El embarazo es un estado fisiológico natural del cuerpo y durante su desarrollo éste se comienza a adaptar de forma gradual y pueden observarse los cambios del mismo de forma normal.
Durante esta etapa, gracias a las hormonas, el cuerpo se prepara para crecer y modificar todas sus funciones internas, empero no todos los cambios pasan desapercibidos y suelen dejar estragos a posteriori.
Por ello te compartimos algunos de los mitos y sus realidades acerca de los cuidados que el órgano más grande del cuerpo, la piel, necesita durante este periodo. La dermatóloga Fabiola Ruelas, nos ayuda a solucionar algunas dudas acerca de qué creer y qué no sobre esta etapa de gracia.
Mito: Siempre es necesaria la humectación extra
La doctora nos comenta: esta condición depende de la piel de la persona y como era antes de entrar en la etapa del embarazo. Hay pieles secas o atópicas que toda la vida van a ser así, aun cuando en esta etapa de plenitud se supone que las hormonas pueden provocar que la piel se hidrate de manera natural. Hay casos en mujeres que no necesitan untarse más cremas de lo común. Pero ojo, cuando sientas que esas áreas específicas se estiran y crecen es cuando que se pueden resecar y romper es cuando hay que hidratarla.
Mito: El jabón perfumado y el cómo y cuándo de las duchas
Si sientes mucha resequedad o sientes que la piel se estira, la doctora recomienda que abandones un poco el jabón perfumado y lo cambies por un dermo limpiador o sustituto de jabón que no reseque la piel. Otra alternativa son los jabones neutros; también te recomienda no tallarte a la hora del baño.
Deja de usar agua caliente porque el calor reseca la piel. Los baños largos pueden resultar contraproducentes, lo ideal es que no duren más de 10 minutos.
Mito: El uso de aceite hidrata la piel
Los aceites están compuestos por elementos muy pesados y la piel es una barrera de poros delgados, por ello el aceite que es de composición densa, se tarda o ni siquiera se absorbe. Lo que ocasiona es una sensación grasosa pero no humecta ni hidrata.
La doctora Ruelas nos comenta que al contrario de lo que se piensa, las emulsiones ligeras tienen una absorción más rápida y llega a las capas intermedias de la piel, lo que hace que la humectación sea más efectiva. Lo que importa en realidad son los activos de humectación que contengan las emulsiones que utilices, por ejemplo: glicerina, manteca de Karite, extractos de almendras dulces, entre otros.
Mito: La hidratación y beber agua en exceso
Durante el embarazo la mujer no puede tomar cualquier substancia, es por ello que hidratarse debe basarse en la alimentación en el agua de las frutas, jugos, caldos y más. Debemos tener en cuenta que tomar más agua de lo que el cuerpo necesita no es significado de hidratación, ya que si excedes los dos litros de agua al día lo único que ocasionas es que tu riñón trabaje más de lo habitual.
Agradecemos a la dermatóloga e internista Fabiola Ruelas Monjardín (fruelasm@gmail.com) las facilidades otorgadas para este artículo.
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