El placer de comprar o cómo nos engaña la mercadotecnia

el placer de comprar

La mayoría de nosotros ubicamos un poco lo que significa el placer de comprar, sufrimos un poco de ansiedad cada que pasamos frente a un aparador o vemos descuentos en lo que sea que nos interese, desde celulares y ropa, hasta videojuegos o verduras. Pero, ¿por qué nos encantan tanto las compras? Bueno, pues una de las razones es el placer, sí existe el placer de comprar y la mayoría somos víctimas de él.

Echándole una leída al libro de Soledad Vallejos y Evangelina Himitian, Deseo Consumido, descubrí varias cosas sobre el placer de comprar, y no hablo solo de ropa, sino de shampoo, jabón, comida, todo lo que nos pongan enfrente.

Estas chicas pasaron un año entero sin comprar nada que no fuera estrictamente indispensable y durante el viaje se dieron cuenta que las compras son solo un reflejo del poder que la mercadotecnia ejerce sobre nosotros. Así, le dieron vida a su libro a un blog en el que narraran su experiencia día a día.

El placer de comprar

Dentro de su investigación experimental se dieron cuenta de que el precio, las rebajas y la publicidad manipulan nuestro cerebro de forma espectacular y forman parte de los detonantes en el placer de comprar. Y, si crees que solo las mujeres experimentan esta sensación, te sorprenderá saber que los hombres gastan tanto como ellas e incluso pueden llegar a disfrutarlo más por sentir un alza en la masculinidad y autoestima.

En el libro mencionan el mecanismo neruroquímico que sucede cuando compramos un artículo “deseado”. “El cerebro recibe dopamina, neurotransmisor que suministra un estado de bienestar que se traduce en placer. Comprar algo que nos gusta genera una microadrenalina en el córtex frontal. El cerebro, y por ende todo el cuerpo, experimenta el placer de la satisfacción por esa compra”

Pero, esto no es todo, ya que los niveles de dopamina no se elevan hasta el cielo cuando estrenamos o compramos, sino antes de hacerlo, cuando planeas tus vacaciones o estás de tienda en tienda, o llegó tu quincena y sabes que irás directo a la tienda a comprar eso que tanto querías. De hecho, cuando pasa la compra, incluso puedes llegar a sentir.

La magia del precio y su relación con el placer de comprar

Por si fuera poca nuestra locura ante las rebajas y los comerciales, las chicas de Deseo Consumido nos revelan que, entre mayor es el precio aun con el descuento, mayor satisfacción recibimos. No importa si la prenda es de la peor calidad, no pagamos por eso, sino por estatus.

Y, el hecho de no poder reservarnos el deseo de revelar el precio, nos delata. Pero, si una prenda de 3 mil pesos nos cuesta 2 mil en rebaja, eso, señores y señoras, es casi un orgasmo para nuestro cerebro. ¿A poco no te ha pasado?

Todos, en el fondo, sabemos que las rebajas son una forma de engañarnos para no sentirnos tan mal cuando despilfarramos, y sobra decir que la tienda no le está perdiendo aunque nuestro razonamiento, de acuerdo con Soledad y Evangelina, nos dice que hemos timado a la empresa.

La magia que existe en el placer de comprar, de las rebajas, de querer cosas que no necesitamos y el deseo de parecernos a alguien o seguir sus pasos hace que nuestros bolsillos se vacíen para llenar los de alguien que, a decir verdad, sabe más de nuestro cerebro que nosotros mismos.

Vence el placer de comprar

Échale una leída a Deseo Consumido y descubre la magia o los engaños detrás del cambio de temporada, las tendencias y la necesidad de comprar todo eso que simplemente no necesitamos. Y tú, ¿te atreverías a pasar un año sin comprar?

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