Esculturas de aves para conectar respetuosamente con la naturaleza
Davit Nava es un artista y ambientólogo mexicano que crea piezas con barro y madera obtenida de árboles que han caído naturalmente (por ejemplo, en desastres naturales). Su más reciente trabajo se exhibe en el Museo del Zoológico de Chapultepec (del 30 de noviembre de 2018 al 31 de julio de 2019) y se trata de esculturas de aves de las más comunes que viven en la ciudad de México.
Aprovechamos la exposición para platicar con Davit sobre su obra, la cual tiene un propósito muy claro: despertar el interés sobre estas especies para que el siguiente paso sea su conservación.
Arte que habla a favor de la naturaleza
A Davit siempre le han gustado los animales. Su afición por estos seres lo llevó a investigar más sobre ellos, por lo que cuando llegó la hora de elegir una carrera optó por Ciencias Ambientales. Él no solo estaba interesado en las características y comportamientos de las diferentes especies, sino también en cómo velar por su conservación y mejorar el medio ambiente. Esta inquietud, sin saberlo, lo llevó más tarde a ver una posibilidad distinta en el arte.
Hace cuatro años, una gran lluvia dejó muchos árboles caídos en el terreno de su familia en Amacuzac, Morelos. Al ver el desastre, Davit tomó la madera y comenzó a tallarla hasta convertirla en uno, dos, tres y más pájaros que habían estado revoloteando en su memoria.
Las manos de este artista originario de Morelos recordaron aquellas especies que se encontraban en las páginas de la guía de aves editada por la CONABIO y que, por una casualidad, llegó a su biblioteca. A partir de ese momento, Davit creó más piezas con técnicas sustentables.
“Intento que mis piezas no contaminen tanto, por eso el barro que uso no se hornea, así evito un proceso que emite gases contaminantes. Y la madera viene de árboles que cayeron naturalmente”, explica. “Con esto busco que mis piezas aporten más de lo que quitan al planeta”.
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Esculturas de aves para conectar con el entorno natural
Al trabajar las esculturas basándose en la guía de aves, Davit se impactó con la diversidad que existe y habita en el país: un total de 1,117 especies. El dato lo llevó a pensar que, al igual que él, hay más personas que desconocen la presencia de las diferentes aves en el territorio mexicano, y, por tanto, no saben cómo cuidarlas.
“Cuando creo una escultura, como la de un ave, pienso que estoy usando mis manos y mi tiempo para crear conexiones entre el hombre y la naturaleza basadas en el respeto mutuo”.
Para Davit este fue un motivo más para seguir esculpiendo piezas en tamaño real, de forma estilizada, con líneas rectas y cortes geométricos, buscando simplificar al máximo detalles, colores y características de las especies reales, porque, asegura, “de esta forma, se facilita a los espectadores recordar los detalles del ave para su posterior reconocimiento, cuando observen al ave real en su ambiente natural”.
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Conocer para respetar
¿Sabías que en la ciudad de México además de colibríes podemos encontrar aguilillas, cernícalos, patos, pinzones, carpinteros, zorzales y garzas? En la capital viven 365 especies, lo que representa la tercera parte de aves de todo el país.
Conocer el nombre de cada ave –no, no todos son simples pajaritos– nos lleva a entenderlas mejor, es decir, lo que come, su lugar de origen, la época en la que migra, etcétera.
Davit dice que él, por ejemplo, al investigar sobre las aves se dio cuenta de que podemos hacer cosas simples a favor de su conservación: “una es mantener un jardín en buen estado o sembrar árboles y plantas; mantener limpio un humedal, porque ahí van a llegar a tomar agua. Tomar en cuenta el factor ruido y el factor luz también es importante porque, por ejemplo, si pones una farola donde hay muchos árboles puedes perturbar el sueño de las aves o se van a ir, y con el ruido en la noche puedes alterar su ciclo”.
Tal información nos lleva a entender la importancia ecológica que tienen: ellas son las que polinizan flores, dispersan semillas, controlan poblaciones de insectos, se alimentan de carne putrefacta, embellecen la ciudad, son excelentes indicadores de la salud de ambientes naturales, y si no se cuidan podrían extinguirse.
“Sería muy triste ir caminando sin cantos de aves o en la mañana no oír una sola ave; sería muy triste una ciudad silenciosa de aves”, comenta el artista.
Las esculturas de aves creadas por Davit son una de tantas formas que avivan en las personas esa curiosidad por las especies que viven en el país. De este acercamiento uno puede memorizar las varias razones para no enjaularlas, comprarlas como amuletos en mercados o matarlas, pues como bien remarca el artista “desde el conocimiento puede nacer el respeto”.
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La exposición de esculturas de aves
La exposición titulada Aves de la Ciudad de México. Una sinfonía de colores presenta un total de 80 esculturas en tamaño real de las aves más comunes que viven en esta ciudad, como el colibrí berilio, la chara transvolcánica, el cuitlacoche pico curvo, el pinzón mexicano, el zafiro orejas blancas, el carpintero bellotero, el rascador gorra canela, el cardenal rojo, el zopilote aura, el junco ojos de lumbre, el zorzal mexicano, el zumbador canelo, el pato cucharón norteño, el papamoscas de Hammond, el chipe trepador, la cerceta de alas azules y el pelícano blanco americano.
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De igual forma encontrarás aves de CDMX, que se encuentran amenazadas, sujetas a protección especial o en peligro de extinción, entre ellas, la aguililla rojinegra, el gavilán pecho canela, el gorrión serrano y el pato de collar.
Podrás visitar la muestra en el Museo del Zoológico de Chapultepec, del 30 de noviembre al 31 de julio de 2019. La entrada es libre.
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