El pueblo de Tócuaro ofrece una riqueza cultural que es incomparable con los poblados cercanos en el estado de Michoacán, pero hay dos piezas fundamentales que lo representan: sus creencias y tradiciones.
Es un lugar que inspira tranquilidad en sus calles empedradas y en el trato cordial que brinda su gente. Todavía es común ver transitar a niños y adultos mayores en burros o caballos; desde temprano, ya se encuentran trabajando sus tierras y alimentando al ganado.
Tócuaro es conocido internacionalmente por la elaboración de máscaras talladas a mano que simbolizan la dualidad del bien y el mal. Las temporadas festivas con mayor demanda de trabajo son Noche de Muertos, Navidad, Año Nuevo, 14 de febrero y Semana Santa.
De la madera a la creatividad
La costumbre en este poblado es que las mujeres se encargan de trabajar la artesanía que es el tejido, zurcido y bordado de prendas, de las tareas domésticas y de llevar el pan recién horneado y dulces artesanales para venderlos en el mercado del centro.
Los hombres por otro lado se dedican al trabajo duro (como ellos le llaman): a la elaboración de máscaras de madera como materia principal.
Si la ocasión lo amerita, los artesanos elaboran máscaras más detalladas y elegantes; a base de arcilla para las fiestas, o la representativa para la “danza de los viejitos”. Este trabajo lo han venido conservando de generación en generación y es el sustento de muchas familias.
Significado de las máscaras de Tócuaro
A estás máscaras las puedes querer y comprar o darles la vuelta. A algunas personas les causan admiración por el trabajo personalizado; y a otras, les significa algo maligno por las expresiones y colores con las que son diseñadas. Los artistas que las crean, les dan el significado de la ausencia, la vida y la muerte.
Cada máscara representa algo diferente puesto que a cada una de ellas se le agrega en las expresiones un detalle de diablos con víboras o animales como tigres, jaguares y jabalíes. Con el paso del tiempo los diseños se han venido actualizando ya que para la creatividad no hay límites.
Fuente: mexicolindoyquerido.com.mx