Santa Clara, donde el cobre adquiere vida
Santa Clara del Cobre se localiza a 20 kilómetros de Pátzcuaro y a 76 de Morelia. Aunque es una población pequeña, es sumamente pintoresca. En cada rincón ofrece los encantos de un pueblo colonial pero con las comodidades de cualquier ciudad.
Entre casas blancas con rótulos rojos destaca su actividad económica que salta a la vista desde que llegas, el cobre en todas sus presentaciones.
Encuentras desde aretes hasta enormes cazos todos hechos con el mismo material y con la misma técnica.
Esta ciudad ha conservado la tradición artesanal del cobre a través de generaciones. El método del martilleo heredado desde la colonia hace que cada artesanía sea única porque no utilizan moldes ni maquinarias, todo es a base de calor, martillazos y mucha imaginación.
Tan cuidada es la tradición que dentro de la comunidad existe una escuela que siembra en los niños el hambre de crear y trabajar en sus propios diseños.
Es tal el arraigo que los mismos artesanos fabrican sus herramientas cuando quieren hacer algo distinto. La mano de obra y la creatividad de los artífices michoacanos son tan variadas que pueden dar vida a cualquier simple pedazo de metal hasta convertirlo en una verdadera obra de arte.
Pero Santa Clara no solo es el encanto del cobre, también radica en su comida, en su Museo del cobre, en su Feria Nacional del Cobre que dura 15 días y se complementa con las fiestas patronales que se celebran la primera quincena de agosto.
Cuando los visites, no se te olvide comerte una torta de tostada o un borrego en salsa, las carnitas y pregunta por las nieves de Tito.
Agradecemos a turismo del Estado las facilidades otorgadas para la realización de este artículo.