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El pequeño pero extraordinario Archivo Histórico de Iztapalapa

El pequeño pero extraordinario Archivo Histórico de Iztapalapa
  • Publicado1 abril, 2019

Beatriz Ramírez siempre está recopilando material sobre Iztapalapa. Lo mismo puede guardar propaganda que le dan en una marcha, que el menú impreso de alguna de las fondas o locales de comida del lugar.  Su experiencia como cronista de la demarcación le ha enseñado que todo tiene valor histórico.

Tras años de ir guardando varios documentos, fotografías, libros y más, Beatriz Ramírez comenzó a imaginar un sitio que custodiara el material. Ella tenía en mente un espacio al cual pudieran acceder tanto vecinos como personas interesadas en la historia de Iztapalapa. Su objetivo la llevó a cargar papeles y más papeles, pero esta vez de trámites solicitando a las autoridades un lugar donde se pudiera organizar, conservar y difundir la documentación relacionada con la zona. Finalmente, en octubre de 2010 el Archivo Histórico de Iztapalapa fue inaugurado.

La difícil tarea de crear el Archivo Histórico de Iztapalapa

El Archivo Histórico empezó en un pequeño salón de la Biblioteca de Iztapalapa. Ahí, con la ayuda de un compañero, la maestra mandó a hacer unos armarios de madera. Luego fue pidiendo más estantes y más libros, porque los que llegaron en ese entonces no tenían nada que ver. Algunos estaban en mal estado y húmedos.

“Anteriormente se hizo un esfuerzo, pero no se contó con el material necesario. Nosotros comenzamos prácticamente desde cero”, cuenta la cronista, quien para sumar más al Archivo Histórico de Iztapalapa promovió las donaciones de libros y revistas no sin antes poner el ejemplo.

“Sobre Iztapalapa creo que solo había dos materiales: la fotocopia de un folleto y un libro de Margarita Nolasco que traía un estudio sobre Iztapalapa y otros tres lugares, porque se llama Cuatro ciudades”, recuerda. “Yo tenía muchos materiales duplicados, entonces empecé a añadirlos al Archivo Histórico de Iztapalapa. Luego compré materiales. Incluso cuando me enteraba de presentaciones de libro iba, compraba un ejemplar para mí y platicaba con los autores para ver si podían donarme uno. Muchos accedieron. Confiaron”.

Editores, escritores y vecinos se unieron a la iniciativa y dieron, por ejemplo, colecciones de revistas completas como Crisol Mágico, que habla de los pueblos originarios, o Painani, revista de la UAM Iztapalapa que en cada número trae algo de Iztapalapa. Otros más entregaron material que si bien no se trataba exclusivamente de Iztapalapa, sí contenía datos o información sobre esta.

Archivo Histórico de Iztapalapa
La cronista Beatriz Ramírez. Foto: Claudia Aguilar

Beatriz recibe con gusto material como este, al mismo tiempo que capacita a sus compañeras del Archivo Histórico de Iztapalapa para monitorear desde periódicos hasta boletines de la Alcaldía.

“Diario revisamos periódicos”, explica mientras muestra una carpeta llena de recortes con noticias varias, como la construcción de la Línea 12 del Metro. “Seleccionamos aquellas notas que tienen temas relacionados con Iztapalapa. No solo deben ser libros, revistas o boletines que emite la Administración, que es la parte oficial, están también los volantes que son la demanda social real y las notas que muestran las diferentes posturas. Me importa tanto la parte oficial como la de la comunidad y la de los periodistas, se complementan”.

En el estante que se ubica en la entrada del nuevo Archivo podemos encontrar información en más de 30 carpetas, libros, folletos y tesis que están clasificados por tema. Algunas carpetas son: Basura, los Ocho Barrios, Cárceles, Caricatura, Carnavales, Central de Abasto, Gastronomía, Cultura y recreación; el Cerro de la Estrella, Turismo, Museos, Artistas plásticos, Músicos, Pueblos originarios, Planes de trabajo de las administraciones, Salud, Semana Santa, y Vías de comunicación y transporte. Y ya si uno curiosea en ellas puede encontrar grandes joyas como la fotocopia del testamento de don Alonso de Axayácatl, cacique del pueblo de Iztapalapa e hijo de Cuitláhuac.

Las fuentes históricas son muy diversas. Del otro lado, enfrente del mueble principal hay estantes más pequeños con documentales en DVD. También hay un apartado con las revistas donadas y el calendario y libro creados por el Grupo Cultural Noche Victoriosa, al cual pertenece la cronista.

En los nueve años que lleva el Archivo Histórico de Iztapalapa nada parece desanimar a Beatriz y a los que colaboran resguardando de una u otra forma la historia de la comunidad –vaya, ni las condiciones del nuevo espacio donde ahora se encuentra, el cual fue construido para funcionar como cafetería–. Para ellos la memoria es lo más importante.

Archivo Histórico de Iztapalapa
Algunas de las carpetas del Archivo Histórico de Iztapalapa. Foto: Claudia Aguilar

Alimentarse de la curiosidad

“¿Saben si aquí puedo encontrar un plano de una casa antigua en Iztapalapa?”, pregunta una señora. “Es para la tarea de mi hijo, estudia Arquitectura”. Dos de las trabajadoras del Archivo se paran de sus sillas y van a las carpetas en busca del documento. Beatriz se para también y busca en un libro.

“Aquí jamás se debe negar el servicio, jamás”, dice al pasar las hojas. “Esto uno lo aprende como investigador, cuando vas a un Archivo y pides algo y te dicen que no hay y entonces les explicas a los encargados por dónde pueden encontrar la información, porque ¡de que hay, hay!”.

El primer piso del Archivo que también funciona como galería. Foto: Claudia Aguilar

Interrumpe la charla para decirle a la señora que no tiene un plano como el que busca, pero que si le interesa y le da tiempo puede darse una vuelta al día siguiente y ella misma le lleva el plano antiguo de su casa. La señora acepta y promete volver.

“Quizá no todo esté aquí, pero ese es otro tema, tienes que saber dónde más hay información para que tú le digas a la gente dónde pueden ir a buscar. Es Archivo, pero también tiene que ser un centro de documentación. Hay que saber guiar a la gente”, añade la cronista y me comenta que como la señora que acaba de pasar, llega más gente pidiendo material muy específico. “Hay quienes vienen solo a ver fotos, otros preguntan datos históricos: cuándo se inauguró un museo, un mercado, una escuela; o cuáles son las fiestas del pueblo”.

Ella toma las peticiones como una oportunidad para buscar nuevos materiales, porque, dice, “el Archivo Histórico de Iztapalapa se alimenta de la curiosidad”.

La monografía de Iztapalapa, uno de los documentos que se pueden encontrar en el Archivo Histórico. Foto: Claudia Aguilar

Más información sobre el Archivo Histórico de Iztapalapa:

Se abre de lunes a viernes, de las 9:00 a 18:00 horas. Sábado y domingo, de 10:00 a 15:00 horas.

Facebook: ArchistoricoIztapalapa

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Autor

Written By
Claudia Aguilar

Pata de perro profesional.

2 Comentarios

  • Interesantísima nota, muy completa, dan ganas de ir a consultar el acervo. Muchas gracias por compartir esta información.

  • Gracias a ti por leer la nota y compartirnos este comentario. Espero te gusten los otros textos que estamos subiendo sobre Iztapalapa.

    ¡Saludos, Tania! 🙂

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