El Nío y las ruinas de una antigua misión

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Foto: uaeh.edu.mx

A 8 kilómetros de Guasave, Sinaloa se ubica un pequeño poblado con casonas cubiertas de tejas rojas que mantiene viva la esencia colonial y un fascinante legado histórico. El Nío, como se llama, fue escenario de evangelizaciones masivas a partir del siglo XVI y hasta el siglo XVIII, cuando los jesuitas fueron expulsados.

Este lugar es considerado como el primer cimiento del mundo jesuita, el cual comenzó en 1591 con la llegada de los padres Gonzalo de Tapia y Martin Pérez, este último es considerado el primer evangelizador de la región, sin embargo su carisma provocó el descontento de los chamanes locales y terminó muerto en mano de uno de ellos. A pesar de esto, la evangelización no terminó ahí; el padre Pérez sentó las bases para que poco después el padre Kino levantara una parte de las edificaciones jesuitas más importantes de todos los tiempos.

La misión está construida con ladrillo pegado con argamasa y aún conserva la bóveda de media naranja que caracteriza a las construcciones jesuitas. Se sabe que no pudo ser terminada debido a la expulsión de los misioneros.

En la población El Nío también encontrarás una imagen del santo patrono del lugar, San Ignacio de Loyola, el cual fue labrado en piedra por tribus precolombinas a la llegada de los primeros jesuitas.

Si deseas conocer más sobre la historia de este lugar no olvides visitar el museo de la región, donde encontrarás piezas históricas y podrás admirar la arquitectura de la casa en donde se ubica, la cual data del siglo pasado.

 

Fuentes: lauba.com.mx, wikipedia.com y sinaloa.mx.

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