En la primaria la mayoría tuvimos el Atlas de México en nuestra mochila o manos; ambos, por cierto, minúsculos en comparación con el tamaño de dicho ejemplar que la SEP distribuía. ¿Te acuerdas de él? Como tú, quizá, yo también tengo solo un recuerdo: lo complicado que era guardarlo. Sobre los contenidos, poco o, mejor dicho, nada tengo para inmortalizar.

Mi memoria no es la mejor, pero los textos de aquel libro, como muchos de los gratuitos del Gobierno, no ayudaron mucho para quedarse grabados porque ¡eran cero didácticos! Una de sus fallas era el lenguaje solemne que dificultaba comprender (eficazmente) los datos ahí puestos. Así llegamos a las lecciones nada notables.

Eduardo del Río, Rius, sabía de lo tediosos que podían ser estos textos. Entendía la importancia del lenguaje, uno que no tratara de tontos a los chavitos, pero que tampoco los aburriera en una ola de tecnicismos. Su interés por hacer un libro para el público infantil lo llevó en 2007 a publicar Atlas para niñas y niños. En ese tiempo fue lanzado por Quimera, hoy el libro es reeditado por Lumen -y es un deleite-.

Las hojas del Atlas de Rius

Sin rodeos y con un lenguaje coloquial, en este Atlas el caricaturista michoacano tocó el Universo, Tierra, los continentes, las civilizaciones y el reino animal. En una entrevista Rius dijo que para cada tema trató de dar información, pero también conocimientos. La razón es que para él era importante mejorar la educación (en el mismo terreno tenemos los libros Marx para principiantes, Filosofía para principiantes e Historia del capitalismo, por mencionar algunos de los más de 100 que publicó).

Volviendo a los temas del libro, Rius nos lleva, con su característico sentido del humor, a recordar datos que muchas veces damos por hechos (que el Sol no gira alrededor de la Tierra; que en el mundo hay más agua que tierra; que hay cinco continentes), pero también a conocer otros: ¿sabías, por ejemplo, que la Gran Muralla China es la única construcción hecha por el hombre que se ve desde los satélites que dan vuelta a la Tierra, y que desde estos se pueden tomar fotos de una calle o de una persona que anda en ella? Qué tal esto: ¿sabías que la Tierra es 109 veces más chica que el Sol, o que Cuba y otras islas no forman parte de un continente?

Los comentarios directos y francos del autor de Los Supermachos y Los Agachados no podían faltar y los podemos leer cuando toca temas como el racismo, la contaminación y el abuso animal. Que ni pasa, ¿verdad?

Todo esto se ilustra con dibujos, recortes y fotografías que se agrupan a manera de collage en cada una de las 49 páginas coloridas y, la verdad, difíciles de olvidar, porque si uno se pone en “modo fan”, estas son resultado de un trabajo poco conocido de Rius.

Leer a cualquier edad el Atlas de Rius

El Atlas de Rius para niñas y niños está dedicado a los más pequeños, pero uno como adulto también puede hojearlo y perderse en los textos e ilustraciones. Si como yo estás traumado por ese Atlas de la SEP, este libro de Rius puede sacarte la espinita y animarte a saber más sobre la Tierra en la que vivimos.

Dime: ¿te dieron ganas de leer el Atlas de Rius?

La nueva edición ya la encuentras en cualquier librería del país.

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¿Irás por el Atlas de Rius?