Más sabores de Michoacán

En artículos anteriores describimos algunos de los platos típicos de la gastronomía Michoacana. Hablamos de los clásicos como las carnitas, los uchepos, corundas, etc. Pero como es tan extensa, en una sola entrega no se podría cubrir tanta delicia.

Es por eso que hablaremos de la región de tierra caliente, particularmente Apatzingán, en donde el platillo típico es la morisqueta, la cual se prepara con arroz blanco y se acompaña con queso o carne bañada en salsa roja o verde. En la región de Huetamo también hay platillos exquisitos como la cecina, carne seca que cuando se dora con huevo y se mezcla con una salsa picante se convierte en aporreadillo, que en Nueva Italia se acostumbra combinado con queso y horneado sobre un molcajete.

De los postres, los más reconocidos son los chongos zamoranos, el ate de membrillo, los buñuelos y la tradicional nieve de pasta.

Los michoacanos, además del maíz, enriquecen su dieta con otros vegetales, como frijoles, chiles, amarantos, jitomates, tomates, quelites, calabazas, chayotes, magueyes y nopales, y en cuestión de carne consumen venado, conejo, ardilla, guajolotes, huilotas, patos y desde luego multitud de peces, entre los que resalta el pescado blanco.

La tortilla blanca es lo que más exigen los michoacanos, pero también las hay azules, y en las fiestas de algunas comunidades son bicolores. Cerca del lago de Cuitzeo se acostumbra engalanar las mesas con tortillas de diversos colores y con adornos florales impresos antes del término de cocción.

En Ario de Rosales el platillo típico es la olla podrida, guiso de varias carnes y verduras de origen europeo, pero que aquí recibió el bautizo indígena con pulque.

En Tzintzuntzan un guiso festivo es el conejo en chile. Como aperitivo, en algunas regiones es común el mezcal de agave y la charanda de caña. El pulque todavía se consume en municipios como Tarímbaro, y el sende, también llamado pulque de maíz, propio de la zona otomazahua, se bebe en el oriente del estado. En la región noroeste de la entidad hay una zona lechera que desde hace siglos produce quesos de distintas clases como el cotija; y qué decir de las asaderas o adoberas, como les dicen ahora, las cuales, desde Ario de Rosales hasta la Tierra Caliente del Balsas, podemos disfrutar en tajadas asadas en comal, como complemento ideal de unos frijoles refritos.

Agradecemos a Turismo del Estado y Eme Media las facilidades para la realización de este artículo

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