Calpulli Jamaica: el centro cultural que está dentro de un mercado
¿Y si te dijera que en el mercado de Jamaica, además de frutas, verduras y otros enseres del hogar, también encuentras un centro cultural? ¿Difícil de creer? No tanto. En las siguientes líneas te presento Calpulli Jamaica.
En este mercado había un rincón totalmente olvidado. Ni una flor de las tantas que hay en el lugar daba vida a este espacio. Ante el poco, o más bien nulo, uso que se le daba, la administración decidió tumbar la construcción y dar paso a nuevos locales. Itzel Samara Escobar y Héctor Pavel Rodríguez del colectivo Animal Sagrado sabían del lugar gracias a los locatarios, quienes se lo mostraron meses anteriores durante uno de los muchos recorridos que tuvieron por el mercado.
Cuando escucharon los nuevos planes para ese lugar, ambos pensaron en hablar con los encargados del Jamaica. Querían presentarles un proyecto diferente, uno relacionado con actividades culturales y artísticas para las personas del mercado, especialmente para los niños. Esto fue en diciembre de 2018. Dos meses después, y con la aprobación de los locatarios, la rehabilitación del espacio terminó y se abrieron las puertas de Calpulli Jamaica.
Calpulli Jamaica, un nuevo hogar
Para llegar al centro cultural uno debe ubicar la puerta 1 del mercado de Jamaica (está sobre av. Morelos). Luego, hay que caminar entre los carriles 1 y 2, donde se estacionan las camionetas de productores de flores que vienen de diversos puntos del país. Cuando vas hacia Calpulli Jamaica el trayecto, sin querer, se va llenando de los pétalos de rosas y hojas que los vendedores desechan mientras arman sus arreglos. Nadie espera que la bienvenida sea tan rimbombante, pero sucede y no te queda más que dejarte llevar por la colorida sorpresa.
El centro se encuentra en un mercado radiante; sin embargo, su encanto va más allá. Itzel y Héctor hicieron de este rincón un lugar acogedor en el que de lunes a domingo hay yoga, danza africana, esténcil urbano, sabiduría ancestral, muralismo, capoeira, talleres de cultivo y botánica, entre otras actividades para adultos y niños. Su propósito –y la razón por la cual lo bautizaron como Calpulli– es precisamente crear una casa en la que las personas puedan realizar diversas actividades, al mismo tiempo que van tejiendo lazos y fortaleciendo la comunidad.
“Calpulli Jamaica nace de ese sueño, de poder dar y crear ideas y vidas –explican sus fundadores–. Nace del amor a la cultura y el arte; de la pasión y dedicación que reflejan las personas que conforman ese lugar; de su antigua historia de chinampas, lagos, flores y trueque. Se crea también por los trabajadores, porque para ellos el mercado de Jamaica es su gran hogar”.
Pensar en los niños
Para Itzel es importante que en los mercados existan espacios dedicados a los hijos de los comerciantes. De esta manera podrán distraerse u ocupar su tiempo en aprender algo nuevo. En Calpulli Jamaica, ella y su compañero preparan un programa mensual con diversas actividades. De igual forma aprovechan el espacio para acercar a los más pequeños a la historia del mercado. Piensan que si ellos entienden el lugar donde pasan la mayor parte del tiempo y donde sus padres trabajan, más tarde comenzarán a cuidarlo.
“Este mercado es generacional, encuentras abuelos y hasta nietos trabajando –dice–. Muchos desconocen la historia del mercado, y se entiende, porque solo se dedican a vender. También hay quienes desconocen la historia porque nadie les cuenta lo que aquí ha pasado. Queremos que las mismas personas del mercado, entre ellos los niños, conozcan sus raíces y las retomen”.
Tardes de trueques y recorridos por el mercado
Itzel y Héctor se conocieron en La Chinampa, un espacio cultural cerca del metro Jamaica. Juntos trabajaron ahí; luego, en El Banco, un centro social okupa en Ecatepec. Los dos traían ya la espinita de armar un programa cultural más completo con las diferentes expresiones que habían aprendido durante su estancia en los proyectos anteriores.
Así, con sus múltiples habilidades prepararon una serie de actividades a lo largo de la semana. Itzel practica yoga, baila danza africana y le gusta investigar sobre la historia del mercado; Héctor sabe de box y artes plásticas. Ellos son quienes las imparten, pero ocasionalmente invitan a otros artistas.
“Nuestro objetivo, además de compartir lo que sabemos, es generar vínculos con otros colectivos para ir creciendo. Nos gusta compartir lo que otros hacen, es como un despertar de conciencia”, comenta Itzel.
Otras de las actividades gratuitas que ofrecen son los recorridos guiados por el mercado y los trueques. Los primeros son el tercer domingo de cada mes. Aquí Itzel te lleva a descubrir desde el origen, fechas simbólicas, tipos de flores que venden, gastronomía (¡hola, huaraches!) y murales, hasta las anécdotas de locatarios. Por otra parte, los trueques, además de que retoman una de las principales actividades de nuestra historia, están pensados para que los visitantes lleven sus cosas que tienen en casa y no usan. “Deben estar en buen estado y limpias para intercambiar por productos que les gusten; también pueden donarlas”, agrega Itzel. Los trueques se realizan el segundo sábado de cada mes.
Si un día visitas Jamaica, no dudes en pasar a Calpulli Jamaica. Descubre por ti mismo cómo este lugar brotó entre flores y se mantiene vivo gracias al cuidado de Itzel, Héctor y de las personas del mercado que inspiran nuevos proyectos.
Más información sobre Calpulli Jamaica:
Facebook: Calpulli Jamaica
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2 Comentarios
Me parece perfecto es muy agradable para los niños es verdad lo que dicen pasan todo el día en el mercado y aveces sin saber el significado de el lugar en donde están o pasan tiempo muerto sólo en teléfonos ahora con estas actividades los veo felices sólo espero la hora para ir a sus cursos
Hola, Mónica. Sí, Calpulli Jamaica es un gran espacio en el que los niños pueden aprender y divertirse muchísimo. Ojalá te animes y visites pronto, te recomiendo echarle ojo a su programa mensual, seguro encuentras un taller u otra actividad para ti. Si vas cuéntame cómo te fue :).
Muchas gracias por tu comentario.
¡Saludos!