Carnavales en Hidalgo
El carnaval hidalguense tiene mil caras, una por cada tradición que se celebra en las comunidades. Las principales festividades son los carnavales en el Valle del Mezquital, la Sierra Baja y Sierra Alta, Huasteca, Sierra de Tutotepec, Bocasierra, en el municipio de Acaxochitlán y el Valle de Tulancingo, por lo que podemos decir que corresponde al pueblo otomí de Santa Ana Hueytlalpan.
Un dato curioso es que los carnavales regionales de Hidalgo tienden a salir de las fechas eclesialmente fijadas para ellos y que las prácticas de sus contenidos no se apegan en diversos casos a los elementos normalmente previstos.
Por ejemplo en la comunidad de Arbolado, Tasquillo y en Alfajayucan, el carnaval es el escenario para resaltar su fe guadalupana y a la virgen de San Juan de los Lagos, así como a la Santa Cruz.
Situación similar, aunque con sus características propias, es el caso de algunos pueblos otomíes de la Sierra de Tutotepec que realizan carnavales a modo de marco para las fiestas al Señor de Chalma. En el pueblo de Tecozautla, el carnaval sirve para dar inicio a los honores al Señor Santiago y al Señor de las Maravillas (San Carnavalito) por lo que corresponde a Metzquititlán en la Sierra Baja.
El carnaval, más que un momento festivo busca reconstruir las condiciones históricas resultantes de diversos contactos culturales, y ser marco para la reconfiguración de los mismos contactos, creando así nuevas fórmulas culturales.
Por tanto, el carnaval hidalguense no sigue un patrón único, sino una gran muestra de alternativas colectivas a través de las cuales se puede comunicar el sentido de la vida que experimentan los pueblos.