Entre la tradición y el diseño: diálogo entre oaxaqueños

Entre la tradición y el diseño: diálogo entre oaxaqueños

Entre la tradición y el diseño: diálogo entre oaxaqueños

La línea que divide la artesanía del arte y el diseño es delgada y las tres pueden entrelazarse. ¿Por qué no llevar en el cuello una pieza que tenga grana cochinilla o añil? ¿Qué tienen que decir las generaciones más jóvenes sobre su trabajo? Checa esta historia entre la tradición y el diseño, y el diálogo entre estos oaxaqueños.

Los collares y los aretes de Vianney Méndez me hicieron indagar más en su trabajo: son objetos con una personalidad propia y eso es importante, pues hoy en día proliferan las copias o lo hecho en serie. Esta joven sabe que entre la tradición y el diseño se pueden tejer diálogos creativos.

Rodrigo Hernández Quero y su familia son artesanos zapotecos en Mitla: Vianney colabora de manera frontal con ellos: sin plagios, sin abusos. Más que tener una relación de subordinación o de patrón-empleado se respetan de forma horizontal: en los saberes de ambos contextos hay riqueza y ese ir y venir de ingenio que se complementa. 

Entre la tradición y el diseño: diálogo entre oaxaqueños: la familia Hernández Quero y Vianney Méndez Foto: Mariana Castillo

Entre la tradición y el diseño: ¿cómo comenzó esta historia?

Vianney Méndez nació en Oaxaca en 1987, estudió la Licenciatura en Diseño Industrial en el ITESM, Campus Ciudad de México. Se fue a Florencia y un verano a Indianápolis, pero en el 2009 vivió en Barcelona para estudiar un Máster en Diseño de Modas. Aunque en la actualidad está aprendiendo de nuevo en esa ciudad catalana, su tienda Antiga, en su lugar natal, aloja, desde 2012, lo que por muchos años soñó: ahí reúne lo que ella y su equipo crea, así como lo que otros diseñadores ofrecen.

Colaboró con la Casa de las Artesanías de Oaxaca, la Universidad Tecnológica de la Mixteca y el Instituto Oaxaqueño de las Artesanías, hasta que comenzó su proyecto de joyería como pasatiempo. Confiesa que no pensó que viviría al 100% de esta actividad y que incluso pensó que se había equivocado de carrera antes de llegar al tema de la moda.

Algunos objetos de su trabajo conjuntan formas orgánicas y verticales, y muchos de ellos tienen como materia prima las telas de Rodrigo Hernández Quero y su familia. “Platicamos con varias familias y solo ellos se animaron a hacer equipo con nosotros”, dice esta creativa. El esquema de pago justo y respeto, así como una comunicación clara, son la clave para la unión de saberes tradicionales y modernos.

Entre la tradición y el diseño: el trabajo de Vianney Méndez Foto: Cortesía

La familia Hernández Quero y su legado en Mitla

Pedro Hernández y Josefina Quero, los padres de Rodrigo, fueron precursores del trabajo textil en su población. Él comenzó desde muy joven y ama estar entre telares, pedales. Ama su oficio. “Si Dios me lleva voy a volver a hacer lo mismo”, expresa. Su esposa Reyna García y sus hijos, Alejandra (quien estudia Diseño Textil), Rodrigo y Liliana, son las manos que día a día crean combinaciones cromáticas hermosas.

Todos ellos trabajan el telar de pedal, tienen 16, dispersos en el patio de su hogar. Saben que cada uno tiene su ritmo. La coordinación es necesaria: se inicia a la edad en la que ya se alcanzan los pedales, como su sobrino Víctor, que ya con 12 está ahí haciendo su música.

Se inicia con el color blanco, luego siguen más colores y luego figuras. Cada artefacto tiene un nombre: uno se llama bidund, ‘colibrí’ en zapoteco, lengua que Gildegardo, hermano de Pedro y cronista local, va enseñando de manera amena en la charla.

La familia Hernández Quero y su legado en Mitla: Rodrigo y Víctor en el telar Foto: Mariana Castillo

Entre la tradición y el diseño: los tejidos, las telas y sus cambios

Hay tejidos más fáciles, otros complejos: todo dependerá de la habilidad y “la mano”; es decir, el toque personal de cada quien. El más difícil que conocen es la tela de maíz, que se usa en el traje de boda de las mujeres de Mitla. En esta manta roja se representan los granos de las mazorcas, los frijoles, las grecas de su zona arqueológica y el ciclo de la vida, en color negro.

Cuando es de lana, su precio es de $6,000 pesos, pues se tiñe con grana cochinilla. La hacen con algodón para quien la quiere menos pesada. Vianney ha comprado esta para algunas piezas, pero también adquiere otras teñidas con pericón, sábila, cebolla o con tintes artificiales, depende lo que se necesite.

Rodrigo y su familia están dispuestos a aprender y escuchar propuestas, innovan sin perder sus raíces. “Es maravilloso trabajar con alguien que tiene otras ideas. Hay telas de diferentes calidades y las últimas veces hemos ido cambiando las combinaciones, ya sea con una sola base de colores o más. Algunos se preocupan de que se pierda la tradición del textil, pero la verdad es que con ellos se puede hacer diseño. La técnica es la que seguimos preservando, así como los tejidos que para nosotros importan”, asegura.

Entre la tradición y el diseño: los tejidos, las telas y sus cambios Foto: Mariana Castillo

No es lo que cuesta es lo que vale

Tanto Vianney como Rodrigo saben que el regateo es parte cotidiana en estos quehaceres, aunque no debería ser. En eso se entienden muy bien. “No es lo que cuesta, sino lo que vale: aquí está parte de nuestra cultura y nuestra vida”, dice Rodrigo. Para distinguir los de calidad de los que no hay que tener más “colmillo” y ser más observadores, así como platicar con la gente, no solo pensar en cuál está más barato.

Hace falta generar conciencia y fomentar más respeto a la labor de artesanos y diseñadores. “Una vez dimos un taller y escuchamos cómo un padre le dijo a su hijo que estudiara si no quería subirse en estos palos, refiriéndose despectivamente al telar. Esto es lo más extraordinario y cada vez hay cosas nuevas: a los diseñadores nos da un impulso”, agrega Rodrigo.

Todos los telares se componen de cuatro cuadros y cuatro pedales: cada uno es como un piano. Tiene piezas que se llaman cajín, jalón, cacho, cachetes, pícaro, tablita, tope, antepecho, postes, carretillas, palanca, estrella y el julio de hilo: todo esto es parte de lo que ellos como artesanos conocen y comparten con Vianney. Ella a su vez realiza patrones, analiza formas, ergonomía, peso y otras tantas variables. Al ver las piezas terminadas todo tiene sentido: el trabajo en equipo da buenos frutos.

Vianney Méndez en el taller de la familia Hernández Quero Foto: Mariana Castillo

¿Dónde visitarlos?

Para conocer el trabajo de Vianney

Antiga by Vianney Méndez

Manuel García Vigil 403-A, colonia Centro, Oaxaca de Juárez

Teléfono: (951) 514 7229

Para conocer el trabajo de la familia Hernández Quero

Cocijo artesanía textil

Prolongación Independencia, San Pablo Villa de Mitla

Teléfono: (951) 125 7323

Distancia de la ciudad de Oaxaca: 50 minutos en auto

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Autor

  • Periodista y editora. Cultura alimentaria y perspectiva social. El mezcal es mi pastor. Me gusta lo cotidiano extraordinario y compartirlo en historias. Cuéntame, ¿qué te interesaría leer en este blog?

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