Atelier Amareto en León, el oficio de los zapateros

Atelier Amareto en León, el oficio de los zapateros

Atelier Amareto en León, el oficio de los zapateros

Atelier Amareto en León es un ejemplo para valorar el oficio del zapatero, de lo hecho con paciencia y a mano. Gustavo López y su hijo Claudio tienen décadas de experiencia en la industria del calzado. Con sus ahorros, Claudio decidió empezar hace ocho años con este lugar en el que se hacen zapatos a la vieja usanza, esa que cuida el detalle y que requiere meticulosidad.

Ese dicho de “zapatero a tus zapatos” es vigente en este taller guanajuatense, porque ahí se busca que esta labor tan antigua se mantenga viva, a pesar de la maquila y lo hecho en serie. Y es que León, según consta en un documento del Archivo Histórico Municipal, es, por antonomasia, el lugar de curtidurías en México, desde 1608.

La importancia del calzado va de la mano de la historia del hombre: imagina que el zapato más viejo del mundo tiene cinco mil 500 años de antigüedad. Arqueólogos de las Universidades de California, en Los Ángeles, Estados Unidos, y de Cork, Irlanda, lo encontraron en una cueva en Vaytoz Dzor, Armenia. Por eso y más, este taller artesanal es sinónimo de interés en la memoria y su continuidad.

Atelier Amareto en León: Pablo Chong es una nueva generación de zapateros Foto: Mariana Castillo

Atelier Amareto: la calidad como motivo

Llegas a su tienda, ves sus piezas ya hechas. Si te queda y te gusta alguna, puedes comprarla al momento. Todos son modelos para hombres, pero si eres mujer puedes llevártelos: es cuestión de gustos y de estilo. También puedes pedir algunos modelos personalizados o a través de sus redes sociales buscar el que más te lata.

Verás de inmediato que sus piezas destacan de entre el montón, en hechura, procesos y materiales. “Queremos que el zapato adquiera un estatus de arte, como lo dice nuestro eslogan, que estemos en un museo y hasta en exposiciones, pues su construcción es algo único”, dice Gustavo López. En las diferentes áreas trabajan los artesanos que logran estas bellas piezas. Hay desde oxford y bostonianos hasta botas.

En Atelier Amareto bautizan sus modelos propios según los temas de actualidad. Cuando la película de Roma estaba en su etapa más mediática por el tema de los premios Óscar, llamaron a uno de ellos “Cuarón”. Deciden posar con un par que tiene la frase “Donde la vida no vale nada” y “Y se respeta al que gana”, haciendo alusión a la rola de Camino de Guanajuato de José Alfredo Jiménez, compositor que nació en Dolores Hidalgo.

Atelier Amareto en León: “Donde la vida no vale nada” y “Y se respeta al que gana” Foto: Mariana Castillo

Las personas y entrañas de Atelier Amareto

Norberto Barrón, de 82 años, y Pablo Chong, de 28, están en el área de patronaje. Se les observa usar materiales como el cartón a fin de tener los diseños listos y ver cómo será el calzado. En opinión del primero, los zapatos de hombre son más clásicos, ya que en los de mujer hay más cambios y evolución a través del tiempo. Asegura que, como modelista, se necesita ante todo imaginación. Son una dupla perfecta, de dos generaciones en las que la edad no limita ni divide.

Claudio explica que la piel de res, aunque sea del mismo animal, tiene una textura peculiar, según la parte que sea del mismo. La que más se usa es la de lomo, que es lo más fino. También usan las que nombran como “exóticas” que vienen de Asia y Estados Unidos, que son de especies como cocodrilo, tiburón, mantarraya, víbora y más (todas con los permisos y certificados necesarios). Su mamá es quien ayuda a la selección de colores y forros.

Atelier Amareto en León: patronaje de un modelo de calzado Foto: Mariana Castillo

Luego, viene el corte y las pieles se deben revisar a detalle, pues a veces tiene picaduras o agujeros. Todas deben estirarse en una misma dirección antes de pasar al pespunte, para asegurarse de que queden uniformes. Posteriormente, Manuel Trujillo usa una máquina para este fin. También tiene una botella de perfume como herramienta para aplanar, a la que llama “burro”. Con orgullo, porta sus zapatos de piel de avestruz. Comparte que desde los 15 años se dedica a este paso del proceso.

Finalmente, Tomás Ontiveros es el constructor del calzado. Explica que una de las técnicas que usa es la goodyear welt, que a diferencia de un simple pegado, requiere conocimiento y maestría. Es el método más antiguo y más duradero, y aquí se hace manual: lleva una plantilla, luego una entresuela y al final, se cose. Este tipo de detalles son los que marcan la calidad, el precio, la durabilidad y hasta la estética. “Usamos técnicas que datan desde 1850. Esas no han variado. Las tenemos así como las diseñaron y no ha habido el guapo que lo vuelva hacer”, asegura.

Atelier Amareto en León: Manuel Trujillo en el pespunte Foto: Mariana Castillo

Los zapatos como mensaje

Atelier Amareto es un ejemplo de que existen leoneses que aún buscan darle alma a lo que hacen. En esta pequeña empresa familiar se trabaja a ritmo de canciones guapachosas y buen ambiente.

Los zapatos son una prenda que da identidad, confort y hasta es un mensaje ante un mundo cambiante en el que cada vez hay más homologación y donde se usa más el plástico que la piel.

Hay diferentes dichos relacionados con ellos, como “a fuerza ni los zapatos entran” o “zapato que aprieta otro se lo meta”.

Atelier Amareto en León: Gustavo López y Tomás Ontiveros Foto: Mariana Castillo

En el cuento “Los zapatos hacen al hombre” de David Unger se hace toda una disertación sobre ellos, que sirve para reflexionar sobre su significado cultural:

“Sé que hay muchos proverbios sobre ponerse los zapatos de otros: la idea de meterse en los zapatos de otros, seguir los pasos de tu padre, volverse tan poderoso como el dueño original de los zapatos. Sé también que ser golpeado con un zapato es un colosal insulto musulmán (yo nunca le lanzaría los zapatos de Rick a nadie). Los afroamericanos tienen muchos mitos y prohibiciones muy bien documentados sobre ponerse los zapatos de los muertos; temen que todas sus debilidades suban hacia el cuerpo desde las suelas —no sólo las debilidades, sino también las enfermedades y manías. Lo último que necesito es tener los problemas de otro ocupando mi cuerpo.

Las mujeres afroamericanas nunca les compran zapatos a sus hombres por el miedo a que caminen para irse y no volver. (…) Con el tiempo he desarrollado un aprecio lascivo por los zapatos: sé que muchos hombres admiran los pechos, piernas, pies y todas las otras partes del cuerpo de las mujeres, pero mi único fetiche es mi obsesión por los zapatos de hombre. Ni siquiera me atraen los pies. Pura suerte genética, supongo”.

Atelier Amareto en León: varios modelos de calzado Foto: Mariana Castillo

¿Dónde está Atelier Amareto?

Díaz Mirón 407, colonia Centro, León, Guanajuato.
Horario: lunes a viernes, de 9:00 a 17:00 horas; sábados de 9:00 a 14:00 horas.
Teléfono: (477) 561 1096
Facebook: Atelier-Amareto

Atelier Amareto en León: Norberto Barrón tiene 86 y es zapatero Foto: Mariana Castillo

Agradecemos a Atelier Amareto, a Juan Emilio Villaseñor y a Epicuristas MX su apoyo para esta nota.

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Autor

  • Periodista y editora. Cultura alimentaria y perspectiva social. El mezcal es mi pastor. Me gusta lo cotidiano extraordinario y compartirlo en historias. Cuéntame, ¿qué te interesaría leer en este blog?

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