Generalmente, mientas somos jóvenes nos interesamos por mantener una correcta y saludable forma física. Sin embargo cuando entramos a una etapa de mayor edad, hay personas que resultan afectadas por el sedentarismo y la mala alimentación, lo que puede detonar o dar origen a múltiples enfermedades, entre ellas, la reducción progresiva de masa muscular que puede desencadenar en sarcopenia.
La doctora María del Consuelo Velázquez nos dice: “La sarcopenia es la reducción cuantitativa de masa muscular, pero eso no es todo, ya que al analizar sus implicaciones funcionales, nos damos cuenta de que es mucho más que eso y las consecuencias de la disminución de masa magra son notorias”.
Con la pérdida de masa muscular se produce una reducción en el índice metabólico lo cual puede llevar a un aumento de peso indeseado por la acumulación de grasa en su organismo. Menos músculo y más grasa desata la obesidad sarcopenica.
Asimismo, se incrementa el riesgo de resistencia a la insulina, de perder masa ósea, reducir la capacidad cardiovascular de la persona, empeorar la postura, y otras alteraciones que pueden desencadenar enfermedades.
Si bien es un proceso normal asociado al envejecimiento, puede originarse en una adulto de 30 años como consecuencia de su inactividad física.
Sin embargo, esto puede evitarse si llegamos a la tercera edad sin dejar de movernos. Se ha comprobado que el entrenamiento de fuerza permite mantener el músculo joven sin que se deteriore su contractibilidad; así, se evita la reducción de la fuerza que en la mayoría de los casos es invalidante y causa de la dependencia de los adultos mayores para realizar las actividades de la vida diaria.
Agradezco a la doctora María del Consuelo Velázquez su ayuda para la realización de esta edición.
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