Artesanías con flor inmortal en Oaxaca

Artesanías con flor inmortal en Oaxaca

Artesanías con flor inmortal en Oaxaca

Estos artesanos trabajan las artesanías con flor inmortal en San Antonino Castillo Velasco, en la región de Valles Centrales de Oaxaca. Desde que entras a su hogar, sabes que estás en un sitio donde el oficio importa: por doquier hay piezas, fotos de las generaciones anteriores y ese placer por mostrar lo que conocen y preservan.

Antes de amanecer, se empieza con la flor blanca, con la biushita, ya que esas sí se ven en lo obscuro. “Las de colores se usan en el día. La hora influye en la vista. También comenzamos haciendo los armazones”, explica Francisca Vázquez, mientras Israel, su esposo, se acerca a platicar, con ese aroma a leña presente y el cielo azul, abierto y limpio.

En la otra habitación, entre el sonido de los pollos y los gallos, su hija Monserrat continúa su detallada obra para su participación en la Noche de Rábanos: una banda de músicos compuesta solo por mujeres. “Tenemos la misma fuerza”, afirma con una sonrisa tímida. Sus hábiles manos continúan un diálogo íntimo.

Más sobre las artesanías con flor inmortal y su importancia

Francisca explica que también la nombran “siempre viva” o “siempre me verás así”, en esa forma poética y sencilla de bautizar lo que les importa. Confiesa que muchos ya no quieren trabajarla y que antes duraban 45 años, pero ahora por el calor se deshojan más. Las almacenan en cajas. “Si las pones en vaso de agua, se duermen y luego despiertan. De eso nos dimos cuenta”, añade. Esta especie se siente al tacto como si estuviera seca y tiene colores vivos que van del guinda al amarillo, pasando por el rosa y el naranja.

Su suegro, Ángel Cornelio, fue quien les enseñó: él hacía collares, pinos, coronas, querubines y calendas. “Eran más rústicas y nos fuimos grabando la forma de hacer las figuras. Mis hijas ya saben hacer muchas cosas más. Yo le gané el talento a mi esposo y ellas innovaron”, dice esta mujer sensible y cálida, que deja la conversación un momento para ir a preparar el desayuno.

Israel es quien cultiva la flor. Ahora ya usa chanclas y zapatos, pero cuando iba a regar antes andaba “a puro pie” y el agua se jalaba con cántaro. “Hasta los 13 los usé. A veces me gusta volver a eso. Así estoy hallado”, dice este hombre de voz pausada. Su taller está en la parte posterior de la casa: al conocerlo encuentras al guajolote que venderán para la próxima fiesta y algunos de los materiales que utilizan además de la flor inmortal, como la hoja de plátano seca y la astilla de carrizo, que es parecida al aserrín, pero que se obtiene al raspar con cuchillo esta planta. Algunas veces este polvito se pinta con anilina, otras se deja al natural, dependiendo del objeto y su estética particular.

Lo que vale y lo que cuestan las artesanías con flor inmortal

Las piezas que más hacen tienen un valor desde 100 hasta 200 pesos, a pesar del arduo esfuerzo que esto representa. A veces al vender sus obras los nacionales les regatean: es más fácil que un extranjero quiera pagarles lo justo.

En el patio reposa un corazón de cinco metros en tres dimensiones que tardaron un mes en terminar y para el cual se usó más de un almud de flores y alambre. La cruz y el corazón son significantes para los que seguimos en este plano y los que ya se fueron, opina Francisca. Para ella simboliza amor, paz, humildad y vida.

“De verdad, nuestro trabajo es único. Es más, un día que fuimos a Oaxaca vimos un libro en el cual salimos. No lo tenemos. Vinieron, nos tomaban fotos y nadie nos lo trajo para verlo. En la tienda estaba en 300 dólares y nosotros ni sabíamos. La gente se pone el chaleco con el talento de otros. Eso no se vale, pero así es el mundo no lo podemos componer”, dice Francisca con pesar.

¿Dónde comprar estas artesanías con flor inmortal?

Visita a los Raymundo Sánchez en la calle de Independencia 57, en San Antonio Castillo Velasco, que está ubicado a unos 50 minutos del centro de Oaxaca. Conocer su taller y platicar con ellos te hará abrir tu mente a otras realidades y a valorar el trabajo de los artesanos.

Si bien la alfarería es a veces mucho más apreciada y mejor pagada, las artesanías elaboradas con flores, hojas de maíz y semillas, así como con palma o maguey son un reflejo de la vocación campesina de muchas comunidades rurales e indígenas de México. El entorno se refleja en el saber y no hay una que sea mejor que otra.

Agradecemos a Adriana Aguilar, secretaría de Culturas y Artes de Oaxaca, su apoyo para esta nota.

¿Te animas a conocer más sobre las artesanías con flor inmortal?

Autor

  • Periodista y editora. Cultura alimentaria y perspectiva social. El mezcal es mi pastor. Me gusta lo cotidiano extraordinario y compartirlo en historias. Cuéntame, ¿qué te interesaría leer en este blog?

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