Museo del Metro: una razón por la que no odiarás este transporte
“Cuando no hay nada qué hacer ni a dónde ir, siempre se puede entrar al Metro, rolarla por los andenes, ir a ver qué pasa por Pantitlán o Tacubaya; ir y venir o sentarse un rato, curiosear los puestos establecidos, dejarse ir y traer, o solamente mirar las oleadas de gente (…)”.
José Joaquín Blanco
¿Quién en su sano juicio entraría al Metro por mero gusto? A menos de que hayas quedado de ver a alguien bajo el reloj de una estación, poner un pie dentro de la famosa “limosina naranja” es un acto que no gozamos ni tantito, pero que ¡ay, cómo necesitamos!
La relación de amor-odio con el Metro es el costo que nos tocó a los chilangos pagar por venderle nuestra alma a esa opción llamada “fácil y rápida (¿?)” para transportarnos de un extremo a otro de la ciudad. Los arquitectos, pensando en cómo hacernos pasar el trago menos amargo, crearon aparadores a lo largo de los transbordes entre estaciones con la idea de que ahí constantemente se pusieran exposiciones (de lo que fuera: pintura, escultura, fotografía, dibujo, piezas arqueológicas, etcétera). Hace unos meses, en la línea dorada (la 12), dentro de la estación Mixcoac, surgió un nuevo espacio: el Museo del Metro.
Inspirado en sus imágenes, símbolos y experiencias, este museo presenta planos, fotografías y objetos icónicos que narran los momentos claves del diseño, construcción e inauguración de la llamada “otra ciudad”, aquella que tiene su propia cultura, sus relaciones sociales, y por la cual transitan a diario más de 5 millones de personas.
Todos queremos curiosear por el pasado y más si se trata de la historia del medio de transporte más importante del país. ¿O no? Imagina: aquí puedes encontrar desde los primeros boletos hasta el aparato que hace el sonidito del “tururú”.
En las siete salas del museo hay piezas como: planos, fotografías de los primeros usuarios, la ceremonia de inauguración en 1969, el primer fin de semana de operación, la visita guiada a los usuarios, la llegada del primer tren a México. También, se muestran los tipos de mobiliarios que se han usado, los primeros uniformes, los papeles de conductores, los diferentes boletos y tarjetas que se han dado en taquilla, y hasta piezas arqueológicas encontradas durante la construcción de las líneas.
Especial atención merece una de las salas dedicada al trabajo de Lance Wyman, quien fue encargado de diseñar la iconografía y tipografía del Metro. Aquí se ven fotografías de su crew, las imágenes que los inspiraron a diseñar, por ejemplo, los logos de la estación Chapultepec, Candelaria, Balderas, Salto del Agua, Cuauhtémoc, Pino Suárez y La Merced.
La travesía no termina aquí.
En otra sala se muestra obra de grandes artistas, solo por el gusto de compartir la cultura. Aparecen los nombres de Rufino Tamayo, Francisco Toledo, Vicente Rojo, José Luis Cuevas, Leonora Carrington, entre otros. Y en la última sección se exhibe una pequeña parte de la primera exposición en el Metro: Imagen México, hecha por el arquitecto Eduardo Terrazas para la inauguración.
Para ver el museo no se tiene que pagar. Bueno, únicamente el boleto del Metro porque si no, pues ¿cómo llegas hasta aquí?
Datos curiosos sobre el metro:
- En sus inicios optó por un sistema de trenes sobre neumáticos, los MP-68 diseñados y construidos por la empresa francesa Alstom. ¿Por qué eligieron estos? No son ruidosos, su mantenimiento es barato y cuentan con un sistema de tracción-frenado.
- Los trenes para el Metro se pidieron con nueve vagones para así poder transportar a 60 mil pasajeros por hora. El primer convoy llegó de Francia a la ciudad de Veracruz en febrero de 1969.
- Los túneles se comenzaron a construir el 19 de junio de 1967. Los trabajos iniciaron en el cruce de la avenida Chapultepec y Bucareli.
- Fue inaugurado el 4 de septiembre de 1969. La ceremonia se hizo en la Glorieta de los Insurgentes.
- La gente comenzó a usarlo el 5 de septiembre de 1969 a las 5:58 am.
- La primera usuaria en comprar un boleto fue Gladys Pereyra Robles, estudiante de idioma. Fue en la taquilla de la estación Chapultepec.
- El primer convoy que se puso en marcha fue el “Tren presidencial” (aquí viajó el entonces presidente y su séquito). El recorrido fue por el primer tramo: de Insurgentes a Zaragoza.
- El primer convoy en ser abordado fue el que salió de la terminal Zaragoza.
- Cuando fue inaugurado, a las personas que abordaban se les daba instrucciones para que aprovecharan mejor las instalaciones. La línea de “no rebasar” comenzó a hacer de las suyas.
- Los primeros asientos eran dobles y de color azul. No duraron por culpa de vándalos. En 1973 entraron los asientos verdes que hoy conocemos.
- La primera exposición en el Metro fue Imagen México. Abarcó las 16 estaciones de la Línea 1 y se trataba de una serie de imágenes que retrataban la cultura del país; hubo fotomontajes, arte cinético y transparencias solarizadas. El encargado de la muestra fue el artista Eduardo Terrazas.
- El Metro de la CDMX fue el 39° tren subterráneo construido en una capital. Y fue el segundo en América Latina, seguido del de Buenos Aires (1913).
- Es el más extenso de toda América Latina. Cuenta con: 226 kilómetros, 12 líneas y 195 estaciones.
- Transporta diariamente alrededor de 5.5 millones de personas.
Horario: De martes a domingo de 10:00 a 20:00 horas.
Más información:
Sitio oficial: www.metro.cdmx.gob.mx
Facebook: Metrocdmx
Twitter: @MetroCDMX
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