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Barrancas del Cobre, más grande y profunda que el Gran Cañón

Barrancas del Cobre, más grande y profunda que el Gran Cañón
  • Publicado8 mayo, 2017

Muchas veces escuchamos hablar del magnífico Gran Cañón, pero pocos saben que, en realidad, las Barrancas del Cobre son cuatro veces más extensas y poseen casi el doble de profundidad que aquella maravilla americana.

Y, aunque son llamadas Barrancas del Cobre, este nombre únicamente funciona para ubicar la gran cadena de barrancas, ya que cada una posee nombre y maravillas únicas.

Barranca del Río Mayo, de Chínipas y de Huápoca son algunas de las bellezas que forman parte de este atractivo turístico; sin embargo, acá te nombro las más importantes e indispensables al momento de armar tu recorrido.

Batopilas

Batopilas no solo es el nombre de una imponente barranca de 1,800 metros, también es el nombre de un Pueblo Mágico que, aunque desconocido, posee una gran importancia histórica.

Esta barranca recibe su nombre del tarahumara y significa “río encajonado”. La importancia de este lugar yace en su próspero pasado minero que lo llevó a ser tan importante como la misma capital. Su riqueza fue tal que se convirtió en el segundo poblado de México en recibir luz eléctrica.

La mejor forma de disfrutar su paisaje es en el mirador La Bufa, desde el cual se puede apreciar el bello río Batopilas.

Candameña

La Barranca de Candameña es una de las más importantes, no solo por sus 1,640 metros de profundidad, sino por encontrarse dentro del Parque Nacional de Basaseachi. Aquí es posible admirar dos de las cascadas más profundas de México y el mundo, la Cascada de Basaseachi, que marca el inicio de la barranca, y la más alta del país: Piedra Volada.

Esta barranca posee dos miradores espectaculares, la Ventana, ubicada a la mitad del ascenso y la famosa roca al filo del vacío, la Piedra Volada. Y no, no es lo mismo que la cascada.

Además, durante tu caminata encontrarás una serie de cuevas que se atribuyen a la cultura de Paquimé y, aunque los rarámuris de la zona continúan habitando en cuevas, desentrañar los misterios de estas cavidades resulta bastante interesante.

Foto: Cataratas del mundo

Urique

Incrustada en la Sierra Tarahumara, con sus 1,879 metros, se levanta la impresionante Barranca de Urique. Pinos y encinos le dan vida a cada centímetro de este bello lugar.

La Mesa de Arturo, el Cerro del Gallo y La Cueva de la Virgen son los mejores miradores para fotógrafos y amantes de la naturaleza. Por si fuera poco, descendiendo por la vereda de Areponapuchi, a manera de oasis, se encuentran La Huerta y Fondo de la barranca, dos manantiales de aguas termales que te dejarán con la boca abierta.

Terminado tu recorrido, puedes aventurarte al pueblo de Urique, conocido, como otros, por su pasado minero y sus calles coloniales.

Sinforosa

La Sinforosa no por nada es llamada la “Reina de las Barrancas”. Sus más de 1,800 metros de profundidad la hacen uno de los lugares más impresionantes de México.

Dentro de sus atractivos existen 17 misiones jesuitas incrustadas en su verde follaje. Un atractivo único en las Barrancas del Cobre.

Al fondo se observa el Río Verde conectado con el Río Fuerte, mientras que en las alturas los miradores Cerro Grande, Picacho y Guérachi obsequian una vista privilegiada que hará vibrar cada partícula de tu cuerpo.

En esta zona también es posible admirar cuevas tarahumaras que narran el pasado y presente de esta cultura. Ya que estás por ahí, puedes deleitarte con pequeñas cascadas de entre 10 y 30 metros como el Salto Grande.

Para rematar tu recorrido puedes elegir entre la aventura y la cultura. La primera te aguarda entre las aguas termales que, en complicidad con los ríos, dan vida a pequeñas pozas de manantial con destellos coloridos peces que hacen juego con el turquesa de sus aguas.

Si buscas algo más cultural, existen dos museos comunitarios: Guachochi y Towí, en donde es posible descubrir un poco de la tradición rarámuri.

 

Enumerar o narrar la belleza de las Barrancas del Cobre es realmente imposible. La adrenalina, la pasión, la tranquilidad, la paz y la impresión únicamente se logran en la cima de una o todas las barrancas.

Para los realmente aventuraros prometo contarles pronto acerca de las increíbles tirolesas, teleféricos y el famoso ZipRider que pondrán a prueba sus miedos.

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Autor

Escrito por:
María Fernanda Martínez Contreras

Casi licenciada en Letras Clásicas, amante del café, la literatura, la escritura y la música. Distraída. Futbolista de domingos.

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