Medicamentos para dormir ¿buenos o malos?
Uno pensaría que los médicos del sueño son los que más recetan medicamentos para dormir, pero es justamente al revés. Un especialista en medicina del dormir tiene como objetivo lograr un sueño lo más natural posible. ¿Cómo?, promoviendo una buena higiene del sueño y personalizando el tratamiento.
Contras de los medicamentos para dormir
Cuando llega algún paciente que ya toma medicamentos, el especialista tratará de quitárselos o al menos disminuirlos; el doctor Alberto Labra nos explica que tienen muchos contras.
El primero y más conocido es que son potencialmente adictivos, los pacientes se vuelven dependientes del medicamento, les causa ansiedad no tener la pastilla que ‘les quita la ansiedad’.
Pero además, las medicinas que fueron diseñadas desde su concepción para inducir el sueño son muy pocas, la gran mayoría de las que se anuncian en la televisión, o se recomiendan de boca en boca, se vendían antes como antihistamínicos (medicamentos contra alergias) y fueron descontinuados porque tenían como efecto secundario que causaban somnolencia.
Otros tantos como el diazepam, el clonazepam y el trizolam no fueron tampoco pensados para el buen dormir. Sí hacen dormir, pero es un sueño de baja calidad. Ocurre que cuando alguien toma por ejemplo un clonazepam a las 9 de la noche, al día siguiente a las 9 de la mañana aún tiene algo de efecto, y aunque se tiene la sensación de que se ha dormido muy bien, no es así (no es lo mismo ‘mucho’ que ‘bien’). Estos medicamentos inducen el sueño ligero (sin llegar al profundo) así que aunque se haya dormido 12 horas (más de lo que cualquiera necesita según la ontogenia del sueño) no se ha tenido un descanso de calidad.
Por supuesto, hay casos en que sí es necesario algún inductor del sueño, pero hay que atenderse con un especialista para saber cuál es el adecuado según nuestro caso. Cada persona es diferente y deben tomarse en cuenta muchas cosas: historial clínico, higiene del sueño, estilo de vida, fisiología, etcétera.
Agradezco al doctor Alberto Labra del Instituto Mexicano de Medicina Integral del Sueño, su ayuda para la realización de este texto.