Real del Monte, ese lugar de calles y fachadas fascinantes que está en Hidalgo

Foto: Claudia Aguilar

En todos los listados que he visto de Pueblos Mágicos de México, Real del Monte (Hidalgo) nunca falta, y no es de extrañar, pues basta con que visites los locales del pueblo para darte cuenta que es aquí donde se pueden comer los mejores pastes. Y ya entrado, recorre y admira sus calles inclinadas y casas multicolores, muy al estilo inglés, que te trasladarán a aquella época minera que vivieron sus habitantes.

La belleza arquitectónica de Real del Monte es tal, que resulta inevitable no querer un recuerdo. El día que lo visites –si ya lo hiciste sabrás que no miento– tu celular se llenará de fotos del lugar, al estilo “tómame una foto, así como que no me doy cuenta” en uno de sus callejones adoquinados o frente a una fachada. Material seguro para Instagram.

Bueno, ¿y por qué todas las casitas lucen así?

Este Pueblo Mágico se encuentra rodeado de montes. Su nombre, como seguro ya lo notaste, no es fruto de una reunión de señores que se quebraron la cabeza pensando en cómo ponerle, sino de lo obvio de su naturaleza que incluso llevó a los antiguos habitantes otomíes a llamarle Maghotsi, “paso alto” (del otomí Ma: altura y Ghotsi: portillo o paso), por ser esta la región más alta que tenían que recorrer quienes iban a la gran Tenochtitlán.

Después llegaron los españoles y lo bautizaron como Real –pues tenían la costumbre de nombrar así a todo lugar que se encontraba bajo el dominio de la corona española, en especial los centros mineros–. Así como ves este lugar, para nada plano, dio pie a que los habitantes del pueblo comenzaran a construir sus casas en el terreno accidentado, de manera que las calles –que al parecer no tenían más opción– se quedaron inclinadas.

Tal como menciona José Vergara Vergara en su libro El Esplendor del ayer para siempre, las primeras casas pertenecientes a trabajadores de las minas se solían construir con adobe y cubiertas de tejamanil (como astillas de madera o madera trabajada).

Con el tiempo, el tejamanil “pasó de moda” y algunos realmonteses empezaron a usar lámina galvanizada. Fue así como la compañía minera a cargo, durante los siglos XIX y XX, mandó a construir edificios “al estilo inglés”, es decir, con techos de lámina y grandes puertas para dejar entrar los carruajes.

Mientras camines por sus empinadas calles podrás notar que la mayoría de las casas de Real del Monte son de un solo piso, pero las que están cerca de la calle principal son de dos pisos, y presumen sus fachadas lisas, algunas con marcos en las puertas y balcones de cantera, características de aquella época.

Dar un paseo por estas construcciones es una de esas cosas que debes hacer por lo menos una vez en la vida. En serio.

Ya no te diré más, mejor te mostraré algunas fotografías que tomé en mi breve tour por este mágico lugar. Quizá, después de esto, te animes a organizar tu viaje.

Foto: Claudia Aguilar
Foto: Claudia Aguilar
Foto: Claudia Aguilar
Foto: Claudia Aguilar
Foto: Claudia Aguilar
Foto: Claudia Aguilar
Foto: Claudia Aguilar
Foto: Claudia Aguilar
Foto: Claudia Aguilar
Foto: Claudia Aguilar

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