Para lograr un café sabroso y que además tenga todas las propiedades benéficas que te ofrece para la salud, es necesario tener en cuenta sencillos aspectos:
Agua: La relación entre la cantidad de agua por cada 500 gramos de café molido utilizado, determinará la densidad de la bebida y la capacidad para degustarlo. El agua hervida hasta antes del punto de ebullición (de 90° a 96° C), es perfecta para extraerle al café todo su sabor. Si el agua no está lo suficientemente caliente, no podrá darse el mismo resultado.
Molido: Cada método de preparación del café requiere un molido distinto. Por lo general, cuanto menor sea el tiempo en que el café tenga contacto con el agua, más fino deberá ser el molido.
Frescura: El café es un producto fresco y su aroma es afectado por el oxígeno, la luz, el calor y la humedad. Para mantenerlo fresco, es necesario consérvalo dentro de un envase hermético y a temperatura ambiente. Así el café, fuente natural de antioxidantes, conservará sus beneficios nutricionales.
Cantidad de cafeína: muchas de las propiedades nutricionales se las debemos a la cafeína por lo que se debe tomar en cuenta que el contenido promedio de ésta en cafés solubles es igual a 53.5 miligramos por cada 2 gramos de polvo.
Fuente: Nutrióloga Marybel Yáñez @nutmarybelyanez Información proporcionada por NESCAFÉ
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