Tzintzuntzan, joya de la meseta purépecha

Tzintzuntzan

Tzintzuntzan se localiza a las orillas del lago de Pátzcuaro, su nombre significa “lugar de colibríes” y es un importante destino turístico y arquitectónico que se encuentra en la meseta purépecha.

Su gran característica es sin duda la zona arqueológica que comprende un centro ceremonial. De entre sus atractivos turísticos destaca tambien el Convento Franciscano con capilla abierta del siglo XVI, que posee una capilla obicita labrada por indígenas.

También como parte de su arquitectura sacra sobreviven construcciones como el Templo de la Soledad, construcción barroca y el Templo de San Francisco. En el amplio atrio del templo destacan los centenarios olivos que según se dice, fueron plantados por el Primer Obispo de Michoacán, Don Vasco de Quiroga.

El pueblo destaca por las diversas celebraciones que son pagano religiosas, realizando la tradicional cuaresma y la semana santa, pero destacando la celebración pagana.

En dicho festejo un consejo conformado por ancianos proporciona una veintena de grilletes que según se dice pertenecieron a los conquistadores españoles, los cuales son utilizados en una penitencia por los participantes, quienes corren esposados en una ruta prefijada; algunos de ellos piden limosna y otros más castigan sus espaldas con instrumentos denominados “disciplinas” o con el peso de cruces.

En Tzintzuntzan se dedican a la agricultura, fruticultura y artesanías elaboradas con paja y tule, así como bordados que pintan con ingenuidad paisajes y fiestas de la región.

En esta zona se trabaja la alfarería de barro en baja y alta temperatura, para la producción de vajillas, cazuelas y jarras en formas de aves.

La danza y música son manifestaciones que logran un profundo vínculo de unidad social. Entre ellas sobresale la danza de los viejitos y la interpretación de “pirekuas”, típica expresión musical de la etnia purépecha.

Información: Turismo del Estado

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