Cómo elegir y usar una buena sartén
Elegir y usar una buena sartén puede ser difícil, ya que los utensilios de cocina son las herramientas que te pueden facilitar o complicar el preparar tus alimentos; para que sea placentero, uno de tus aliados pueden ser la sartén; te comparto unos consejos para que encuentres la ideal y cuando la tengas, darle el mejor uso.
Existe una enorme gama de sartenes, sus variedades derivan de tamaños, estilos y materiales. Cada una de ellas será una buena opción para diferentes maneras de guisar, lo ideal sería tener una de cada una; pero como eso es algo difícil; elegir la que nos cubra las mayores necesidades será una compra inteligente.
Las sartenes de teflón son óptimas, tienen buena distribución del calor, pero son de precio elevado.
Un punto importante es que el teflón está hecho con un derivado químico que cuando se calienta arriba de 250° (que se consiguen en 6 minutos a una flama media) libera vapores tóxicos que están relacionados con diferentes tipos de cáncer, con alteraciones en el cerebro, crecimiento de próstata, problemas de tiroides, etcétera.
Las sartenes antiadherentes de cerámica (sí, las que salen en la tele) son duraderas y requieren poco o nulo aceite, lo único que podría ser un contra es que son delicadas para el uso y de alto costo.
Las que son de acero inoxidable de grado quirúrgico, son las que menos vapores emiten y su uso correcto hace que puedas guisar sin aceite.
Las que debes olvidar son las de peltre porque es plomo. Todos los procesos químicos en los que se implican metales pesados contaminan los alimentos cuando se guisa en ellos.
Ya que encontraste la sartén ideal, darle buen uso al limpiarlos y al cocinar alargará su vida útil.
Cómo usar correctamente una sartén:
Calentar a la temperatura ideal.
Si el calor se distribuye de manera pareja en la sartén, ésta no retendrá alimentos que necesites despegar, así no lo tallarás ni correrás el riesgo de que se raye o lastime el recubrimiento.
Mantenimiento y cuidado de las sartenes
Evita el cambio brusco de temperatura por ejemplo: algo como sacarla del fuego y meterla al agua fría.
Al lavar, no las restriegues o talles, mejor remoja con agua tibia jabonosa y hazlo una vez que esté fría la superficie.
No las frotes con elementos punzantes o metálicos, sin importar su material de composición.
