Estrés post traumático y resiliencia: cuidar tu salud mental ante sismos

Estrés post traumático y resilencia: ¿cómo cuidar la salud mental después de los sismos?

Estrés post traumático y resilencia: ¿cómo cuidar la salud mental después de los sismos?

¿Sabes qué son el estrés post traumático y la resiliencia?

Después de los recientes sismos de septiembre que han afectado a la Ciudad de México, Oaxaca, Chiapas, Morelos, Estado de México, Guerrero, Tlaxcala y Puebla somos varios los que continuamos insomnes en las noches, que nos sobresaltamos ante cualquier ruido, que estamos o conocemos a alguien que está de luto porque perdió a algún familiar o su hogar y que tenemos tantos nervios que se nos acelera el corazón.

La doctora Noemí Díaz Marroquín, jefa del Centro de Servicios Psicológicos Guillermo Dávila de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, te cuenta más sobre estos temas que seguro te ayudarán a ti y a tus seres queridos a superar esta etapa.

¿Cómo debes cuidar tu salud mental después de los sismos? ¿Cómo ayudar a niños, adolescentes, adultos y ancianos ante estos hechos? ¿Qué hacer para qué los rescatistas y voluntarios estén más sanos después del trauma? ¿Cómo apoyar emocionalmente a quienes han perdido su casa?

¿Qué sucede con tus emociones y tu cuerpo ante una emergencia?

“La salud mental se ve afectada después de un desastre natural y las personas pueden entrar en un estado de estrés agudo que implica que sientan desorden del pensamiento, confusión, conductas erráticas o irracionales y que no sientan control sobre su conducta, acciones y decisiones”, explica.

En ese momento, las personas que están en una crisis aguda necesitan estar acompañadas y que las dirijan para que, en primer lugar, preserven su vida y eviten conductas que puedan lastimarlas a ellas y a los demás.

“Ya que pasa la crisis viene el estrés post traumático y la persona siente que revive el evento con imágenes recurrentes. Tienen una ansiedad desbordada y puede caer en una depresión fuerte”, agrega la especialista.

Síntomas del estrés post traumático

Noemí explica que los síntomas del E.P.T. pueden ser pérdida del apetito, enorme tristeza, miedo, coraje y un aplanamiento emocional, que es como si las personas no sintieran nada “y como si estuvieran despersonalizadas, o bien, con sentimientos de culpa y de vergüenza”.

“Las sobrevivientes pueden sentir culpa de serlo y otro síntoma más es el retraimiento extremo. Fisiológicamente, hay cansancio extremo, dolor de cabeza, muscular o estomacal, ritmo cardiaco acelerado, sobresalto continuo, actitud de alerta y dificultad para dormir, pues la persona está viviendo un estrés que rebasa sus capacidades de afrontamiento y resolución de los conflictos”, agrega.

Además, se advierte que si ya pasó un mes y la persona sigue con estos síntomas o continúa desorientada, preocupada con imágenes y pensamientos obsesivos se requiere de intervención especializada para evitar otras problemáticas psicoemocionales.

¿Qué hacer ante esta situación?

Se recomienda que las personas tengan una red social de apoyo, es decir, que los familiares y los amigos se reúnan entre ellos y sirvan de contención. Se deben permitir hablar del evento y de sus sentimientos para que poco a poco se recobre el estado emocional de tranquilidad que se tenía antes. “Tenemos que estar pendientes de nuestros familiares y amigos para ver cómo están reaccionando y poder ayudarles”, dice esta psicóloga.

Ella recomienda a quien tiene este problema que ya no se exponga a imágenes catastróficas “que se repiten una y otra vez en redes y por todos lados, porque esto aumenta la probabilidad del estrés post traumático. Dejar pasar esto no quiere decir no ocuparse. Lo único es que no se debe estar ahí conectado, sin pensar en otra cosa ni dormir ni comer”, señala.

Niños, adolescentes, adultos y ancianos expresan el estrés post traumático

La doctora cuenta que si bien los síntomas en general pueden ser los mismos en los diferentes grupos de edad, todo dependerá de la persona, de su historia de vida, de su contexto y de cómo lo viva.

“Aunque el síntoma sea el mismo, la forma de expresarlo es diferente. En el niño hay un enorme aislamiento o una actividad excesiva. En el adolescente y en el joven se puede expresar quizá más a través de la ansiedad, de querer hacer algo, lo que sea, sin pensar qué o cómo ni en qué dirección. En la vejez una de las reacciones más frecuentes es el aislamiento y la depresión”, explica.

Los niños son personas muy lábiles, pues no comprenden estos eventos. “Hay que ayudarles explicándoles lo que pasó y permitiéndoles que con sus palabras –con verdad, pero con sus palabras – ellos expresen qué fue lo que sintieron y cómo se sienten en este momento”, dice la doctora. Ella añade que el medio de expresión natural del niño es el juego, así que hay que permitirles que a través de él se comuniquen.

También comenta que hay que tratar de realizar actividades placenteras, tanto como para niños como para adultos, para poder estar con la mente más tranquila. Recomienda: hacer ejercicio con moderación, escribir, utilizar métodos de relajación como respiración, meditación o escuchar música suave y evitar en extremo estar hablando reiteradamente de estos eventos para no estar obsesionado con el mismo tema.

¿Cómo ayudar psicológicamente a quien se quedó sin hogar?

“La pérdida de la casa es un duelo es muy importante, porque es un símbolo de protección. Además del patrimonio económico que representa, simbólicamente es un lugar de refugio. La persona que perdió una casa está sufriendo un enorme duelo y hay que ayudarle, primero, a hablar de él, y luego, en tomar acciones a muy corto plazo, acciones concretas, que puedan ayudarle a tomar control sobre su vida”, sugiere Noemí.

Para apoyar a las personas que están viviendo en albergues la doctora sugiere que estos sean involucrados en las actividades de organización del lugar, para que no pasen días enteros solo pensando en su pérdida. “Ayudar a otros ayuda a uno mismo. Ver en qué actividades se pueden involucrar también permite recobrar el equilibrio”, dice.

Estas acciones aplican tanto para quienes perdieron su vivienda y están alojados de forma temporal con familiares, como con los que no pueden entrar a sus edificios. La recomendación para estos últimos es que tengan paciencia y esperen un dictamen oficial. Lo primero es siempre conservar la integridad y la vida.

Cuidar salud mental de brigadistas, rescatistas y voluntarios

Todos los que trabajan en labores de rescate están expuestos a una situación de estrés, tristeza y peligro constante. “Es muy importante cuidar a los que cuidan porque el que cuida, el que es brigadista, está expuesto a un enorme dolor que él siente y que ve en las otras personas, así como a un gran sentimiento de impotencia”, dice Noemí.

Lo que ella aconseja es que no estén en los sitios de apoyo más de cuatro horas, que tengan espacios que los psicólogos llaman de “vaciamiento”, que son grupos entre sus amigos y los mismos brigadistas que se unan para hablar de sus experiencias y puedan sacarlo como catarsis.

“Somos seres humanos, también impotentes, y nuestras capacidades están limitadas. Hacemos hasta donde podemos y no es posible hacer más. Sugiero que eviten la sobre-exigencia, porque es una sobrecarga a su mente, a su salud mental y a su cuerpo”, dice.

Otra recomendación es que tengan espacios de relajación, que procuren tener comidas saludables y tranquilas, que estén en contacto con las personas que quieren, que hagan ejercicios de respiración “y, sobre todo, que no se sientan culpables de estar bien y estar vivos y de poder disfrutar la vida. Se lo merecen”, añade.

¿Qué hacer en empresas y escuelas?

En las empresas la entrevistada sugiere que los empleados se unan en pequeños grupos y las corporaciones promuevan grupos de contención, pues esto favorece el sentimiento de solidaridad y ayuda al duelo que están viviendo.

“Se recomienda que les den indicaciones claras de qué hacer en caso de que se presente un sismo. Que las personas tengan claras las rutas de evacuación, las cosas que tienen qué hacer y cuáles son las zonas de seguridad. Los sismos se pueden volver a presentar pues vivimos en una zona sísmica y tenemos que acostumbrarnos a ellos”, dice la doctora.

Las acciones en las escuelas son similares: los niños y los adolescentes confían en maestros y autoridades, pues deben ser personas que se preocupan por ellos. “Esto es importante: que los vean como seres humanos a los que se les pueden acercar en un momento dado llorando y angustiados y que sepan que van a encontrar a una persona que se interesa en ellos”, añade esta psicóloga.

Para los niños, las maestras y los profesores son referentes importantes, pues son figuras de apoyo y seguridad, y esto es lo que deben transmitir ellos en las horas que están lejos de sus padres. “Deben ser lo mas empáticos y pacientes con estas reacciones incontroladas de los pequeños”, agrega.

Resiliencia como vía 

Con regularidad escuchamos la palabra “resiliencia” cuando se trata de superar condiciones adversas, y en este caso, sería lo ideal para trascender a los traumas a causa de estos hechos inesperados.

Noemí dice que las personas tenemos la capacidad de salir adelante en condiciones difíciles y grandes obstáculos, y que esa capacidad que tenemos de reponernos, volver a empezar y que salgan a flote las fortalezas que todos tenemos es lo que hace que podamos reconstruirnos internamente.

“En este momento probablemente solo se pone en evidencia las debilidades y la vulnerabilidad, como es natural, pero debemos ayudar a que emerjan fortalezas y ver la manera en cómo cada quien ha resuelto problemas en otras ocasiones y la forma en que puede ayudar a resolverlos en esta ocasión”, finaliza.

¿A dónde acudir si necesitas crees que tienes estrés post traumático?

La Facultad de Psicología de la UNAM tiene brigadistas en los lugares en donde se necesita el apoyo in situ desde el día uno de la tragedia y ellos están participando para ayudar a la comunidad.

Por otra parte, se está brindando atención psicológica en la facultad para la intervención en crisis y se están formando grupos de apoyo terapéutico.

Puedes llamar al teléfono 56 22 22 88 para preguntar sobre los lugares específicos adonde puedes acudir si leíste la nota y te sientes identificado o si tienes algún ser querido que necesita ayuda.

Entre todos podemos ayudarnos a tener un entorno emocional más sano, así que comparte esta nota y cuéntanos qué otros temas te interesan.

Agradecemos a la Facultad de Psicología de la UNAM su apoyo para esta nota.

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Autor

  • Periodista y editora. Cultura alimentaria y perspectiva social. El mezcal es mi pastor. Me gusta lo cotidiano extraordinario y compartirlo en historias. Cuéntame, ¿qué te interesaría leer en este blog?

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