Chapulines en Oaxaca: ¿cómo se recolectan y cómo se cocinan?

Chapulines en Oaxaca: ¿cómo se recolectan y cómo se cocinan?

Chapulines en Oaxaca: ¿cómo se recolectan y cómo se cocinan?

¿Alguna vez te has preguntado cómo se recolectan y cocinan los chapulines en Oaxaca? Este es solo un ejemplo: hay tantas formas como personas.

Fuimos de nuevo al municipio de Miahuatlán de Porfirio Díaz con la familia Cortés Ortega. Nos levantamos temprano para ir a recolectar los pocos que quedaban.

Después de las lluvias, se buscan entre milpas y flores. No es fácil verlos: solo la experiencia te ayuda y Constantino “Tino”, nuestro anfitrión, lo hace desde niño.

¿Cómo se recolectan los chapulines?

Se agarran uno a uno entre las plantas y se colocan en una chapulinera o bolsa de plástico.

Esta actividad se hace en familia y por lo general se lleva a los niños para que aprendan. “Debes ser más rápido que ellos, como una serpiente”, dice Tino.

También puedes encontrar otras especies como el “catrín”, una especie de insecto más grande que el chapulín.

Los más ricos comen flores

Tino asegura que los más ricos son los que comen flores amarillas de la temporada como acahual o biruxe, mismas que se colocan en las ofrendas de Día de Muertos.

Son dos las épocas en las que hay más: inicios de mayo e inicios de octubre. Y es importante decir que no es “comida exótica” como los fuereños o los programas de televisión quieren hacerlo ver: son un antojo de temporada que no se come diario ni siempre.

Muchos de los que verás en los mercados ya no son oaxaqueños ni están frescos. Puedes notarlo por el color, el aroma y la textura. 

¿Cómo se cocinan los chapulines? 

Antes de cocinarlos, se dejan en una bolsa de plástico para que “se purguen”, es decir, que saquen de forma natural todos los restos, explica Soledad Ortega.

Después se lavan con agua tres veces para quitar restos de tierra y desechos. Aparte, en una chirmolera, se muele ajo, sal y limón. Se agregan los chapulines junto con la mezcla anterior en una sartén con aceite caliente y se fríen.

Pueden comerse solitos como botana o para acompañar una comida completa con frijoles, tasajo, tortillas y salsa.

Te gusten o no, estas delicias son ideales con un mezcal y contienen proteínas. El consejo que te damos es que les quites las patitas antes de comerlos: Soledad explica que eso se les dice poco en las ciudades pero en el pueblo es un saber que se infiere desde la infancia.

Agradecemos a Mezcouting y a la familia Cortés Ortega su apoyo para esta nota.

Autor

  • Periodista y editora. Cultura alimentaria y perspectiva social. El mezcal es mi pastor. Me gusta lo cotidiano extraordinario y compartirlo en historias. Cuéntame, ¿qué te interesaría leer en este blog?

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