cohesionada y ofrecer un concepto atractivo.
Si vas a Buenos Aires no dejes de visitar Florería Atlántico, ubicada en Arroyo No. 872, en el barrio de Retiro, muy del célebre de la Recoleta, en Buenos Aires, Argentina.
Agradecemos a José Luis León y a Limantour su apoyo para realizar esta entrevistaAutor
